El 21 de septiembre de 1984, el Seleccionado nacional derrotó por 2 a 1 al combinado local y se adjudicó la 26º Copa del Mundo. Aquel fue el segundo título nacional y primero obtenido en el exterior, debido a que el primero se había logrado en el certamen disputado en 1978 en la provincia de San Juan. La revista El Gráfico cubrió el hecho con un enviado especial, José Luis Barrio.
"La fervorosa Italia que quería el título era pasado reciente, los 5.000 lombardos de la tribuna también. Estábamos solos y Argentina era Campeón del Mundo por segunda vez. Por primera vez fuera de casa.
'Esta es una revancha para mí, algo que me tenía guardado. Yo juego en Italia y no puedo decir que me traten mal, pero se siente algo, como si nos contrataran por obligación, solamente porque somos los mejores y no tienen más remedio. Cuando ganamos el Mundial ´78 acá dijeron que fue solamente porque eramos locales, y ahora les tapamos la boca. No sé, les da bronca que ganemos dinero con elhockey, pero no les da bronca si vienen y se lo gana un yanqui o acaso un español o un portugués. ¿Sabés qué es? No pueden bancar que un país empobrecido y sin infraestructura como el nuestro tenga ocho o diez jugadores de gran nivel internacional, en el fondo no se lo puedenbancar . Por eso, nos tratan bien pero mientras les rindamos como máquinas. Y bueno, en cuanto a nosotros -este es el Mundial más tranquilo que jugué- hablamos claro de entrada y nos pusimos de acuerdo: todos para adelante y con un objetivo común. La diferencia se explica fácil. Antes cada uno quería lucirse, te hablo del ´80 o del ´82, para que lo contrataran en Europa: ahora maduramos y además todos estamos ubicados y bien.Fijate cómo un jugador como Carlitos Coria se aguantó el banco todo el campeonato, Maldonado también. Yo mismo me ofrecí para salir cuando el técnico quisiera hacer un cambio... y la otra razón es por ahí: Miguel Gómez nos dejó opinar, nos hizo sentir parte de la cosa, nunca fue soberbio. Por eso anduvimos tan bien y ganamos, ojalá no perdamos más el sentido de grupo'. (testimonio de MarioRodolfo Agüero)
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"Y entonces, este viernes, 21 de setiembre, llegó Italia. El planteo era esperarlos con una marca en forma de rombo-Agüero adelantado,Daniel y Rubio en los laterales, Luz atrás- pero tratando de evitar el agrande de un equipo supermotivado, pleno de potencia, aunque evidentemente inferior al nuestro en técnica, chispa y experiencia. De entrada gol italiano, antes de los cuatro minutos. 'Miré el reloj y me dije que había que conservar la calma, que no era nada, que habíamos elegido el camino correcto', dice Mario Rubio. Y en realidad el equipo se comportó de acuerdo con esa pauta.
Corrieron unos pocos minutos, la cautela dio paso a la jerarquía y en dos jugadas culminadas por Agüero el marcador se revirtió. Como una definición acerca de quién era el que mandaba. Faltaban un tiempo y siete minutos cuando Mario clavó el segundo y por todo el estadio corrió la unánime sensación: Argentina no podía perder.
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"Era un equipo contra las cuerdas. Maltrecho pero orgulloso de su gran categoría, era un adversario tenaz empujado por la gente y sus ilusiones. No teníamos la pelota, Hidalgo salvó dos o tres, Bernardini se perdió otra, el reloj avanzaba...
"Era aguantar, sólo aguantar, Rubio lo recuerda: 'Cuando miro por última vez faltaban dos minutos, después, con la humildad de siempre, y así jugamos retenidos en el primer tiempo, circulando, y marcando a muerte en el segundo. Cuando miré otra vez el reloj faltaban siete segundos...'
"Y fue el final, la primera fiesta en el medio de la cancha donde un grupo enloquecido se apretaba hasta el dolor, con su sector de la tribuna repartiendo su bronca en insultos y otro, más reflexivo, admitiendo en el aplauso el triunfo de los mejores, de los más inteligentes, de los capaces de atacar a fondo y también de defenderse con bravura. Como lo reconocióLivramento al final: 'Es asombroso que jugadores de la categoría de éstos no tengan problemas en ponerle la cabeza o el cuerpo a cada remate rival. Acá nadie pensó en los buenos contratos que los esperan en España y en Italia, éstos son grandes de verdad'. Tiene razónLivramento. Cabeza fría y corazón caliente, éstos son grandes de verdad".
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