Literatura

HACE 20 AÑOS MORÍA SILVINA BULLRICH

El 2 de julio de 1990 falleció la escritora Silvina Bullrich. Nacida en una familia tradicional argentina, también fue periodista, docente universitaria y traductora. Su larga obra narrativa suele dividirse en tres líneas: la del intimismo feminista, la de best sellers, y la de temática política. Fragmentos de Silvina Bullrich, entrevista de Víctor Sueiro publicada en la revista Perfil, nº 15 del 30 de mayo de 1983.

"Definitivamente a Silvina Bullrich no se la puede juzgar. Intentarlo es encarar un ejercicio muy difícil aunque nada original ya que prácticamente todo el mundo la juzga y, a menudo, demasiado severamente. A ella parece no importarle mucho todo eso y cuando habla despliega una verdadera batería de fuego que voltea muñecos, prejuicios, hechos supuestamente ya establecidos y actitudes cotidianas. Es como un dragón: mientras se la alimenta -acompañándola, compartiendo, tal vez mimándola- todo suele ser hasta pasatista, pero cuando cesa el alimento el dragón tiene hambre y lo hace saber lanzando su aliento de fuego sobre todo lo que encuentra en su camino. Es una bella mujer de 67 años -cumplirá uno más el próximo 4 de octubre y le deleita 'ser de Libra'-, con una vida nada fácil de comprender para el común de los mortales: cuna de oro, viajes a todo el mundo desde chiquita, manejo perfecto de varios idiomas, amigos en las principales capitales del planeta, conocedora de la pasión e inteligente y astuta a pesar de su falta de freno al hablar con quien sea. Califica al Gral. Galtieri como 'Aborrecible. Aborrecible y equivocado', pero sus propios principios hacen que agregue que 'en ese momento, desgraciadamente, está muy caído para hablar mal de él', aunque concluye que 'lo que hizo no tiene perdón de Dios'. Por otra parte, afirma que 'Martínez de Hoz es un hombre bien intencionado que está tratando de explicar lo que ha hecho porque pertenece a una clase en la que la gente sabe que tiene que explicar lo que ha hecho, mientras que otros jamás se preocupan por eso'. Su interlocutor puede sentir como un golpe en medio del pecho cuando ella asegura con su habitual desenfado que 'Margaret Thatcher hizo lo que tenía que hacer. Yo en su lugar hubiera hecho lo mismo'; pero deja en claro que eso no significa que la aprueba, sino, más que nada, que la comprende. Si se la lleva a un terreno frívolo pero de corte menor, mueve los hombros y tuerce levemente la boca para responder que 'De Moria Casán no sé nada. Ni la menor idea'. Aunque se le atreve un poco a la farándula al decir que le gusta Gardel y que se alegra de que a Tootsie no le hayan dado el Oscar porque 'después de todo no es ni más ni menos que una mala copia de «La tía de Carlos» que acá se hizo hace muchos años'. Resume su opinión respecto del presidente Bignone con un gesto anodino y una frase inconclusa pero reveladora: 'Es un buen hombre. Está ahí porque, bueno...' Al pedir su opinión sobre el dirigente radical Raúl Alfonsín determina que 'Mirá, entre los dos radicales, me quedo con De la Rúa', y, finalmente, dice de Saúl Ubaldini que 'es un personaje muy importante. Creo que es un hombre que puede hacer mucho en el futuro'.
(...)
Silvina Bullrich: Poco después de nacer yo, era presidente Marcelo T. de Alvear... ¿Quién hizo la democracia argentina? ¡La clase alta! Sáenz Peña, Carlos Pellegrini... Yo desciendo del lado de mi madre de Juan Martín de Pueyrredón. Fue la aristocracia argentina... la clase media argentina existía también antes de Perón y estaba muy tranquila y era, como siempre, la gran valla contra el comunismo que es la única que tiene el mundo entero... Perón la destruyó al levantar el odio de clases y levantar el odio de los obreros...
P.: ¿No hay una creencia generalizada, apuntalada por el mismo movimiento peronista, que dice que Perón creó a la clase media argentina en cierta forma?
S.B.: Se equivocan, se equivocan... Yo lo he vivido. He estado en la Plaza San Martín y he visto a Perón y a Evita y hasta los he conocido. Perón destruyó a la clase media para levantar al pueblo y hacerlo venir del interior, que es una lástima porque nuestro país necesita gente que trabaje el campo. Necesitaríamos ir muchos más al interior y no que vengan del interior a esta gran cabeza inútil que es Buenos Aires.
P.: Volvamos a la clase media...
S.B.: Sí. La clase media tiene muchos defectos. Es mojigata, excesivamente supersticiosa en su manera de tener una religión moralista con una moral sexual no más y de ahí que han permitido robar a muchos gobiernos... Acá se entiende por moral nada más que lo que tiene que ver con el sexo y no es así. La moral se demuestra en todo, si se tiene...
(...)
P.: Usted escribió en contra de la guerra de las Malvinas creo que en L'Europeo o Paris Match.
S.B.: Escribí el 17 de abril en La Nación y dije que era un grave error lo que se había hecho en las Malvinas. Después publicaron eso varios diarios europeos y creo que Paris Match... Yo siempre pensé que era un disparate, porque yo sé historia. La gente no puede moverse sin evaluar al adversario. Si supieran cómo Inglaterra se portó con la guerra de los boers, si supieran cómo Inglaterra se portó en la India...
P.: Bueno, los masacró...
S.B.: Claro, como masacró a los hindúes.
P.: Y a los holandeses en la guerra de los boers.
S.B.: Así es, y a los holandeses... Y en la India iban los chicos y las mujeres adelante y tiraban igual... Entonces ¿qué creíamos nosotros? ¿Qué no nos iban a hacer nada por nuestra linda cara?
Cuando decían que no iba a llegar la flota, cuando Costa Méndez -que es el culpable después de Galtieri- se permitió no aceptar las posibilidades de arreglo que hubo en Naciones Unidas y que presentó Perú para que flameara nuestra bandera con la bandera de las Naciones Unidas...
(...)
P.: Ya que estamos en la política; no hace mucho tiempo se emitió por radio una propaganda partidaria que incluía la marcha peronista. ¿Qué sintió la primera vez que la escuchó -y por radio- después de tanto?
S.B.: Yo no soy tan antiperonista... No soy peronista, pero no soy antiperonista. No tengo ese furor que tiene contra el peronismo Borges o mucha gente de la oligarquía.
Te voy a decir que primero le agradezco profundamente a Perón que, gracias a él, yo estoy divorciada con disolución de vínculos porque fui una de las pocas que tuvo tiempo de acogerse a la ley de divorcio en ese breve lapso en que existió en la Argentina... Gracias a eso me pude manejar en la vida con mucha más comodidad... También le agradecí mucho a Perón que hubiera dado el voto a la mujer... Después le agradecí mucho que le hubiera dado un lugar a la mujer como le dio a Evita...
P.: Usted es casi peronista con todo lo que le agradece a Perón...
S.B.: Y claro, claro... Lo único... Mirá, yo lo he dicho muchas veces: acá la oligarquía se equivocó con Perón... Lo tenían en la mano. Perón no estaba contra ellos.
Simplemente al insultar a Evita y al pasarse la vida diciendo cosas obscenas contra ella se pusieron a Perón en contra... No debieron ofender a una mujer por una vida privada llena de dificultades como la de ella. ¡Es claro que una mujer criada entre algodones y servida por veinte sirvientas no tiene nada de todo lo que tuvo que sufrir Evita para comer! ¡Qué gracioso!
(...)
P.: A Borges se lo menciona siempre ¿no?
S.B.: Siempre. Y ninguno lo ha leído. Son incapaces de leer a Borges...
P.: ¿Y por qué? ¿Por qué ocurre que -como suele decirse- Borges es un escritor de axila, es decir que se llevan sus libros, pero debajo del brazo? No todo el mundo, claro, pero sí muchos...
S.B.: Y simplemente porque es difícil de leer, porque hay que concentrarse, porque no es un escritor para distraerse...
P.: Aparte de eso: ¿queda 'bien' decir que se leyó a Borges?
S.B.: Yo lo he leído mucho. Lo he conocido mucho. Lo he apreciado mucho, pero hace veinte años que no escribe nada que valga la pena. Desde que Borges es famoso no escribe una línea. Lo extraordinario de la vida del escritor es que Borges es un fantasma que está sobreviviendo, un escritor que se llamó Borges... A Borges lo hicieron desde el extranjero...
Porque como nosotros no creemos en nosotros mismos, porque tenemos un gran complejo de inferioridad, creemos en los nombres que vienen rebotados desde el extranjero..."


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