13.6.12

Guerra de Malvinas

A 30 AÑOS DE LA DERROTA
El lunes 14 de junio de 1982 el gobernador militar de las islas Malvinas, general Mario Benjamín Menéndez, firmó la rendición argentina ante el comandante Jeremy Moore. Culminaba así la ofensiva británica iniciada con el desembarco en Puerto San Carlos el 21 de mayo. Y era también el fin de la breve recuperación argentina del archipiélago. El último día de la guerra, en fragmentos de Esto pasó en Puerto Argentino según los ingleses, nota de la revista Gente, nº 882 del 17 de junio de 1982.






   “Londres se despierta con los siguientes títulos en los diarios: 'Victoria', Daily Mirror; 'Ganamos', The Sun; 'Victoria', Daily Mail; 'Fuerzas argentinas se rinden', Daily Telegraph; 'Tropas argentinas se rinden en Puerto Stanley', The Guardian: 'Se acordó un cese del fuego en las Malvinas', The Times.
   En el The Standard aparece el relato de Max Hastings, corresponsal de guerra de este tabloide que fue el primer británico que entró en Puerto Stanley. Vestido de civil, este periodista cuenta su experiencia. 'A las cinco y cuarenta y cinco de la tarde de ayer tropas del regimiento de paracaidistas se encontraban en las afueras de la ciudad mientras que se realizaban negociaciones. Nos sentamos en el hipódromo y luego de veinte minutos, mientras que miraba la calle principal y al ver que no había movimiento, pensé: bueno yo soy un civil, por qué no sigo adelante y veo lo que está pasando, después de todo no parece haber mucha resistencia. Entonces decidí sacarme las ropas de militar y ponerme vestimentas de civil, con un anorak y con mis manos en alto y en una de ellas mi pañuelo. Los argentinos ni hicieron intentos de pararme ni tuvieron actitudes hostiles cuando me dirigí a la fuertemente fortificada casa del gobernador, que no parecía haber sido dañada. Al cruzar frente a los soldados argentinos Ies sonreí en la esperanza que no me fueran a disparar. Nadie se preocupó de mí; luego de haber caminado unos minutos encontré un grupo de personas las que parecían civiles; a las que estaban a unos cien metros de mí, les grité: ¿son ustedes británicos? Ellos me sorprendieron. Sí, ¿y usted? Les contesté, sí.
   Ellos eran un grupo de civiles que recién habían salido de los edificios de la administración civil donde se les había informado que al parecer habría un cese del fuego. Conversamos por unos instantes y luego entré al edificio donde conversé con un coronel argentino. Este estaba parado a la entrada y no demostraba ninguna hostilidad evidente. Ellos estaban realmente deprimidos. Parecían hombres que recién habían perdido una batalla. Al conversar con ellos les pregunté: ¿están ustedes preparados para rendir las Malvinas?
   El coronel me contestó: 'Bueno, es posible, pero usted tiene que esperar hasta las cuatro de la tarde cuando el general Menéndez se reúna con su general'. Le pregunté si podía ir a la ciudad y conversar con los civiles a lo que me contestó positivamente. Entonces decidí caminar por la calle principal donde me encontré a los malvinenses que estaban parados afuera de sus casas. Todos gritaban y expresaban su alegría. La primera persona que encontré fue un cura católico, monseñor Daniel Spraggon, quien dijo: 'por Dios, es maravilloso verlo'. Eso no fue una expresión hacia mi persona solamente. Fue la primera comunicación que él tenía con las fuerzas británicas. Seguí caminando y encontré cientos, probablemente miles, de tropas argentinas por las calles. Marchando en columnas, algunos de ellos rengueando o llevando a algunos heridos graves. Realmente parecían un ejército derrotado.'
   En los demás diarios aparecía en primera página el mensaje que Jeremy Moore le envió a Londres. 'En Puerto Stanley, a las 21 horas de las islas Malvinas, del catorce de junio, el general mayor Mario Benjamín Menéndez rindió ante mí todas las fuerzas armadas argentinas en las dos Malvinas. Se están realizando preparativos para reunir a todos los efectivos para repatriarlos a la Argentina y requisar todas sus armas y equipo y ponerlas en un lugar seguro.
   De nuevo las Malvinas están bajo el gobierno deseado por sus habitantes. Dios salve a la reina. Firmado Jeremy Moore, mayor general.'
   La primera ministra, señora Margaret Thatcher confirmó a media tarde en el Parlamento la rendición incondicional de las tropas argentinas en el archipiélago de las Malvinas, indicando que el general Mario Benjamín Menéndez se había rendido ante el general Moore anoche, a la una de la madrugada, hora de Londres.
   El total de los prisioneros de guerra en las Malvinas alcanza a unos quince mil soldados. En Puerto Stanley los soldados rendidos fueron aproximadamente unos once mil. Margaret Thatcher confirmó que no tiene intenciones de incluir al gobierno argentino en conversaciones futuras sobre el destino de las Malvinas, agregando que el expulsado gobernador Rex Hunt regresaría lo antes posible para reasumir sus funciones en la administración del archipiélago, la que sería compartida con el general Jeremy Moore, el que actuaría como encargado de los asuntos militares. La señora Thatcher volvió a repetir sus deseos de que las islas estén protegidas por una fuerza militar internacional, pero si esto no es posible, Gran Bretaña se encargaría de cumplir con esta tarea. La jefa del gobierno británico expresó su firme convicción de que el fin de la batalla por las Malvinas sea también el final de las hostilidades en el Atlántico Sur, evitando así que la Argentina continúe los ataques en contra de la flota británica o las tropas acantonadas en el archipiélago.”

Discurso del dictador Galtieri


Documental británico sobre la rendición argentina


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2-4-1982: A 30 años de la guerra de Malvinas
21-5-1982: Gran Bretaña invade las Malvinas (otra vez)






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