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A 15 AÑOS DEL ADIÓS DE SODA STEREO

El 20 de septiembre de 1997 Soda Stereo, el principal grupo pop de la Argentina, dio su recital de despedida en la cancha de River Plate. Creado por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti a comienzos de 1982, decidieron poner fin al grupo tras quince años de trayectoria. Si bien hubo un fugaz regreso en 2007, parece imposible que el trío vuelva a reunirse nuevamente. Balance de la banda, en tramos de Bajo perfil, nota a Zeta Bosio, bajista del grupo, en la revista Los Inrockuptibles, nº15 de septiembre de 1997.

“-¿Un recital de despedida es como un trámite más para obtener el divorcio?
-Tenemos una sola oportunidad de hacer las cosas: no creo que la banda se separe muchas veces. Por eso decidimos hacer los conciertos de despedida, para trazar el camino hacia un final cierto. Cuando hace un tiempo hicimos un parate, decidimos separarnos físicamente pero no institucionalmente. Y la sensación era que algo faltaba, que la disolución no se terminaba de completar. En este caso, el hacer una despedida pública tiene que ver con la idea de cerrar un ciclo: una banda pop no es tal si no cuenta con el apoyo del público. La gente tiene un protagonismo muy importante en toda nuestra historia, aún más de lo que nosotros mismos disparamos. Y de alguna manera tocar así es un trámite, una cosa con la que hay que cumplir. No tenemos las mismas expectativas de otro concierto: si siempre hicimos las cosas para construir, esta vez vamos a destruir algo. Siempre nos caracterizamos porque cada disco o cada concierto que hacíamos era como una piedra más que agregábamos a algo, un escalón que subíamos. Esta es una sensación nueva y Soda ya nos tiene preparados para lo nuevo. Me parece que todo lo que hemos hecho ha sido impecable y despedirnos así tiene que ver con eso, con sentir que entregamos ciento por ciento lo mejor. No va a parecer la última vez. La gente va a estar al mango y nosotros vamos a tratar de hacer nuestro mejor show. Pero claro, la próxima pregunta que nos van a hacer hasta que nos pudramos es '¿Cuándo se juntan de nuevo?'
-¿Cómo es el final real de Soda, comparado con el que vos te imaginabas?
-Nunca pensé que Soda pudiera llegar a disolverse. Siempre creí en la fuerza y el equilibrio pero el tiempo pasa y modifica todo a pesar de lo que uno se propone. En nuestro caso, más que unir o afianzar, el tiempo hizo que las cosas se desgastaran. Después de Dynamo ya había malestares que hicieron que estuviéramos desde el 92 hasta el 95 sin tocar. Y desde que volvimos, por más que lo hicimos con toda la fuerza y las ganas de construir una nueva etapa, no pudimos volver a desplegar lo que éramos en otras épocas. La disolución tiene más que ver con situaciones personales que con un agotamiento estético del grupo: los últimos trabajos son tal vez los que más me gustan. Nos podríamos haber disuelto en otras oportunidades, pero éste es el momento en el que nadie hace nada por mantenernos juntos. Las energías para reconstruir nuestra relación ya se acabaron. Nunca hicimos la cosas priorizando el impacto económico que podrían llegar a tener. Nuestros últimos años están plagados de incoherencias que no ayudan en nada a lo comercial. El caso de Soda es muy extraño, debe ser uno de los pocos en el que el agotamiento no pasa por lo artístico, sino que maduramos pero cada uno por su lado. Hoy en día nos cuesta demasiado juntarnos y compartir momentos, cosas que antes eran naturales y se daban espontáneamente. Encontramos mucha más motivación en proyectos personales -como puede ser la familia- que en cosas del grupo.
-¿Cómo crees que se va a llenar de ahora en más el espacio que deja Soda?
-Cuando dejamos de tocar ese par de años, inconscientemente esperábamos ver quién ocuparía ese espacio. Era una buena oportunidad, el grupo más importante había dado un paso al costado y el lugar quedaba libre. Pero creo que nadie pudo llenarlo. Ni siquiera a nivel latinoamericano el pop pudo dar una respuesta, salvo el caso de México en donde surgieron bandas con un estilo muy particular. Siempre tuvieron mucho más claras todas las cuestiones relativas al marketing, tal vez por su cercanía con Estados Unidos. En nuestro país, las cosas todavía se hacen de manera improvisada y, lo que tal vez sea más jodido, nunca hubo un recambio generacional: siguen siendo los mismos directores artísticos de siempre los que toman decisiones. No hay trabajos a largo o mediano plazo. Y los sellos independientes no llegan a salir nunca porque son seudo independientes, no proponen cosas nuevas. Son la misma gente de las grandes compañías pero del lado de afuera.
-¿Ves alguna relación entre la disolución de Soda y el auge del rock barrial?
-Creo que hoy el espacio pop que creamos nosotros no lo ocupa ese rock de barrio sucio y desprolijo, sino que lo usurparon los grupos de MTV, con esporádicas producciones interesantes y los solistas producidos estilo rock. Antes era mucho más claro: el solista tipo Televisa no se mezclaba para nada con el mercado del rock -hace unos días leía que a Vicentico le gustaba Luis Miguel-. Sigo creyendo en el pop y no me parece que haya perdido su lugar, simplemente está sujeto a pruebas mucho más difíciles que en los 80 porque tiene que sobrevivir en un medio hostil.
(…)
-¿El pop latinoamericano está en deuda con Soda?
-Nosotros trasladamos el pop a toda América Latina y demostramos que se podía hacer. En México o en Colombia había muchos prejuicios y mucho miedo por el nivel de violencia que podían desencadenar la gran concentración de gente. En México, antes que llegásemos con Soda, había una legislación que no permitía hacer conciertos masivos en el D.F. por los descontroles que hubo en los 70. Nuestra 'conquista' del continente tuvo más que ver con nuestro espíritu de aventura y nuestras ganas de probar algo nuevo: no fuimos atrás de algo seguro, ni con la idea de abrir un mercado. La distancia contribuyó a nuestra popularidad: éramos un grupo de afuera, la figurita difícil que sólo iba una o dos veces por año.”

Soda Stereo - El último concierto (completo)


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