15.6.12

Fútbol

BRASIL BICAMPEÓN MUNDIAL
Hace cincuenta años, el domingo 17 de junio de 1962, la selección del Brasil ganaba por segunda vez consecutiva el campeonato mundial de fútbol. Ese domingo venció a Checoslovaquia con goles de Amarildo, Zito y Vavá y obtenía nuevamente la Copa Jules Rimet en el torneo jugado en Chile. La crónica de la victoria verdeamarelha, en tramos de ¡Esto fue fútbol! ¡Esto es fútbol! ¡Esto será fútbol!, nota de Dante Panzeri en El Gráfico, nº2228 del 20 de junio de 1962.



“En la mayoría de los partidos de este Campeonato del Mundo, como en la mayoría de los partidos que habitualmente presenciamos en Buenos Aires, las canchas parecieron chicas.
Los hombres amontonados, jugando el mal fútbol de los puntas de lanza aprisionados entre defensores cerrojistas, dan esa frecuente sensación en el generalizado mal fútbol de esta época. Generalizado en la Argentina y en el mundo.
Las medidas de los campos de juego no han variado hoy respecto de antes.
Pero el mal fútbol de esta época suele transmitir la sensación de que se han reducido los sitios por donde pueden circular hombres y pelota.
Entonces aparecen las explicaciones tomadas de la comodidad del artificio como falsa explicación de lo real. Por ejemplo: 'las tácticas'. Por ejemplo: 'el mejor estado físico de los jugadores actuales respecto de los de antes, que hace que hoy sea más difícil que antes sacarse al defensor de encima'. Por ejemplo: 'la prevalencia del juego defensivo sobre el ofensivo'. ¡Y no hablemos de la argumentación de que faltan baldíos!
Como aquéllas, una infinidad de mentiras semejantes.
Mentiras porque se dicen a conciencia de que el campo de juego es siempre el mismo, la cantidad de jugadores permitidos por bando siempre la misma, el tamaño de la pelota siempre el mismo y en consecuencia no hay razón para que todo el campo se tape si se tapa por el medio, o todo el medio quede tapado si se tapan los laterales. Siempre quedará, por ley de compensación, el sitio donde pasar que equilibre la imposibilidad de hacerlo por donde la gente se amontona.
Mentiras, sí, porque tales afirmaciones se hacen con plena conciencia de que si el mejor estado físico de la época permite defender mejor, ese mismo mejor estado físico no se monopoliza en los jugadores de defensa sino que es usufructuado por todos, defensores o atacantes. Todos están mejor entrenados. En consecuencia: unos pueden correr más, pero los otros también.
Checoslovaquia intentó crearle 'la montonera' a Brasil en el extremo campo checo.
Brasil no fue más generoso que Checoslovaquia en la destinación de efectivos para el ataque.
¡Pero vimos un gran partido, un gran fútbol, en el que la cancha pareció permanentemente grande, en el que siempre hubo más de un callejón para meter una pelota en profundidad o correr algún hombre desmarcado hacia la recepción!
La cancha era la misma donde italianos, alemanes, suizos, chilenos, yugoslavos, brasileños, se habían reboteado entre sí una pelota o ambulado inútilmente con ella por 'zonas muertas', sin encontrar claridad para meterla en profundidad, optando por enviarla al azar del afortunado salto o la exitosa porfía de los 'puntas de lanza' y sus vigilantes en una garita.
Esta cancha reunía las mismas posibilidades que aquellas de Viña del Mar, Rancagua, Arica (¡o Buenos Aires!), donde vemos normalmente lo mismo: pescadores contra vigías o fulbito de 'préstamos de pelota' entre solitarios andariegos de media cancha que no encuentran por donde pasar o con quién seguir pasando.
¡Qué grande parecía esa misma cancha del Estadio Nacional con estos 22 brasileños-checoslovacos jugando 'el otro' fútbol!
El fútbol de la destapada. Destapar fue la consigna común.
La cancha se hizo grande porque, contra lo acostumbrado del fútbol 'moderno', estos dos 'antiguos' equipos (los dos mejores del fútbol moderno) jugaron con la consigna fija de la movilidad, no con la consigna de la fijación del hombre en la inmovilidad. ¿Checoslovaquia amuraba cuatro defensores extremos? Brasil le contestó retirando hacia el medio campo sus dos puntas de lanza obligados de los anteriores partidos (Vavá y Amarildo). ¿Brasil cubría más campo con defensores que con atacantes? Checoslovaquia pobló de más gente el medio campo. Nadie quedó prisionero de nadie. Primer impacto a la marcación. Primera destrucciónn de lo destructivo.
¡Hubo que jugar! ¡Y se jugó! Se jugó gran fútbol con esta particularidad: desaparecieron los beneficiarios del fútbol de parcelas. Del fútbol de 'quintitas'. Es decir, desapareció la importancia de Dídí y su sillón, la gran importancia del simple tocar la pelota de Didí. Desapareció Didí. Apareció agigantado, como nunca en igual esplendor durante este campeonato, el fútbol de bajar y subir, tocar y salir. Reapareció EL UNICO fútbol admisible con tácticos o sin ellos, con modernismo o sin él; el fútbol del jugador leal a su talento, no obligado a correr; el fútbol del jugador con cambio, no el fútbol de los jugadores 'con una sola'; el fútbol de la pelota defendida primero, jugada después; el fútbol con una gambeta, dos gambetas también, si lo requería la precisión, y en seguida el pase repentizado que arranca la expresión '¡muy buena'! a un coro de voces admiradas dela facilidad con que un hombre es puesto en situación de remate franco, sin piernas y cuerpos por delante, sin tapones; listo para aprovechar el tramo final del campo. 'Allí va; hágala'.
(…)
¡Para suerte del fútbol, en Chile han triunfado el fútbol y los jugadores! No negamos los buenos consejos de Aymoré Moreira. Pero negamos que Aymoré Moreira haya ganado el Mundial.
Este es el triunfo del 'defienda la pelota y saque el cuerpo'; 'suba y baje'; 'toque y vaya'; 'venga y escape'; 'vaya al claro, fabrique el claro'. Para defensores y atacantes. Para toda la cancha. Para la única cancha y el único fútbol conocido: 105 por 68 metros con 22 jugadores y un árbitro adentro. Los técnicos nada pueden sin cracks. Los cracks mucho pueden sin técnicos. Obligación del técnico es hacer cracks antes que tácticas. Brasil tuvo cracks. Donde no los haya los técnicos los tienen que hacer. Los cracks harán después la táctica: 'defienda y saque el cuerpo, suba y baje, toque y vaya, venga y escape, vaya al claro y fabrique el claro'. Son siempre 105 por 68 con 22 adentro... Esa es la única, la vieja, lección de este Mundial.”

Síntesis de la final



Partido completo emitido por la televisión mexicana


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