26.10.09

Cultura

A 30 AÑOS DE LA MUERTE DE OSKI
El 30 de octubre de 1979 falleció Oscar Conti, dibujante y humorista argentino conocido como Oski. Colaborador de numerosos medios, como Vea y Lea, El Hogar, Rico Tipo y Tía Vicenta, integró con César Bruto (seudónimo del escritor Carlos Warnes) un prolífico binomio. Juntos hicieron los libros Cuadernos de medicina Brutoski, El secretario epistolárico y Brutos consejos para gobernanteS, entre otros. Extractamos una nota a Oski de Juan Sasturain publicada en Medios & Comunicación en diciembre de 1979.


"Yo dibujaba bien entre la mersa, no entre los grandes. En el colegio era bueno y yo creía que era imbatible como dibujante. Cuando terminé el secundario yo iba a estudiar no me acuerdo qué -Química o Medicina, una cosa así...- pero de pronto me quedé pobre, de golpe. Además, no pude ni siquiera preparar el ingreso.

- Pero laburaba.

- Poco... Yo vivía de la guita de mi viejo. Pero como el viejo se quedó pobre finalmente entré en Agronomía, donde no había ingreso, y a la mañana aprendía de letrista en Crítica -hacer títulos y esas cosas, que después me sirvió-. No me pagaban hasta que aprendiera y parece que nunca aprendí porque no me dieron un mango. Pero yo iba. Entonces me enteré que se podía entrar en Bellas Artes, que era nocturno en ese tiempo, y que con cuatro años salías profesor. Como yo no sabía qué hacer...

- ¿Y a qué apuntaba? ¿Qué idea tenía de lo que iba a ser?

- Apuntaba al título, porque pensaba que podía ser profesor.

- Pero quería ser dibujante y pintor también...

- No, no, no. Yo podía hacer eso como ser profesor de gimnasia. Cualquier cosa. No tenía una vocación artística, digamos. No obstante, sin haber practicado nada, di el primer año libre y aprobé. A lo macho, digamos... y después di el segundo y me cagaron. Entonces me empecé a encontrar con tipos que también dibujaban; y siempre hay tipos más hábiles que uno, siempre. Así que me bajé un poco del caballo y entré en segundo año normalmente. Seguí y empecé a pintar. Dejé Agronomía, dejé Crítica, naturalmente, y con unos amigos de Bellas Artes entramos a trabajar en Moine y Lasserre, una librería que hacía láminas para maestros. Nos pagaban sesenta mangos al mes y había que hacer tres por día para que te tomaran; si no, no. Las láminas eran del tipo "El combate de San Lorenzo", "El pan", "La lluvia", qué se yo... Y la librería después las alquilaba o las vendía.

- Un tipo de dibujo realista, de ilustración...

- Sí, el ideal era hacer una cosa como lo de José Luis Salinas, pero tampoco podías porque te pagaban dos mangos y además yo no lo podía hacer, ¿no?

- ¿Y fuera del dibujo como trabajo?

- Nada. Intenté hacer cosas para presentar a las revistas pero no había posibilidades para un dibujo como el que podía hacer yo. Me acuerdo que en la época de la guerra de Etiopía hice un dibujo de Mussolini y el Negus peleando en un ring. Era el tipo de dibujo político que hizo después Lino Palacio o en el estilo de Columba. Pero lo mío era pésimo, no me lo tomaron. Por entonces también empecé a pintar; mientras, me recibí de Bellas Artes y entré en Escenografía en la Academia y comencé a estudiar con Centurión. Cambié de trabajo y el siguiente fue haciendo etiquetas de celofán -Fideos no sé cuanto, por ejemplo-, donde tenía que escribir y dibujar, perfeccionar dibujitos viejos o mal hechos y esas cosas. Y ahí me sirvió todo lo que había estudiado en Crítica. Y me pagaban para hacer esto. Después me recibí de escenógrafo.

- ¿Y no trabajaba como profesor de dibujo?

- No. Conseguir eso era imposible. Yo creía que te daban, pero no te daban un coño... Hasta que, por cuña, un tipo amigo me consigue cuatro horas semanales en La Plata. Con eso estaba mejor y dejé las etiquetas. Es en ese mismo momento que sale la revista Cascabel y publica un dibujo de (Saúl) Steinberg.

- 1942

- O antes. El primer dibujo mío sale en Cascabel el 1º de abril de 1942. Y lo de Steinberg es anterior. Yo nunca había vistos sus dibujos y me asombré mucho... Un tipo me recomienda un amigo, voy a Cascabel, llevo unos dibujos y me los toman: pagaban cuatro pesos cada uno. Y yo no creía que pagaban.

- ¿El primero es Camouflage?

- Sí. Es un chiste malo, claro. Está dibujado por un perro, con un clavo está dibujado... A partir de ahí me empecé a acercar a Steinberg, a tratar de limpiar un poquito.

- ¿El descubrimiento de Steinberg es la reafirmación indirecta de algo que Oski estaba haciendo naturalmente y que aparece válido al reconocerlo en él?
- Sí, con una gran distancia... Todos me dicen que hay gran influencia suya en mí. No sé, pienso que sí. La cuestión es que así empiezo en Cascabel y al mes me dicen si no quiero ilustrar César Bruto, que salía en una columna y sin dibujo, con el texto de Warnes.

- Es importante ese momento, porque la línea de Camouflage pudo haber ido a parar a Quino, por ejemplo. Las primeras cosas de él son muy parecidas a eso. En cambio, el dibujo de Oski tuvo una depuración hacia lo primitivo. ¿El contacto con César Bruto, hace que el dibujo se haga más primario, más homogéneo con el texto?

- No, no creo. El dibujo se hace homogéneo con uno mismo. Voy limpiando porque he dibujado más, practicado más. Y las primeras cosas de Warnes son duras como es duro lo mío. En los veinte años que trabajamos juntos fuimos ablandando el dibujo y el texto; lo de antes fatigaba. La cuestión es que seguí con Cascabel y dejé todo, inclusive las cátedras.

- ¿Cómo se define Conti en este momento? ¿Cómo pintor?

- Claro. Mis expectativas son como pintor. Los chistes son un ganapán. Podía hacer etiquetas, pero con los chistes me divertía más. Ya con César Bruto fue otra cosa y los chistes mes empezaron a gustar más. Hasta que en el '43, después del terremoto de San Juan, me fui a vivir a Cuzco.
(...)
-¿En qué momento se fusionan Oscar Conti y Oski? ¿Cuándo dejan de ir el pintor por un lado y el humorista por otro?

- En la firma. Porque yo firmaba Oski -por Oscar- para ocultar la vergüenza de trabajar en revistas. Pero se produjo el problema cuando empecé a pintar: yo como Oski tenía un nombre, pero a Conti, ¿quién lo conocía? Por ejemplo, entre el 45 y el 50, estando en Italia, hago una pequeña exposición y no me acuerdo si todavía firmé Conti. Pero en el 50 ya sí fue un momento muy importante para mí decidir eso, sentí que se podían hacer las dos cosas como Oski".

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