Meses después de su doping positivo en el Mundial '94, Diego Maradona asumió -junto a Carlos Fren- la dirección técnica de Mandiyú, club recientemente ascendido y con apenas cinco encuentros en la primera división. En la tarde de aquel 9 de octubre de 1994 Maradona se sentó en el banco del conjunto correntino y sufrió la derrota como local ante Rosario Central por 2 a 1. El actual entrenador del seleccionado cerró su campaña con 12 partidos jugados, uno ganado, cinco perdidos y seis empatados. La mirada de El Gráfico."TE CARGA TANTO QUE NO JUGAS"
"Que no será sencillo, como quedó visto. Y para comprobarlo, alcanza con remitirse a las sensaciones que dejó su primer domingo al frente del equipo. Por ejemplo, la nociva Maradonadependencia mostrada por sus dirigidos. El rendimiento de algunos de sus jugadores alcanzó, por momentos, ribetes grotescos. Endurecidos por la tensión, no acertaban movimiento alguno y con la mirada nerviosa buscaban la ubicación de Maradona en un sector especialmente preparado en la platea y muy cerca del banco de suplentes.
Recordó aquello que alguna vez se dijera de Carlos Bilardo: "Te carga tanto de indicaciones que no podés jugar". Algo así pasó en el equipo correntino. Si además se piensa que no es un plantel de jerarquía, sino de cualidades muy limitadas, el trabajo por hacer por Maradona y Fren aparece como de gran exigencia. La historia recién empieza y muchas son las cosas por mejorar. Como su tendencia a los grandes gestos, a los reclamos ampulosos, a los insultos lanzados a la vista de todos. Esos vaivenes emocionales se trasladan y perjudican a sus jugadores. Maradona deberá hallar el equilibrio imprescindible en cualquier conductor de grupo, que le permita a sus hombres bajar el nivel de responsabilidad y exigencia, o al menos permitirles un rendimiento más distendido. El domingo, ubicado ante la vista de todos, gritó, protestó y gesticuló mucho más que varios entrenadores en años. Eso es peligroso.
Fue apenas el primer examen entonces, insuficiente para diagnósticos definitivos, pero interesante para encontrar algunas puntas. Y un último detalle para completar la pintura. Diego, vestido con traje oscuro, camisa de seda blanca y corbata con detalles de colores, ingresó al campo de juego con el equipo y desde allí caminó hasta su lugar en la platea. Así, claro, les estaba diciendo a todos quién era el director técnico.
Después, en la conferencia de prensa, sus palabras fueron mucho más equilibradas que sus gestos anteriores.
-'No me gustó la falta de protagonismo del equipo. Dejamos que Palma, con 36 años, manejara la pelota, no presionamos lo suficiente'.
-'Sentí una emoción muy grande, viví este debut con igual intensidad de los otros que tuve en mi carrera. Tengo la misma pasión que cuando jugaba, aunque ésta tal vez sea mayor por que uno tiene que estar en todos los detalles y pensar en resolver cada cosa'.
-'No hablemos de descenso. Estamos en una posición delicada pero faltan muchos puntos por jugar. Pensemos antes en mejorar'.
-'Por supuesto que desde que decidí asumir esta responsabilidad junto a Carlos Fren, pensé en no volver a jugar nunca más. Eso es definitivo'.
Si el éxito lo acompaña como director técnico de Mandiyú, los días por venir pueden convertirse en imágenes soñadas. Muchos comentan en voz alta que un comienzo venturoso significa su plataforma de despegue para aterrizar como conductor de Boca Juniors. Si, en cambio, la suerte le es esquiva, el final puede ser tan abrupto como tantos otros en su pasado futbolístico . Y allí, quienes ahora muestran sonrisas ganadoras, se darán cuenta de que una caída provocaría una depresión proporcional a la euforia de estos días. Y -la historia reciente en Sevilla, Newell´s y la Selección Argentina lo demuestra- la depresión maradoniana a veces resulta incontrolable.
LAS IMAGENES DEL PRIMER PARTIDO DE MARADONA
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