Poco antes del mediodía del 15 de marzo de 1995, el helicóptero en el que viajaban Carlos Facundo Menem y el automovilista Silvio Oltra tocó un cable de media tensión y cayó de trompa a tierra en el kilómetro 211 de la ruta 9, en Ramallo. Primero se habló de un accidente, pero con el correr del tiempo se especuló con la posibilidad de un atentado. Las investigaciones judiciales por la muerte del hijo mayor del entonces presidente de la Nación Carlos Menem nunca prosperaron y la causa terminó por archivarse.
Textos del diario Clarín del 16 de marzo de 1995
"A las 14.10 de la tarde de ayer murió Carlos Menem (hijo), el único hijo varón del Presidente. Viajaba en helicóptero a Rosario con su amigo Silvio Oltra, el corredor de TC 2000, cuando la máquina tocó unos cables de media tensión y cayó en un campo de maíz, en el kilómetro 211 de la ruta 9, en Ramallo. Oltra murió en el acto. El hijo del Presidente fue trasladado al hospital de San Nicolás en un estado de coma profundo del que no pudo salir.
El próximo fin de semana, Oltra iba a correr en Rosario. Por eso, los dos amigos decidieron viajar unos días antes y -ayer a la mañana- Carlos Menem (hijo) encendió los motores del helicóptero que partió de Olivos a las 9, conducido por él.
A las 10.40 bajaron en el aeródromo de Don Torcuato a cargar combustible. Tal vez ajenos al peligro, hacia las 11.45 volaban bajo por la ruta 9. Luego de sobrepasar a un Volkswagen azul, el helicóptero rojo y blanco tocó unos cables de electricidad que cruzan la ruta a unos 8 metros de altura. Con la cola golpeó en el asfalto y volvió a remontar vuelo hasta alcanzar una altura de diez metros.
Fue entonces cuando la máquina se volvió ingobernable: anduvo a los tumbos unos cien metros y finalmente se clavó de punta en la tierra.
Oltra murió aplastado en la trompa de la máquina y el suelo. Carlos sufrió traumatismos severos en la cabeza y fracturas expuestas.
La caída ocurrió justo frente a una estación de servicio. Los primeros testigos de la tragedia encontraron un cuerpo muerto y otro aún vivo pero bañado en sangre: lo identificaron por un buzo que encontraron con su nombre.
Intentan reanimarlo
A los 20 minutos del accidente llegaron una autobomba y la ambulancia, y a las 12.30, el hijo de Menem fue trasladado al hospital San Felipe de San Nicolás. En el trayecto sufrió un paro cardiorrespiratorio, que repitió a los pocos minutos de ingresar a terapia intensiva. 'Casi por una hora intentamos reanimarlo pero el cuadro era severísimo', explicó el neurocirujano Hilario Grandiolisio.
Los golpes más serios se produjeron en la base del cráneo y el rostro, pero en ningún momento los médicos pensaron en una operación por los graves problemas respiratorios. Murió a las 14.10 y el comunicado oficial decía que la causa era 'como consecuencia de las heridas sufridas sufridas en un accidente aéreo'.
(...)
Menem llegó al hospital y poco después lo hicieron la madre y la hermana de Carlos (hijo), Zulema Yoma y Zulemita.
A las 16.30 la familia dejó el hospital -entre expresiones de afecto de los vecinos-, junto con Calros Ruckauf, Carlos Corach, Eduardo Menem y otros funcionaros. En la sala de terapia intensiva, tres sacerdotes se turnaron para rezar las últimas oraciones. Pasadas las 18, el cuerpo de Carlos hijo fue trasladado a la Capital en un coche fúnebre Peueot 405.
'Rebotó dos veces y se clavó'
'Mirá ese helicóptero, va a tocar los cables', le dijo el camionero Juan Miguel, de 21 años, a su compañero Samuel Abeldaño, de 24. 'No, no va a tocarlos', alcanzó a responder Abeldaño cuando las aspas de la máquina tocaron los cables.
'El helicóptero tocó con la cola el asfalto de la ruta, levantó vuelo de nuevo y se fue hacia el maizal y cayó de trompa, rebotó dos veces y a la tercera se quedó clavado', contó Miguel a Clarín.
Abeldaño tomó la iniciativa y salió corriendo y le pidió a Miguel que pidiera una ambulancia. Cuando llegó al campo, acompañado por camioneros, Hugo Arias, de 40 años, y otro de apellido Torres, vieron el cuerpo de Carlos Menem hijo con la cara contra el suelo y el cuerpo de Silvio Oltra aplastado debajo de lo que había quedado de la cabina.
'Nosotros no sabíamos quiénes eran. Menem estaba irreconocible. tenía la nariz, los ojos y la boca hinchados y estaba bañado en sangre', afirmó Torres.
(...)
'Lo primero que hicieron fue apagar el fuego porque se había derramado nafta y podía volar todo. Después no sabíamos qué hacer. Dudábamos en sacarlo o no. Pero cuando uno de nosotros vio que el de remera blanca podía ahogarse dijo: «Que Dios me perdone si estoy haciendo algo mal, pero yo lo saco», comentó Abeldaño, que fue uno de los que ayudó'.
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