30.8.10

Psicología

LOS 100 AÑOS DE MARIE LANGER
El 31 de agosto de 1910 nació en Viena Marie Langer, médica y una de las más importantes psicoanalistas de América latina. Militante comunista, fue médica de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española. Emigró al Uruguay y luego a la Argentina, donde fue una de las fundadoras de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Asociación de Psicología y Psicoterapia de Grupo. En 1974 debió emigrar a México, donde junto a la docencia universitaria se dedicó tareas de solidaridad con los refugiados y exiliados. La recordamos con fragmentos de Marie Langer: trabajar hasta el final, entrevista de Victoria Verlichak publicada en la revista El Porteño, nº 38 de febrero de 1985.




“'Nací en en 1910. ¿Qué significa esto? Significa que viví, si puede decirse así, un complejo de Edipo imperial. Detrás de mi padre estaba el viejo emperador Francisco José'. Así comienza Memoria, historia y diálogo psicoanalítico, escrito por Marie Langer junto con Jaime del Palacio y Enrique Guinsberg. El libro, editado por primera vez en México en 1981 y luego en Buenos Aires por Folios Ediciones, da cuenta de la historia y la obra de Marie Langer.
Esta mujer que reside en México desde hace 10 años y actualmente es profesora del doctorado de psicología clínica de la Universidad Nacional Autónoma de México, continúa la práctica psicoanalítica privada, supervisa una colega al frente de un servicio infantil de nefropatología, donde existen grupos terapéuticos de enfermos, padres y personal médico, y desarrolla una labor -'emocionalmente muy importante'- en Nicaragua.
El Porteño entrevistó a Langer -alerta, seductora, vital- durante su visita a Buenos Aires. A continuación se reproduce parte del diálogo.

-Se sabe que visita Nicaragua a menudo ¿qué tipo de trabajo desarrolla allí?
-El decano de la Facultad de Medicina de León -la única facultad de medicina que existe actualmente en Nicaragua- le pidió a Sylvia Bermann (una psiquiatra argentina muy valiente, que ya regresó a Córdoba) que fuera a ocuparse de salud mental. Ella en ese momento tenía varios compromisos en México y no podía decidir su traslado a Nicaragua. Sylvia nos propuso a otro colega argentino y a mí formar un equipo de trabajo. Hemos formado un equipo de doce personas, psicólogos y médicos (argentinos, mexicanos, chilenos) todos con preparación psicoanalítica.
Cuando Sylvia regresa a la Argentina, la coordinación quedó en menos de Nacho Maldonado y mías. Hemos elaborado diferentes programas de salud mental, siempre en colaboración con el Ministerio de Salud nicaragüense y la Facultad de Medicina y estamos trabajando en la formación de psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales. También trabajamos con los residentes de psiquiatría del Hospital Psiquiátrico de Managua.
Hemos logrado una cosa casi de ciencia ficción: doce personas formamos un solo profesor. Cada mes viajamos dos de nosotros a Nicaragua a dar clases, hacer coterapia, a hacer planes. Una vez por semana nos reunimos en México para hacer estos planes y para elaborar un lenguaje común. También nos reunimos en grupos más pequeños para tocar diversos temas, por ejemplo, la preparación de un curso sobre psicosis en el Psiquiátrico de Managua.
Hasta ahora yo he viajado nueve veces y viajaré de vuelta en febrero. A pesar de todo, a pesar del peligro de invasión, inundaciones y problemas afines, nunca hemos fallado, viajamos cada mes, menos diciembre por las fiestas.

-¿Los nicaragüenses son receptivos o ejercen algún tipo de control sobre su trabajo?
-Al principio hubo tal vez cierta desconfianza. Justamente un colega argentino, que trabaja y vive allí, nos preguntó si íbamos a hacer turismo revolucionario. Pero con el tiempo nos dieron mucha confianza. Saben que somos fiables ideológica y profesionalmente, además son muy abiertos.
(...)

-¿Qué opina del auge del lacanismo en Argentina?
-Eso es muy complejo. Por un lado yo no he estudiado realmente a Lacan, sí tengo una idea y sé que contiene elementos teóricos muy valiosos. Pero por otro lado acá muchos tuvimos que irnos, y los que se quedaron tuvieron que cerrarse frente a una realidad política, social, dolorosa y peligrosa. Pero en esta situación peligrosa era lógico buscar un proyecto que no ya consciente o voluntarioso sino inconscientemente, que no fuera riesgoso y que de alguna manera tal vez sustituyera el proyecto político anterior, que se había vuelto vida o muerte. Por eso creo que surgió tanto el lacanismo en una época en la cual en Francia ya estaba prácticamente decayendo.
Otra característica argentina es que somos muy ávidos de lo que pasa afuera, en Francia principalmente, a nivel cultural y muchas veces heredamos algo que allá ha sido mucho pero ahora no lo es tanto. Si los lacanianos tienen tanto interés en América latina (Argentina, también Venezuela, México no tanto) justamente es porque acá hay un terreno que allá ya no lo hay tanto, porque el mismo Lacan cerró su escuela poco antes de su muerte.

-¿Usted no va más a congresos?
-No voy más.

-¿Tampoco publica artículos en revistas especializadas?
-Eso es un poco distinto porque la pérdida de la Argentina de alguna manera me devolvió mis raíces europeas. Yo recuperé mi idioma alemán y empecé a ir regularmente a la Suiza alemana, a Zurich, pasando por Viena, desde ya. Fue a dar charlas, y esas charlas fueron grabadas y luego las he corregido y aparecieron en alguna revista o libro alemanes. Es decir, desde México publico en alemán, frente a mi propia perplejidad y a mis dudas ortográficas, en revistas especializadas, en revistas psicoanalíticas.

-Los que no conocen esta faceta pueden pensar que lo de Nicaragua, aunque pueda ser meritorio, la aparta del trabajo teórico...
-No, en Suiza trabajo con el grupo Plataforma, que es una organización de crítica al psicoanálisis institucionalizado. Plataforma formalmente se creó en el Congreso de Roma en 1969, y la gente de Plataforma de Zurich durante una época llegó a dirigir el Instituto de Psicoanálisis de ese país. Pero a la larga la Internacional Psicoanalítica se molestó porque la gente de Plataforma era políticamente interesada, ideológicamente crítica, etc., y les dijo que el Instituto debía volver al mando de la Asociación Suiza. Ellos entonces se fueron, y ahora tienen una formación alternativa con más de 100 alumnos; y es ahí donde publico y hablo, no en la Asociación Psicoanalítica Internacional.
(...)

-¿Monumento nacional en México?
-No, monumento latinoamericano. Te puedo explicar como fue: dentro de la Asociación (Psicoanalítica), dentro de lo kleiniana (por Melanie Klein) vi cuán útil era la teoría kleiniana para entender los trastornos psicosomáticos de la mujer: menstruación, embarazo, parto, etc. Escribí un libro, Maternidad y sexo (1951) y este libro me ha dado cierta fama en América latina. Sigue publicándose; ahora acaba de aparecer en portugués, recientemente ha salido en italiano y ahora se edita en España. Si alguien que recién me conoce me identifica y me dice que mi libro la ayudó mucho, eso no me molesta.

-A lo largo de su vida y obra la preocupación por la mujer ha sido evidente ¿qué es para usted el feminismo?
-Voy a contestar con las palabras de una socialista francesa, Yvette Roudy: 'Feminista es quien tiende a mejorar la condición de la mujer en el mundo. Es feminista toda mujer u hombre que toma conciencia de la opresión de que es objeto la mujer'. No reinvindico la corriente feminista hostil al hombre."


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