HACE 20 AÑOS MENEM ALMORZABA CON MIRTHA LEGRAND
El miércoles 12 de diciembre de 1990 el presidente Carlos Menem concurría por primera vez a Almorzando con Mirtha Legrand, uno de los programas más antiguos de la televisión argentina. Como único invitado, el primer mandatario se explayó desde la rebelión carapintada y el indulto a los genocidas hasta su relación con la familia, las mujeres y la Ferrari que recibió de regalo. Tramos de Entre mujeres y champagne, nota de Gabriela Borgna y Román Lejtman publicada en el diario Página/12 del 13 de diciembre de 1990.
“'Señor Presidente, ¿le gustaría tener mujeres en su gabinete?', preguntó en el penúltimo bloque de su programa la actriz y conductora Mirtha Legrand. 'Pero no me conteste ahora, lo hace después de la pausa'. Fuera ya del aire, Menem fue contundente: 'Sí, un montón'. El estudio cinco de ATC estalló en risas y aplausos, mientras el titular del Ejecutivo tomaba la mano de Chiquita y le sonreía cómplice: 'Ahora, vamos a salir en Paris-Match', remató. Fue el momento más distendido de un almuerzo que le sirvió a Menem para fijar posición sobre los temas más diversos: indulto, juicio a los militares, pena de muerte, reelección presidencial previa modificación de la Constitución, impuesto al turismo, la familia, la soledad y las mujeres.
La conductora parecía haber aprendido al pide de la letra un libreto aportado por sus productores periodísticos, ya que indagó con soltura y con escasa profundidad. La agenda no había sido pautada previamente con el personal de protocolo de Casa de Gobierno, una condición que presentó la estrella. Empero, a pesar de la diversidad de temas abordados, la actriz centró su atención -y sus muletillas- sobre la vida sentimental y amorosa del titular del Ejecutivo.
-Presidente, ¿qué mira primero de una mujer? -interrogó con una sonrisa pícara.
-Me van a tratar de mentiroso, pero le voy a contestar...
-Dele.
-Lo primero que le miro es su capacidad.
(…)
Entre sonrisa y sonrisa, Menem reiteró que dará el indulto 'antes de fin de año' y se declaró elípticamente a favor de la pena de muerte para los cabecillas de la última rebelión militar. 'Creo que alguien debe pagar por la sangre derramada'.
Ella insistía: 'Ay, nos encanta tener un presidente atípico como usted'. Y una vez más: 'Las mujeres se vuelven locas con usted, hay por lo menos tres o cuatro señoras que están perdidamente enamoradas del Presidente'. A metros de la mesa, acodadas sobre el piano de medio concierto que luego usaría el maestro René Cóspito para tocar 'Según pasan los años' y 'Gotas de lluvia sobre mi cabeza' con una breve introducción de 'Tipperary', tres señoras integrantes de la claque no soportaron tanta emoción: 'Nosotras también lo queremos, Presidente', corearon.
Hubo apenas dos momentos en que el clima festivo del almuerzo se enfrío abruptamente: el primero, cuando Chiquita se cruzó fuerte con Menem sobre el impuesto al turismo y las casas que tienen los argentinos en Punta del Este, Bernardo Neustadt incluido.
Serio, el Presidente denunció 'los 60.000 millones de dólares que se llevaron del país' y no tuvo mejor idea que poner como ejemplo 'la cantidad de argentinos que tienen casas en Punta del Este'.
Chiquita Legrand se sintió tocada. Rápidamente recordó que ella también tiene su casa 'a 25 kilómetros de Punta del Este, pero eso no está mal, yo no robé...'
-Bueno, yo no digo eso por usted Mirtha -se atajó el Presidente.
-Además, usted se está haciendo una gran casa en Anillaco y muy lujosa, según vi en algunas revistas -retrucó Legrand.
(…)
De nuevo en la realidad, la conductora le preguntó sobre la corrupción y Luis Barrionuevo, no sin antes anticiparle que 'la calle opina', una muletilla para evitar responsabilidades pero que sabía que 'ahora se va a atragantar'. Menem sonrió y alabó al gastronómico ultramenemista no sin antes recordar que su gobierno era el que había puesto el 'tema sobre el tapete' y que, en su momento, él mismo había pedido que 'la corrupción se equiparase al delito de traición a la Patria'.
Breves imágenes del almuerzo
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