5.6.13

Periodismo

A 5 AÑOS DE LA MUERTE DE BERNARDO NEUSTADT
El 7 de junio de 2008 falleció Bernardo Neustadt, uno de los periodistas más influyentes de la Argentina contemporánea. Durante cuatro décadas incidió en la construcción de la agenda de los medios nacionales, especialmente con su programa televisivo “Tiempo Nuevo”, junto a Mariano Grondona. Sus argumentos, en tramos de “Es preferible creer que dudar”, nota de Cristina Castello en el antiguo diario Tiempo Argentino del 17 de junio de 1983.



-Muchas veces lo acusaron de navegar para el lado que soplaba el viento. Usted respondió que da a algunos gobiernos, "una carta de crédito durante un año". ¿No es peligroso ser tan "benévolo" desde los medios de comunicación?


-No, porque yo he seguido una línea, que es la mía. ¿Por qué, cuando cambia un gobierno, no le preguntan nada a "La Nación", "La Prensa" o "Clarín"? Además, planteadas las cosas según acaba de hacerlo usted, parecería un episodio doloso, más que doloroso.


-¿De qué otra forma pueden plantearse? Es muy grande la influencia que se ejerce, sobre todo desde la televisión...


-No, porque la gente no cree en lo que se dice a través de los medios de difusión.


-Entonces, usted, ¿para qué habla?


-Es que los periodistas argentinos van a tener que reconocer que no hacen opinión. Si yo digo en televisión -con toda la fuerza que tiene el medio-, "qué bueno es este gobierno", a los dos minutos no me ve nadie. El éxito viene cuando el público dice: "Qué valiente es usted, cómo se anima".


-Sin embargo -insisto- usted da su voto de confianza a determinados gobiernos...


-Pero eso no quiere decir elogiarlos. Quiere decir: vamos a esperar, a ver qué hacen estos señores.


-Esa "complacencia", ¿no es sinónimo de apoyo, en determinadas circunstancias?


-Entonces 28 millones de argentinos apoyaron al Proceso.


(…)


-¿Con cuántos golpes de Estado estuvo de acuerdo?


-El único que pedí, fue el del 76.


-Me parece que no. Usted dijo hace poco que en dos ocasiones ansió la interrupción de la vida democrática: en 1955 y en 1976.


-Bueno, a uno (al último) lo pedí y al otro lo justifiqué, pero después que cayó el gobierno.


-Me llama la atención... los dos golpes que usted ansió, fueron contra el peronismo...


-Yo tengo un respeto total hacia el peronismo, pero no me gusta el peronismo autoritario.


-¿Y hacia el radicalismo? ¿Recuerda aquella nota que usted firmaba en la revista "Extra", en ocasión del golpe de 1966? Decía, entre otras cosas: "...lo que debió ocurrir a la caída de Arturo Frondizi, sucede ahora. Con cuatro años de demora. El Ejército, con mentalidad de construcción, asume la responsabilidad inmensa de hacer la Argentina soñada. La UCRP, que durante los últimos 20 años fue «golpista», padece hoy lo que engendró... Negar a los militares autoridad para fabricar ese nuevo tiempo, es padecer de amnesia. La vigilia terminó. Ahora empieza el capítulo último...". ¿Qué me dice?


-(Después de leer la fotocopia de esa nota, que le mostramos). Sí, este fue uno de los tantos errores que cometí. Como Lanusse, según lo acaba de confesar.


(...)


-Y usted, ¿qué Argentina quiere?


-Un país vivible, razonable y que no venga nadie a decirme que hará un gran cambio. Quiero que me dejen vivir, que me dejen la libertad de pensar; que nadie me lleve por delante; quiero un país donde todos respetemos la ley. Alguna vez vamos a tener que comprender cuanto de cómplices fuimos en muchas cosas...


-Esa manía tan argentina de hablar en plural cuando se trata de las culpas... ¿Por qué?


-Bueno, yo quería que me sacaran de encima a la guerrilla y no me preocupé por la metodología... y no tengo derecho.


(…)


-¿Cómo define su estilo?


-Soy un periodista bastante influyente en la opinión pública y...


-¿Cómo? ¿No es que a los periodistas no nos cree nadie?


-Soy influyente cuando me manejo con libertad y valentía, no cuando hablo bien de los gobernantes. Me considero un periodista de anticipación, tengo intuiciones. La gente cree que soy inteligente, pero no: soy intuitivo y tengo un feeling de las cosas, que nadie puede entender hasta dónde llega. Además, soy un constante y algo pasa conmigo: en cualquier programa que tenga en radio o en televisión, la gente me escucha. Hago bien las cosas, aunque parezca mal que lo diga.


-Y eso a usted le encanta...


-Me gusta, porque me siento un predicador.


-¿Se siente querido? ¿O cree que es un mal necesario o, quizás, el mal menor?


-Ahora me siento querido y desde hace tres años noto que la gente tiene expresiones de buena onda, de ternura. Pero, a través de su pregunta, se deduce que usted supone que el millón cuatrocientas mil personas que me escucha lo hace para odiarme...


-Estos tres años de amor con el público me parecen significativos. Empezaron justo cuando usted comenzó a quitarle la carta de crédito a este gobierno...


-No, no. Yo creo que coincide con un cambio mío de imagen, porque me he vuelto más cordial con la gente.


-¿Es cierto que muchos "periodistas" -sobre todo de radio y televisión- son empleados de los servicios de información?


-Bueno... eso a mí no me consta. No me asocio a ninguna difamación.


(…)


-¿Qué me dice de las acusaciones del general Camps, contra usted?


-Yo nunca recibí ningún sobre y nunca vendí influencias, porque no las tengo. Mis abogados van a pedirle al general Camps que pruebe lo que dice. Sin embargo, él afirma que no puede probar nada porque, en realidad, no dijo nunca nada; sostiene que un tercer testigo, que no aparece, es el que acusa. Raro, ¿no?


-Si no es cierto, ¿a qué atribuye la actitud de Camps?


-Es muy curioso e inesperado el ataque; justo en este momento, cuando hace seis meses me mandó un libro suyo, con una dedicatoria.


(…)


-Nos despedimos, Neustadt. ¿Qué le gustaría que digan de usted, cuando muera?


-Tengo pensado el epitafio: "Aquí yace Bernardo Neustadt, quien me hizo pensar".


-¿Bien o mal?


-No dije ni bien ni mal, dije pensar.”


Compilado de Tiempo Nuevo con Bernardo Neustadt


Su historia de periodismo. Video institucional de la Fundación Bernardo Neustadt


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