HACE 15 AÑOS MORÍA CARLOS ABREVAYA

El 8 de julio de 1994 falleció Carlos Abrevaya, periodista y humorista. Durante muchos años integró una dupla con Jorge Guinzburg, con quien hizo guiones para Juan Carlos Mareco, Jorge Cacho Fontana y Tato Bores. Además trabajaron juntos en las revistas Satiricón y con Tabaré fueron los autores de Diógenes y el linyera, la historieta que desde 1975 publica el diario Clarín. Pero la popularidad le llegó con los programas Semanario Insólito (1982-83), y especialmente con La noticia rebelde (1986-1989), que se emitía en ATC (actual Canal 7) y acompañado por Guinzburg y también por Nicolás Repetto, Adolfo Castelo y Raúl Becerra. También condujo En Ayunas, junto a Guinzburg en distintas radios.

-El estilo que desarrolló en La noticia rebelde y En Ayunas modificó las formas habituales de comunicación en los medios por lo menos de Buenos Aires. ¿Cuáles fueron los ejes de esa modalidad?

-Creo que La noticia rebelde generó en algunos momentos y en algunos casos cierto vínculo con alguna gente. Como ve, todo relativo, para nada absoluto ni autoritario. Y ese vínculo tiene más que ver con ser socios que con ser consumidores, establecer con el público una relación que se parece más a la existencia real, que tiene que ver con afectos, con empatía, con discusiones que incluyan la comprensión del otro.

Quiero insistir sobre el punto de que los miedos deben servir a la sociedad, servir para pensar. Poder tener la sensación de que compro el diario porque me sirve para algo, que veo la televisión porque me modifica para bien, no sólo para pasar el rato como si tomara sol. Y digo esto con conciencia de que la gente necesita que nosotros hagamos un esfuerzo para que ella nos entienda, lo cual significa trabajar sobre las formas para volverlas más atractivas. Y para eso hay que pensar en el otro desde dos puntos diferentes: saber cómo es el otro para poder llegar a comunicarle algo, pero también para poder representarlo, para que uno mismo pueda sentirse el otro. Esto es un acto de respeto, pero también puede ser un acto de manipulación”.

Fragmento de una entrevista a Carlos Abrevaya publicada por el diario Página/12 el 18 de febrero de 1988
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