Politica internacional

A 30 AÑOS DE LA MUERTE DE BOBBY SANDS

El 5 de mayo de 1981 falleció de inanición en la cárcel Robert George Sands, conocido como Bobby Sands. Militante del Ejército Republicano Irlandés (IRA en sus siglas en inglés) lideró una larga huelga de hambre para ser reconocido como preso político. El reclamo fue negado por la primera ministra británica, Margaret Thatcher, conocida como la “Dama de Hierro”. Extractos de ¿Un error político?, nota de la revista Somos, nº242 del 8 de mayo de 1981.

   “'El señor Sands era un delincuente convicto que decidió quitarse la vida. Que tomó una decisión que su organización política no le permitió nunca a sus víctimas. Que quede claro: jamás concederé a los guerrilleros republicanos encarcelados el status de presos políticos, por más huelgas de hambre que hagan'. Cuando el martes 5 Margaret Thatcher se presentó ante la Cámara de los Comunes, los barrios de Belfast y Londonderry -en el Ulster- ya ardían: más de veinte heridos, decenas de detenidos, autos y casas incendiados y las barricadas levantadas en el ghetto católico habían clausurado la primera jornada posterior a la muerte de Bobby Sands, el guerrillero del Ejército Republicano Irlandés (IRA, en sus siglas en inglés) que murió en la cárcel de Maze después de 66 días de huelga de hambre. La primer ministro hablaba por todos los británicos -laboristas y conservadores, radios y diarios, civiles y militares, monárquicos y republicanos-que no aceptan la integración del IRA al espectro político de irlandés. A su firmeza ideológica, Thatcher agregaba quizá como nunca la representatividad.
   La muerte por inanición de Sands -la decimotercera de un irlandés republicano en lo que va del siglo- era esperada desde la semana anterior, cuando se acercaba a los 60 días sin comer y sus 34 kilos de peso, la insensibilidad de su cuerpo y el estado de precoma ya anunciaban el fin.
   'A través de la puerta entreabierta de su celda vi, no al hombre de 25 años a quien conocí hace 4, sino a un cuerpo inmóvil y con los ojos cerrados que parecía tener 90 años de edad', dijo el domingo 2 Sinn Hugues, hermano de uno de los otros tres huelguistas que acompañaban a Sands en su protesta. Francis Hugues, Raymond McCreesh y Patsy O'Hara ayunaban junto a Sands pidiendo el status político para los detenidos del IRA.
   Desde el primer momento se sabía, también, que el gobierno británico no iba a ceder: ninguna voz se levanta en Londres en favor de la más mínima concesión ni por la aprobación de un estatuto político para 'estos guerrilleros autores de los más odiosos crímenes', como se los define casi con unanimidad. Todo el mundo vio con asombro cómo se apagaba la vida de Sands. Y todos temían que la enorme carga emocional de los irlandeses estallara en una reavivada guerra civil como la que se libró en 1972 en la zona norte, donde vive la mayoría protestante de Irlanda. En Londres se esperaba y se espera que los 30 mil soldados británicos apostados en el Ulster sean capaces de contener a los terroristas armados que tienen, sin embargo, el respaldo de la población católica (en abril, Sands había sido elegido diputado por enorme mayoría frente a las pretensiones de un candidato protestante).
   Juan Pablo II decidió mediar por razones humanitarias y políticas, según dijo la radio vaticana. Humanitarias, porque aunque la muerte de Sands era en realidad un suicidio, 'estaba horrorizado con las noticias sobre su precario estado de salud'. Políticas, porque 'la paz irlandesa está más comprometida que nunca'.
(…)
   ¿Fue o no un error político haber dejado morir a Bobby Sands y convertirlo en un mártir? Se le podía (por ejemplo) haber dado suero. Dos razones tuvo el gobierno británico para actuar como lo hizo: no ceder ante la demanda terrorista y no contrariar la voluntad del detenido. ¿Y la guerra que puede desatarse? Cuando el gobierno de Margaret Thatcher ratificó su posición de no negociar también sabía que existía esa posibilidad. Y la asumió: los 30 mil soldados británicos apostados en el Ulster se pueden imponer por la sola presencia, dijeron los voceros conservadores y laboristas en la Cámara de los Comunes.”

Imágenes de Bobby Sands






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