El 1 de agosto de 1990 falleció la actriz Bárbara Mujica. Nacida en el seno de una familia de artistas, era hija de la actriz Alba Mujica. En el cine fue dirigida en su debut por Leopoldo Torres Ríos en Edad difícil (1956) y actuó en otras quince películas. Tuvo una destacada trayectoria en teatro y en televisión, donde integró el grupo Gente de Teatro que realizó el programa 'Cosa juzgada'. Fragmentos de Bárbara Mujica, entrevista de Mona Moncalvillo en la revista Humor®, nº 109 de julio de 1983.
-“'Cosa juzgada' apareció después que tuvieron en televisión dos traspiés...
-Sí, nos llamaron de un canal y nos ofrecieron hacer un programa de humor a raíz del éxito de 'Matrimonios y algo más', el programa de Moser que en aquel entonces había reunido gente que venía del cine, con cartel. Y él los hizo hacer humor, algo que hasta entonces no habían hecho. Fue un bombazo; por eso en otro canal deciden que nosotros, con buena trayectoria en el cine, teatro y algo de televisión, podíamos hacer también un programa de humor. Y surgió 'Nosotros los villanos', que creo que era realmente un programa de humor; no cómico, que es algo diferente. Pero para eso no existía espacio. 'Matrimonios y algo más' y los otros programas que había -y que ahora han reaparecido- sí eran cómicos. Nosotros teníamos dos o tres 'sketches' buenos, lo demás era irregular. No sé si estábamos adelantados o si la gente nos quería ver en algo más fuerte, más dramático y o aceptó esa imagen, pero nos fue mal... Después vino 'Vidas en crisis', libros de la BBC, muy distantes de nuestra realidad, de otra psicología, que requería un gran esfuerzo, incluso de decorados, de espacio; y tampoco fue bien.
-¿Cómo nació 'Cosa juzgada'?
-Directivos de Canal 11, Simoncini y Darío Castel, vieron dos ciclos de la RAI, hechos en Europa en base a casos reales, que habían tenido allí gran éxito; y tuvieron la idea de hacerlos aquí con casos de la justicia argentina, con nuestro lenguaje. Que no es sólo el habla; es historia, mentalidad, un código de comunicación.... Por algo los ingleses hacen el teatro que hacen y que jamás podremos hacer nosotros. Ellos tienen una historia que avala hacer todos los reyes del mundo con gran naturalidad, porque es una experiencia por al que han pasado. Lo nuestro es una información acerca de, o un ejercicio... Pero para hacer nuestra gente y nuestros casos, estamos nosotros, y con nuestro lenguaje. Así surgió 'Cosa juzgada', que duró tres años; terminó en el 71. Para mí fue un 'shock' tremendo. Ese tipo de realidad totalmente límite que tratábamos, como que un individuo sea sometido a la justicia porque ha matado o robado, fue bravo; todo rayaba en lo fronterizo, lo marginal. Hasta para eso somos poco originales los seres humanos, siempre hay como una reiteración en la mentalidad delictiva, y los programas tenían poca variación. Había mucha dificultad para encontrar variedad dentro de los temas y nos cuidamos mucho de no hacer tremendismo -aunque de eso se nos acusó mucho, pero tremendista es la vida...- Teníamos que suavizar mucho los casos, porque producían mucho dolor. Los casos de desesperación, locura, enfermedad, miseria, eran terribles... Para mí fue casi traumático tomar contacto con toda esa realidad. Me metía mucho en esos personajes; lloraba, me agarraba una piedad que me dolía, me dolía mucho. Pero el público nos dijo sí...
(…)
-¿Querés hacer teatro?
-No, estoy muy cansada y quiero ir de a poco. Estoy en una especie de renacimiento; por eso no me quiero atorar, ni apurar, sino ir despacio y lo más natural, de acuerdo a mi proceso interno. Voy a hacer teatro cuando reconozca que tengo que hacerlo, no antes.
-¿Y cine?
-Sí. Hace mucho tiempo que no hago cine y casi ya no sé cómo se hace. Estoy en un proyecto que me atrae mucho, con Sergio Renán: 'Gracias por el fuego', de Benedetti.
-Difícil de adaptar para el cine...
-Dificilísima, creo que va a ser una obra que a Renán le exigirá mucha creación. No sé cómo se podrá transcribir esa obra en imágenes, pero nos pondremos a su disposición.
-¿Será para este año?
-Sí, en pocos meses.
-¿Fue buena tu vuelta a la televisión, con 'Ruggero'?
-Fundamentalmente, fue volver. Y volver con ese proyecto, tal como estaba encarado y por lo que a mí me tocaba, creo que fue la mejor forma. Fue intentar un programa popular, con unidad de criterio en la temática, sin que fuera solemne. Con buenos profesionales y escrito por Aída Bortnik, una mujer que respeto y admiro profundamente; me parece muy talentosa.
-Se te ve tranquila, madura... ¿es equilibrio?
-Ojalá, espero que sí... Es lo que me he propuesto siempre en la vida. Ese es el éxito que quisiera tener.
-¿Seguís prohibida?
-No... Nunca supe por qué lo estuve. No quiero hablar del tema y no es un problema de juegos o coqueteos. Realmente siento que dentro de todas las confusiones que ha habido, las equivocaciones y lo que ha sucedido, lo mío no es importante. Es una situación que me tocó vivir y saco de ella lo mejor para ubicarme en la realidad.
-De tus replanteos profesionales, ¿qué salió?
-Siempre una nueva apuesta, una nueva vida. Creo que esta profesión de intérprete es la única que te permite envejecer y seguir trabajando. Por eso no creo en el éxito, creo en el total. El balance hay que hacerlo al final...
-¿Qué te agregaron estos años? Arrugas, veo que no...
-Las tendré en el alma... Como decía Mafalda, me voy a tener que planchar el alma. Muchas veces he tratado de hacerlo... Yo no sé si es que no entendía cuando me decían que la vida era difícil, o en qué Cristo estaba pensando... Vivir no es fácil, nunca lo ha sido; no es una novedad. Pero que nosotros lo descubramos ahora es un problema nuestro. La vida encierra peligros, contrastes; pero ese juego es la vida. Lo que trato de ver es hasta dónde yo la complicaba y cuál era la identidad y el equilibrio con que venía, y qué buscaba. Este trabajo tiene mucho que ver con la locura, con quien uno es, con para qué... Uno no cambia; cambia, sí, la conciencia que uno va teniendo de sí mismo, los distintos planos de uno mismo. Lo difícil es descubrir ese hilito de uno que va por dentro, eso que sos, tan abstracto y punible...”
Homenaje en el programa Siglo XX Cambalache
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