12.5.10

Política nacional

MATAN AL SINDICALISTA ROSENDO GARCÍA
El 14 de mayo de 1966 murió Rosendo García en un tiroteo en Avellaneda. Un hecho olvidado de no ser por la investigación del periodista Rodolfo Walsh. "El tema superficial es la muerte del simpático matón y capitalista de juego que se llamó Rosendo García, su tema profundo es el drama del sindicalismo peronista a partir de 1955, sus destinatarios naturales son los trabajadores de mi país", publicó el periodista en su libro ¿Quién mató a Rosendo?. El texto completo de El tiroteo de Avellaneda, nota extraída del semanario Primera Plana, nº 177, el 17 de mayo de 1966.




"La abrupta muerte del dirigente metalúrgico Rosendo García (38 años), a la medianoche del viernes, presagiaba un ahondamiento peligroso en el un tanto apaciguado aunque latente pleito interno por el dominio del peronismo. Porque García, especie de brazo derecho de Augusto Vandor, cayó asesinado de un tiro en el estómago luego de una refriega en la confitería Real, al 800 de avenida Mitre, en Avellaneda. Las primeras informaciones, inclusive, pretendían que ese balazo estaba destinado al propio Vandor, dedicado en las últimas semanas a reconstruir su mellado poderío mediante un operativo de corte gremial, la unificación de la CGT (ver páginas 12 y 13).

Veinticuatro horas después del deceso de García —a quien solía adjudicársele la candidatura peronista a la Gobernación de Buenos Aires, en 1967—, la oscuridad continuaba rodeando los incidentes de la confitería Real. Dos versiones circulaban entonces: • La recogida en la Unión Metalúrgica relata que Vandor, García y otros dirigentes, amén de algunos legisladores peronistas, llegaron a la Real luego de una asamblea en el Teatro Roma, donde se debatió un conflicto particular del gremio. Un grupo de desconocidos, arribado después, se sentó cerca; sus integrantes provocaron a Vandor y sus contertulios, algo que derivó en batalla a puñetazos. Uno de los provocadores disparó contra García; se generalizó el tiroteo. • El dueño de la confitería coincidió en todos los detalles menos en uno: el fuego partió del círculo vandorista.

Que la reyerta fue cruenta, lo prueba no sólo la muerte de García, sino la de Domingo Blajakis, un dirigente menor de la localidad de Gerli; y los tres heridos: Nicolás Gerardi, secretario administrativo de la filial Avellaneda de la UOM; Juan José Salazar, metalúrgico antivandorista; y el Senador provincial de Unión Popular, Julio Sassi. Dada la actual división peronista, el primer enfoque del tumulto fue político: sin duda, pensaron ciertos observadores, se trataba de una agresión orquestada por adictos a Isabel Perón y José Alonso. Pero empezó a triunfar, el domingo, otra interpretación que parece más cercana a la realidad: los incidentes de la confitería de avenida Mitre fueron el epílogo de un enfrentamiento entre metalúrgicos, si bien originado en el propio enfrentamiento peronista que separa a vandoristas y alonsistas. Conviene recordar que casi desde el momento en que Vandor y Alonso entraron en guerra político-sindical a principios de año, algunas secciones de la UOM se rebelaron contra Vandor.

Curiosamente, el viernes por la mañana, cuando iba camino de su fábrica, un grupo de desconocidos atacó a José Américo Cambón, antivandorista y delegado de su establecimiento. Quienes relacionaban los dos episodios también hallaban en ambos el reflejo de una pugna reducida al ámbito metalúrgico. En todo caso, la conmoción provocada por el asesinato de García prometía extenderse y no cesar; al fin de cuentas, el cisma peronista sólo había alcanzado extremos verbales o el estallido de petardos y de amenazas."




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