11.6.12

Política internacional

CUANDO EL PAPA VISITÓ LA ARGENTINA
El 11 de junio de 1982 el Papa Juan Pablo II comenzó una corta visita a la Argentina. Tras haber recorrido Inglaterra entre fines de mayo y comienzos de junio de ese año -viaje previsto con antelación-, emprendió otro a nuestro país en medio de la guerra de las Malvinas y cuando la derrota era inminente. Texto de El Papa pidió una solución digna del conflicto, crónica del diario Clarín del 12 de junio de 1982.






   “Multitudes jamás vistas en Buenos Aires, por el elevado número de personas que se movilizaron durante toda la jornada, se dieron cita ayer en los lugares en donde estuvo o por donde pasó el papa Juan Pablo II, y le dieron una recepción que será memorable para la Argentina por muchos motivos, incluido aquel que el mismo Sumo Pontífice dio para su visita, cuando dijo en la Catedral metropolitana, durante la primera detención que hizo a poco de su llegada, que venía a 'orar por una solución digna y justa' del conflicto bélico por las islas Malvinas.
   Las muestras de adhesión y simpatía se reiteraron a cada paso, tanto en la Capital Federal como en el Gran Buenos Aires, y a lo largo de los recorridos que hizo por calles y avenidas fueron millares las personas que lo saludaron agitando banderas argentinas y del Vaticano, mientras voceaban consignas alusivas a su presencia y cánticos religiosos.
   La atención del país estuvo centrada desde temprano en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y se trasladó a la Catedral, la Casa de Gobierno, la Nunciatura y, finalmente, a Luján, donde se concentró, según fuentes policiales, una multitud calculada en setecientas mil personas, que desbordó el amplio espacio abierto ubicado frente a la Basílica y Santuario de la patrona de la Argentina, Uruguay y Paraguay.
   El mal tiempo que en gran parte de la jornada se manifestó en lluvias intermitentes o fuertes chaparrones no impidió que se renovaran a cada instante esas expresiones, caracterizadas por el hondo fervor popular que despertaron, el cual seguramente se renovará hoy, especialmente cuando Su Santidad concelebre una misa en el monumental altar levantado en el Monumento de los Españoles a mediodía, antes de regresar a Roma, hacia donde partirá una hora antes de lo previsto en principio, es decir a las 16 y no a las 17.

Recepción

   El avión en el que el Papa hizo el largo recorrido desde Roma, llegó a la hora prevista, las 9, al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, donde le presentó sus saludos el presidente de la Nación, teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri. Como lo hace cada vez que llega por primera vez a un país, apenas dejó la escalerilla por la que descendió del aparato, el Papa besó el suelo argentino.
   Tras los saludos y las presentaciones se dirigió hasta la tarima colocada en plena pista y, en medio de la llovizna y el viento frío que soplaba en ese momento, dirigió su primer mensaje al pueblo argentino, elevando una ferviente súplica en favor de la paz y de todas las víctimas 'de ambos lados del conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña', a la vez que se manifestaba contra 'el absurdo y siempre injusto fenómeno de la guerra'.
   Una vez concluida la ceremonia, abordó un automóvil cerrado en el que recorrió la autopista Riccheri y desde el que pudo advertir a derecha e izquierda de la ruta las primeras muchedumbres que saludaron su paso. Al llegar a la autopista 25 de Mayo dejó ese vehículo y ascendió al papamóvil con el que continuó hasta la avenida 9 de Julio y por ésta hasta la Avenida de Mayo, que transitó en dirección oeste-este, para llegar a la Plaza de Mayo y a la Catedral.
   Fue en este templo, donde se habían reunido religiosos y religiosas, además de los miembros del clero latinoamericano que viajaron para acompañar al Papa, donde precisó el motivo especial de su visita y reiteró que está pendiente su visita pastoral.
   Desde allí se trasladó hasta la Casa Rosada para saludar a la Junta Militar, y la multitud reunida en la Plaza de Mayo recibió su bendición desde los balcones del edificio. Nuevas muestras de adhesión tuvo en el recorrido que efectuó hasta la Nunciatura, en Palermo, donde permaneció poco más de una hora, antes de iniciar el recorrido hasta Lujan.

Rumbo a Luján

   Frente a la Nunciatura, y desde los balcones de los edificios vecinos, miles de personas esperaron su salida. Cuando lo hizo, el movimiento hacia el papamóvil amenazó con quebrar todos las medidas de seguridad, pero finalmente pudo seguir viaje hasta Callao y por esta avenida hasta Rivadavia.
   A lo largo de este recorrido de varios kilómetros, que finalizó en Morón, a unos 30 kilómetros de su iniciación, una compacta multitud vibró a! paso de Juan Pablo II, quien, incansablemente, respondía saludando con sus manos o impartiendo la bendición.
   Se repitieron durante este tramo las consignas escuchadas durante la mañana y los vivas al Papa.
   En Morón, tal como estaba previsto por pedido del Sumo Pontífice, Juan Pablo II abordó el tren que una hora antes había partido de la estación Miserere y por ese medio, a marcha más lenta que la habitual, se dirigió a Luján, donde celebró la primera misa en nuestro país, en el altar ubicado frente a la basílica.
   Su regreso lo hizo también por tren, pero hasta la estación Miserere y desde allí por Jujuy, Belgrano y Callao retornó a la Nunciatura, donde pernoctó.
   La principal actividad de hoy será la misa que concelebrará con los obispos latinoamericanos en Palermo, donde se calcula que se congregará una imponente multitud.”

Define el Vaticano el sentido del viaje (recuadro)
   “L'Osservatore Romano', el diario de la Santa Sede, dedicó ayer toda la primera página al viaje de Juan Pablo II a la Argentina.
   En un artículo de fondo titulado 'Rezar por la paz', el diario vaticano escribe que 'la visita-relámpago del Papa a Buenos Aires es proféticamente un viaje de paz'.
   'El Papa es un pastor universal que alienta gran amor por los pueblos de cada una de las naciones y por ende todos los atributos para proclamar e implorar por la paz.'
   Contra toda deformación dictada por cálculos maquiavélicos o hegemónicos -escribe el diario de la Santa Sede- la Iglesia tiene el deber de repetir que la paz es posible y que es un deber alcanzarla lo más pronto posible donde sea violada. Es cuanto Juan Pablo II repitió antes del viaje a Gran Bretaña, durante el viaje y después.
   'Es cuanto está repitiendo ahora en el continente latinoamericano: primero en Rio de Janeiro y luego en Buenos Aires. Y como pidió oraciones para acabar con la guerra -todas las guerras y los focos que las encienden- la comunidad cristiana está unida a su pastor y lo apoyará en su esfuerzo enorme', dijo el diario.”

Oración de Juan Pablo II por la paz


Imágenes de la visita del Papa a la Argentina







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