7.10.10

Derechos Humanos

HACE 30 AÑOS PÉREZ ESQUIVEL GANABA EL PREMIO NOBEL
Hace treinta años el escultor Adolfo Pérez Esquivel recibía el Premio Nobel de la Paz. Así trató el tema la revista Gente en un reportaje de Renee Sallas y Osvaldo Leboso con Pérez Esquivel, publicada el 6 de noviembre de 1980. Más que una entrevista parece un interrogatorio.




"-Usted es un ciudadano argentino, ¿no? Y como argentino, le debe haber llamado la atención que la campaña antiargentina en Europa, por ejemplo, ha hecho hincapié exclusivamente en esa bandera demagógica, sin ver lo demás. ¿No cree que le hace muy mal a su país esta parcialidad?

-Yo creo que no. Y además hay que diferenciar una cosa: en el exterior hay sectores que distorsionan las cosas porque buscan sus intereses políticos. ¿No es así? Lo sabemos todos. Pero hay una cuestión que es más profunda: y es que toda persona tiene derecho a saber dónde se encuentran sus hijos. Este es el enfoque que le damos nosotros, como cristianos. Porque Cristo nos dice que debemos reconocer en el prójimo a nuestro hermano. Pero usted me habla de un ataque contra la Argentina en Europa. Pienso, en cambio, que los sectores que realmente trabajan con honestidad, no están atacando a la Argentina. Cuando hablamos del pueblo argentino es una cosa. Cuando hablamos del gobierno, es otra cosa. Porque el gobierno actual, el gobierno que tenemos, no es un gobierno elegido por el pueblo. Entonces creo que hay que diferenciar y no confundir.

-¿No cree que todo lo que los argentinos hoy vivimos es consecuencia, precisamente, de malos gobiernos elegidos por el pueblo?

-Bueno, yo pienso que no.

-¿Entonces surge por generación espontánea?

-Bueno, no me gusta polemizar en estos aspectos. Pero si nosotros vemos que un país tiene leyes, tiene una Constitución, entonces no sólo los gobernados sino también los gobernantes deben respetar esas leyes. Si una persona cometió un delito, debe ser juzgada y debe ser castigada por ese delito. De acuerdo a las normas, a las leyes, a la justicia que imperan en toda sociedad civilizada.
(...)
-En una conversación telefónica que usted tuvo con Suecia, dijo: 'Acepto el premio en nombre de los campesinos, de los pobres, de los obreros, de los indígenas de América latina'. ¿Por qué no aceptó el premio en nombre de todos los no violentos del mundo, cualquiera sea su profesión y condición económica?

-Bueno, es lo que yo siento. Yo acepto el premio en nombre de todos los que luchan por la paz para construir un mundo más justo y humano".






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