Espectáculos

¡PUGLIESE AL COLÓN!

Hace 25 años el músico y director de orquesta Osvaldo Pugliese se presentaba por primera vez en el Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires. Recinto dedicado a la música clásica y la ópera, en pocas ocasiones se le dio lugar a la música ciudadana. Tramos de El viejo maestro ofrendó lo mejor de su estilo ante el delirio de un público emocionado y feliz, nota de Eduardo Rafael en el diario La Razón del 27 de diciembre de 1985.

“Cuando se escriba la historia del Teatro Colón es muy probable que el autor omita mencionar que el jueves 26 de diciembre de 1985, a las 21, se llevó a cabo una función extraordinaria en homenaje al maestro Osvaldo Pugliese. Es muy probable. De ahora en más, sin embargo, ninguno de quienes pretendan pontificar sobre la cultura popular podrá ignorar esa fecha. Con Osvaldo Pugliese entró al Colón, anoche, la representación musical más auténtica y pura del arrabal, esa zona marginal de la ciudad donde, en un principio, se encontraron los últimos gauchos y los primeros inmigrantes para darle a Buenos Aires, y a la Argentina toda, su documento nacional de identidad: el tango.
Cuando a las 21.8 se apagaron las 550 lámparas que dan luz a la araña de la cúpula interior de la sala y apareció el actor Luis Brandoni para señalar, con palabras de Lucho Schwartzman que 'en ese piano -todavía vacío- se va a sentar un hombre con el mágico misterio de jugarse entero', la tensión alcanzó el pico más alto. Segundos después estalló en una ovación nunca tan esperada, nunca más merecida: estaba en el escenario, encanutada en riguroso smoking negro, la figura ya mítica de ese sembrador de sentimientos que se llama Osvaldo Pedro Pugliese. A partir de allí y hasta el final, cerca de la medianoche, hubo en la sala un permanente intercambio de emociones. El sueño de todos se hacía realidad: Pugliese tocaba en el Colón.
Arrancó con 'Arrabal', un tango que José Pascual -su sucesor en el sexteto de Elvino Vardaro- compuso en 1934 y Pugliese grabó en 1961. 'Lo elegí porque es uno de los tangos más completos' había sido su explicación previa y lo demostró enseguida aunque, en realidad, anoche no tenía nada que demostrar. Con sus aplausos en medio de las interpretaciones, después de las variaciones o los arrastres canyengues, con sus gritos y ovaciones que hicieron inaudibles todos los finales de cada tema, el público expresó el afecto que le guarda al maestro desde toda la vida. 'Para escucharlo tenemos los discos, aquí vinimos a gritarle cuanto lo queremos', dijo alguien a nuestro lado. Y si Pugliese no lo interpretó así y quiso al final -ya cumplido el programa- regalarles a todos la sorpresa del estreno de su interpretación de 'Toda mi vida' (Troilo y José María Contursi) y enseguida la versión instrumental de 'El encopao' debe ser, seguramente, de puro exagerado, como le gritó un fanático noches pasadas en el Parque Lezama.
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Anécdotas son, también, las inexplicables deficiencias en el sonido y algunas exclamaciones que se escucharon, 'Osvaldo, si tocás La Mariposa, me afilio', gritó un apuesto caballero desde el palco 27. 'A La Scala, maestro', bajó desde la cuarta bandeja. Gritos que a los asistentes habituales tal vez le suenen a irreverentes en tan culto recinto, pero que responden a la fidelidad de un público que siempre se sintió protagonista. Otros directores de orquestas tuvieron grandes masas de admiradores. Pugliese no. Pugliese tuvo y tiene hinchada. Por eso llenaron el Colón y vivieron la noche como propia.
Osvaldo Pedro Pugliese, ese inquebrantable muchacho flaco, austero, compadrón y canyengue que recién acaba de cumplir 80 años reincidió en su modestia al pedir permiso para dedicar a la memoria de su madre la interpretación de La Yumba. 'Fue la primera que me dijo ¡Al Colón!´, explicó. Los que allí estaban, y Pugliese como nadie, saben lo que el Colon significa para la gente humilde, para la gente pobre. Como lo fue su madre, como seguramente lo son muchos de los que anoche, acaso por única vez en su vida, pisaron esa sala. Y lo hicieron porque quisieron, y fueron, testigos y protagonistas de un acontecimiento histórico.”



La Yumba, Pugliese en el Colón


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