3.11.11

Cultura

EL REGRESO DEL FESTIVAL DE CINE DE MAR DEL PLATA
El 7 de noviembre de 1996 volvió a realizarse el festival de cine de Mar del Plata, el principal encuentro de su tipo en la Argentina. Creado en 1954 durante el gobierno de Juan Perón, se hicieron once festivales hasta 1970, cuando se discontinuó hasta entrados los noventa. El retorno del festival, en tramos de Mar del Plata: la mala organización y la política importan más que el cine, nota de Diego Batlle en la revista La Maga, nº 252 del 13 de noviembre de 1996.






   “Cuando a las 20.30 del jueves 7 -poco antes de que comenzara la ceremonia de apertura- un Carlos Menem sonriente posó para decenas de fotógrafos flanqueado por las divas Gina Lollobrigida, Raquel Welch, Jacqueline Bisset y Elsa Martinelli, el objetivo principal de quienes concibieron este XII Festival Internacional de Cine de Mar del Plata estaba cumplido. Esa imagen glamorosa -tapa de los diarios- contrasta con la escasa sensibilidad que existe entre las autoridades por lo que debería ser el único protagonista de este encuentro: el cine. La imprevisión, desconocimiento y ¿desinterés? por parte de los organizadores alcanzó niveles impensables aun para aquellos que seguían con dudas los preparativos de esta muestra.
   Pero lo más llamativo de la gala de inauguración fue ver cómo se transformó en un acto político. No fueron los militantes del Movimiento al Socialismo (MAS), quienes con sus altavoces fustigaron desde la explanada el circo montado y a los políticos presentes, los que calentaron el ambiente. Porque la ceremonia se convirtió en un acto político del propio Gobierno.
   La historia comenzó horas antes del show, cuando un grupo de sindicalistas de la Mesa Sindical Duhalde 99 irrumpió en el hotel Hermitage y se apoderó de una gran cantidad de invitaciones (que en su mayoría eran para la prensa acreditada). No fueron al Auditorium los 3.000 sindicalistas que un día después lanzaron en Mar del Plata la candidatura presidencial del actual gobernador bonaerense, pero sí un número suficiente como para que el lógico ganador de las ovaciones de la noche resultase Duhalde. Después llegaron los discursos. Menem fustigó a 'los agoreros de turno' (¿Pacho O'Donnell? ¿Las entidades de cine?) y aseguró que durante lo que queda de gestión no habrá recortes presupuestarios para el sector.
   Con la interna ya planteada y los discursos realizados (Julio Maharbiz terminó el suyo con la voz quebrada), llegó el turno de la proyección de un filme. Que haya sido Sobreviviendo a Picasso es apenas una anécdota. También lo habrá sido seguramente para la organización que la proyección y el estado de la copia fuesen lamentables.
   En cambio, cada detalle de la cena de gala en el lujosísimo hotel Costa Galana se cuidó como si este fuera un seminario gastronómico. El menú, descomunal, incluyó caviar, queso de cabra con hierbas, salmón marinado, huevos de codorniz, langostinos, dúo de lomo y ave cuyano, mousse de chocolate, tiramisú, lemon pie y frutillas acarameladas. Todo debidamente acompañado por finísimos vinos y champagne, algo que aquí se consigue a toda hora y en todo lugar.

Apuntes del festival
Lo malo

Las proyecciones tuvieron muchos inconvenientes: comenzaron tarde, se cortaron, la imagen temblaba, las copias estaban en malas condiciones, había problemas con los subtítulos electrónicos, etcétera. Según las autoridades, los equipos -de última tecnología- son tan potentes que algunas copias no resisten. Además, muchos proyectoristas no son profesionales.
Hubo serios problemas para el traslado, acreditación y alojamiento de la prensa. Muchos críticos fueron maltratados cuando plantearon sus quejas.
 (…)
Lo bueno
La variedad de cine que se exhibe. Hay películas de casi todo el mundo y sorprenden por su calidad títulos de cinematografías ignotas como Madagascar, Zimbabwe o Antillas Holandesas que ofrecen en la sección Contracampo. Se trata de una oportunidad única de ver cine que no tiene posibilidades de ser estrenado comercialmente.
(…)
La activa participación de los estudiantes de cine en todas las actividades. Unos 530 de ellos fueron becados por los organizadores y otros 1.000 recibieron descuentos en pasajes y alojamiento.
La muy buena respuesta de público.
El nivel de catálogo realizado por el periodista Claudio Minghetti, que supera al de varias otras muestras internacionales.”






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