9.10.09

Fútbol argentino

A 35 AÑOS DEL DEBUT DE MENOTTI EN LA SELECCIÓN
El 12 de octubre de 1974, César Luis Menotti inició su trabajo en la dirección técnica del combinado nacional. Aquel día, Argentina empató 1 a 1 contra España en un amistoso internacional jugado en el estadio de River Plate. En sus ocho años de trabajo, sus máximos logros fueron los títulos el Mundial disputado Argentina en 1978 y el Juvenil, en Japón, al año siguiente. Dejó el cargo luego de la Copa del Mundo de España 1982. La cobertura de El Gráfico.


Texto extraído de El Gráfico nº 2871, del 16 de octubre de 1974

"El fútbol argentino enfrentó varios test en este último 12 de octubre, a saber y en orden de trascendencia:

1º AFA debía probar ante FIFA su capacidad para hacer un mundial en el estadio de River. 2º La selección argentina debía probar ante la selección española su capacidad de asimilación para las experiencias aprendidas en el último mundial; 3º César Luis Menotti daba su primer examen como flamante conductor del equipo nacional.

Una primera evaluación de lo sucedido arroja estos resultados:
(...)
3º No se le puede pedir milagros a un nuevo técnico. Porque un equipo no se forma solamente con ideas más o menos coherentes sino con ideas, jugadores capaces de interpretarlas, trabajo para cohesionar a esos jugadores y trabajo para que esos jugadores cohesionados aprendan a usar su capacidad individual en beneficio del conjunto. Pero en el caso de Menotti, este test debe servirle para reflexionar y no caer en el mismo vicio de sus antecesores, que es EL SECTARISMO DEPORTIVO. Antes no lo querían poner a Babington porque daba imagen de blandito. A Houseman porque era muy chiquito. A Bertoni-Bochini porque no tienen experiencia. Y a todo tipo hábil e imaginativo que andaba por ahí se lo excluía porque le faltaba fuerza, peso, marca, lucha, temperamento, alma, vida y corazón. Ahora, en la 'era Menotti', advertimos el peligro de pasarnos violentamente a la otra alforja y excomulgar como posibles seleccionados a los jugadores deZubeldía, Griguol o Bilardo, porque no están en la línea exquisita que preconiza Menotti. El fútbol, desde los tiempos del viejo Racing, del moderno River a de los contemporáneos Brasil, Alemania y Holanda, exige dos ingredientes fundamentales: COMPENSACIÓN Y EQUILIBRIO. Con once como Rogel o como Morete o como Kempes no vamos a ninguna parte. Pero tampoco vamos a ningún lado con once Babington, once Potentes u once Di Meolas. El fútbol es integración y capacidades atléticas. Pretender que LA VERDAD DEL FÚTBOL ES UNA SOLA equivale a negar todo los antecedentes históricos valiosos que vienen desde los tiempos en que uruguayos y argentinos definieron la final deAmsterdam...
(...)

CUANDO EL TOQUE NO DA...
...El temperamento presta. A una formación presidida por la concepción del toque, la exquisitez, la sutileza ("NO QUIERO TRONCOS EN MI EQUIPO", declaró Menotti en un reportaje cuando se hizo cargo de la selección), tuvo que salvarlo precisamente un representante de "la otra línea": la de los fuertes, los toscos, los que anteponen el vigor físico y espiritual al dogma de la pelota bien tratada y la doctrina de la perfección técnica. Cuando Argentina se encontró perdido 1 a 0 (gol de Pirri , el hombre que se había tragado la cancha en un admirable despliegue de conductor que traspira la camiseta), consiguió el empate RobertoRogel, un antiexquisito por excelencia, haciendo jugar sus ganas, su vergüenza, su pujanza, su carácter, en dos cabezazos dentro del área penal. Pero antes de conseguir su gol,Rogel demostró que a falta de manejo pulido y certeza técnica, es un jugador inteligente. Por que visto el esquema retraído de los visitantes, con sólo dos hombres en punta salió del fondo para apuntalar la media cancha y empujar sobre campo adversario. Incluso llegó atacando, mandándose vacío como descarga de una posible pared en profundidad. Y aunque haya definido mal un par de veces en esa circunstancia, importa su inquietud, su sentido de hambre de equipo, dispuesto a hacer lo que en ningún momento hicieron los tres volantes de Globito.
Creemos, además, que los cambios llegaron tarde. A los 21 minutos del segundo tiempo era muy difícil que la gambeta de Trobbiani y la pegada impecable de Potente pudieran cambiar un partido ya "hecho" a la medida de los españoles. Como última observación, anotamos que Menotti fustigó severamente a quienes elogiamos la "desespecialización" del conjunto holandés, porque, según señaló, "estamos en la era de la especialización". Y hoy que tenemos centrodelanteros definidos como Morete, Kempes, Taverna, Avallay, lo fue a buscar a Edgardo Di Meola, jugador que en River cumple otra función (cuando entra en el equipo) para jugar como atacante en punta...
Seguimos creyendo que aquí sobran jugadores dotados para armar un GRAN EQUIPO. Seguimos esperando, también, AL HOMBRE CAPAZ DE ARMAR ESE GRAN EQUIPO. Para hacerlo, deberá tener ideas muy claras y, sobre todo, MUY AMPLIAS. Si se encasilla en lo que llamamos SECTARISMO DEPORTIVO, por mucho tiempo que tenga para trabajar con los jugadores dudamos mucho que pueda constituir el equipo soñado.

EL PRIMER EQUIPO DE MENOTTI (foto)
Arriba: Rogel, Sánchez, Russo, Paolino, Pernía y Carrascosa.
Abajo: Houseman, Brindisi, Di Meola, Babington y Ferrero.

LAS CONCLUSIONES DE MENOTTI

-El trámite no me sorprendió. Sabía de todos los problemas que tenemos cuando enfrentamos a los europeos. Esperaba más desbordes por las puntas, porque ese iba a ser el mejor camino para la llegada. Pero los muchachos necesitan tiempo para adaptarse a la marca pegajosa y sacar provecho de ella.

-Quedé satisfecho con Di Meola. Porque supo arrastrar a su marca a los lugares que le convenía. Porque se movió constantemente y porque siempre tocó rápido.

-La última línea también me conformó. Especialmente en el primer tiempo y en la mitad del segundo.

-No nos acercamos al fútbol que pretendo para la selección. Pero sería ridículo tomar en cuenta el detalle. Después de unos cuantos partidos como éste recién podremos sacar algunas conclusiones.

-Ellos tienen un tipo de juego y lo saben desarrollar. Lo que me interesa es que nos ganen por mejores y no porque nos sorprendan.

-No había ningún cambio previsto desde el comienzo. El ingreso de Trobbiani y Potente se debió a que quise imponer una mayor dosis ofensiva en ese momento.

-El día que comprendamos que debemos jugar en permanente movilidad y no nos moleste que siempre tengamos el marcador encima, podremos hacer valer nuestra mayor capacidad para el toque. Y no tendremos la obligación de transportar tanto la pelota por miedo de entregársela a un compañero que viene con un rival pegado".

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