EL NACIMIENTO DE LA ERA FERRARI-SCHUMACHER
El 8 de octubre de 2000 Ferrari volvía a ganar un título en la Fórmula Uno luego de 21 años de espera. Ese domingo Michael Schumacher triunfó en el Gran Premio de Japón y obtuvo además su tercer campeonato mundial en la máxima categoría del automovilismo internacional. Fue la primera de las cinco temporadas que ganó el alemán en la escudería italiana en la primera parte de la década. Fragmentos de La fiesta inolvidable, nota de Alan Henry en la revista Corsa, nº1784 del 9 de octubre de 2000.
"Entre grandes dosis de euforia y emoción, Michael Schumacher finalmente puso fin a una sequía de Ferrari que ya llevaba 21 años y se convirtió en el primer piloto de Maranello que obtiene el Campeonato Mundial desde Jody Schekter, en 1979, con una brillante victoria en Suzuka.
Este domingo, Schumacher no sólo derrotó a Mika Hakkinen en una lucha leal y abierta, sino también surgió triunfante en su batalla personal contra el muy motivado finlandés y obtuvo su tercer Campeonato de Pilotos, luego de los que ganó con Benetton en 1994 y 1995.
El McLaren-Mercedes de David Coulthard y la otra Ferrari de Rubens Barrichello terminaron tercero y cuarta, mientras Jenson Button agregó otra excelente performance en su año de debut con un quinto puesto para Williams-BMW, seguido por el BAR-Honda de Jacques Villeneuve, que completó el sexteto de pilotos con puntos.
Entrenamientos y clasificación
También la clasificación en este maravilloso y exigente circuito de 5.864 metros fue una batalla entre los dos contendiente por el título. Ferrari había trabajado la semana anterior en Mugello y Fiorano con las gomas para Suzuka, las Bridgestone de compuesto medio que, cosa rara, no estaban acompañadas por una opción alternativa de emergencia.
Ferrari también se benefició de un nuevo alerón frontal que fue probado en los tests de Mugello, un desarrollo del utilizado por primera vez en Spa. Schumacher también comenzó su trabajo de puesta a punto sobre la obtenida en Mugello.
La sesión de una hora en la tarde el sábado mostró una lucha electrizante con Hakkinen y Schumacher alternándose con tiempos velocísimos al frente del pelotón.
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La carrera
Desde el principio pareció que Hakkinen podía ir contra la corriente y los pronósticos y prolongar la batalla por el título hasta el Gran Premio de Malasia, el 22 de octubre. Aunque superado por la 'pole position' de Schummy, el referente del equipo McLaren Mercedes logró un rápido liderazgo en la largada y se negó a ser intimidado ante la arremetida de Schumacher contra él con su típica acelerada en diagonal a la salida de la grilla de partida.
Unos segundos antes hubo un momento de suspenso mayúsculo cuando el McLaren de Hakkinen comenzó a largar un humo azul en la grilla y podía verse una mancha líquida sobre el asfalto debajo de su caja de cambios.
En la calle de boxes, el jefe Mario Illien caminó para examinar la telemetría, pero el problema no era nada más que un exceso de líquido hidráulico que e había quemado. El monoplaza había sido cargado de más y, desde ese momento, los McLaren, como la victoriosa Ferrari, no tuvieron ningún problema.
Mika lideraba por 8/10 de segundo al final de la vuelta inicial, y desde entonces fue una carrera de dos. Ante esto, podía perdonarse a Coulthard por manejarse con demasiado cuidado en el tercer puesto, con lo que revelaba que una de sus prioridades era mantener alejado a Barrichello. Pero su carrera en general fue desilusionante y el escocés, que luchó en búsqueda de adherencia todo el fin de semana, simplemente no pudo ofrecerle ninguna asistencia táctica a Hakkinen.
El finlandés pasó con éxito la primera parada de aprovisionamiento, pero perdió la punta en la agitación de la segunda mientras el circuito se lavaba con una ligera lluvia. Primero había sido malamente tapado por el Arrows 21 de Pedro de la Rosa, pero nada había que hacer con el hecho de que perdió cinco segundos a la salida de su segunda parada, en la vuelta 36, frente al dinámico Schumacher.
¿Cuál era el problema? Básicamente, su McLaren patinaba por toda la pista, sin adherencia con su tercer juego de gomas. Fue el momento que definió la carrera y el Campeonato, porque en ese entonces, cuando la pista estaba resbalosa, Schumacher andaba muy fuerte con sus neumáticos en muy buen estado, ya que había puesto las Bridgestone en su segunda parada, en la vuelta 40.
Desde ese momento, todo lo que Schumacher tuvo que hacer fue mantenerse tranquilo, aunque admitió luego que Hakkinen no le dio respiro. 'Mika podría haberlo hecho más fácil para mí, pero tuve que andar a fondo todo el tiempo hasta la curva final. Sabía que iba a haber dos vueltas cruciales cuando Mika ingresara a boxes (para la segunda parada) y por eso anduve realmente a fondo. Pero justo en ese momento uno de los Benetton (Würz) hizo un trompo frente a mí y mientras entraba a boxes pensé que no iba a poder salir adelante -expresó Michael-. Sin embargo, mientras aceleraba para volver a la pista Ross (Brawn) me dijo por la radio 'se ve bien, muy bien, se ve maravillosamente bien' y me encontré en la punta', concluyó el flamante Tricampeón.
La carrera demostró que Schumacher y Hakkinen estaba en un nivel superior al resto e igual al de los granes pilotos contemporáneos.
En lo que toca a Michael, aunque no tiene un gran sentido de la historia o de la tradición, no dejaría de estar impresionado ante el hecho de que se ha convertido en el octavo piloto en 50 años que gana un Campeonato Mundial con uno de los famosos autos rojos."
La victoria de Schumacher en Suzuka 2000
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