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Espectáculos

LOS 50 AÑOS DE TITANES EN EL RING
El 3 de marzo de 1962 salió al aire Titanes en el Ring, programa de lucha dirigido por Martín Karadagian que tuvo una enorme popularidad entre los chicos. Su creador nos habla de su vida y su programa en tramos de Martín Karadagian: retrato de un genio menor, nota de Alicia Gallotti, Carlos Ulanovsky y Mario Mactas publicada en la revista Satiricón en diciembre de 1973.






“DE LA INFANCIA
Mi padre se dedicaba a la venta de carne al por mayor. Nos pegaba severamente y también a mi madre. Si yo perdía el pasaje obrero que había en los tranvías cuando tenía seis años, él me pegaba. Así que si lo perdía me tenía que hacer las 22 cuadras caminando, desde el bajo de Flores, para que él no se diera cuenta y no me fajara. En el mercado, mi papá vendía ternera al público y yo tenía que gritar '¡Corderito, a un peso el cuarto!' Me cansaba, me agotaba. Yo tenía 6 años. Entonces no existía la balanza a reloj, estaba la balanza de plato y ahí se cortaban los huesos de más o menos 150, 200 gramos cada uno. Cuando mi pulmoncito no daba más y yo tenía que seguir con lo de '¡Corderito, señora, venga a comprar corderito a un peso el cuarto!', si me cansaba mucho y me quedaba callado, mi viejo por detrás me clavaba uno de esos huesos en la cintura y entonces yo empezaba '¡Ay, ay, corderito a un peso el cuarto!' Todavía tengo marcas que me traen problemas. ¿Por qué voy a hablar bien de ese hijo de puta?
(…)
DE LA MORAL
Cuido mucho la moral de Titanes en el Ring porque entra en la casa, soy yo que me meto en la casa de todo el mundo así que tengo que cuidar muchos aspectos. Nuestros luchadores, no sólo se ponen el slip sino que se fajan para que no se les note el bulto. Parecen castrados. Cuidamos mucho eso, no como esos bailarines que son pederastas y encima se les nota todo. No, eso no es lindo. Yo sé que el chico puede ver que su papá tiene lo mismo pero no hay por qué andar mostrándolo.
(…)
No soy un hombre culto pero soy inteligente, me las arreglé solo. Hablo el armenio, el griego, el húngaro, me defiendo con el inglés y eso lo aprendí con los viajes, deambulando por el mundo. Leo mucho, tengo una buena biblioteca y me gusta la música, la clásica y la popular. Las cosas me surgen solas en la mente. Por ejemplo, con La Momia Blanca, en Europa me fue muy mal. Tardé mucho en decidirme a ponerla acá y bueno, mirá el éxito que tuvo. La Momia Negra se me ocurrió en Mar del Plata, porque vi a la Momia sacarse el vendaje y el vendaje por dentro es negro, así que pensé por qué no poner las vendas del otro lado. A veces las cosas las armo con tiempo y a veces se me ocurren al salir al aire. Por ejemplo, la vez pasada peleaban David el pastor y la Momia blanca. Yo me di cuenta que David se estaba morfando la popularidad de la Momia, así es que fui y le pregunté a los muchachos qué pensaban hacer; lo que a ellos les gusta es pelear. De modo que pensé por mi cuenta y entonces, cuando David subió al ring, la Momia hizo como que se acercaba para apretarlo pero le levantó la mano como reconociéndolo ganador de entrada. No sabés cómo se emocionó la gente. En la reunión siguiente hice pelear a David con La Momia Negra, pero detrás salió La Momia Blanca para protegerlo. Cuando terminó la pelea y ganó David, se acercó a la Momia Blanca, agarró una de sus ovejitas y se la puso en los brazos y luego se fue con un efecto de luz especial como si se perdiera en el infinito. La Momia se fue caminando despacito, con la ovejita en los brazos. Fue tan emocionante que los camarógrafos, los chicos, los grandes, todos lloraban. Lo mismo pasa con las canciones, las letras se las pongo yo. Y también por ejemplo con lo de la barra de hielo. El año pasado, cuando era presidente Lanusse me llamó personalmente para preguntarme lo del hielo, porque sus 15 nietos lo volvían loco para que me preguntara. Y en verdad, lo del hielo es un juego doble, porque por un lado creaba curiosidad y por el otro no hay que olvidarse que esto es una empresa comercial y yo me tiraba al mercado de las empresas de acondicionadores de aire, helados, un montón de cosas. Con eso quedó la puerta abierta.
(…)
El programa es visto por un 65% de adultos. Mi trabajo consiste no sólo en hacer un buen espectáculo, sino en buscar ídolos para cada uno de la familia. Yo elijo a los luchadores, porque viéndolos me doy cuenta si tienen pasta, si pueden pegarla o no; incluso cuido el horario del programa para que no altere las costumbres familiares.
(…)
DE LA POLÍTICA
No soy peronista pero esta vez voté por Perón, porque creo que es el único hombre que si Dios le da más de tres años de vida (y yo soy hombre religioso, creo, soy católico, apostólico y gregoriano), digo que si tiene tres años, tal vez pueda salvar a nuestro país. Para mí el mundo nació socialista y morirá socialista. Socialista, no comunista. Socialismo, bien, que todos vivamos bien, porque al comunismo lo trae el capitalismo. (…) A mí no me interesa la política pero eso no quiere decir que no me importe lo que pasa en el mundo. Inclusive en mi libro, ya en el prólogo hablo de la espantosa matanza, ese verdadero genocidio, que tuvo que soportar mi pueblo -Armenia- en manos de los turcos a comienzos de siglo. Claro que mi pueblo, el pueblo de mi sangre no quiere decir mi patria porque mi patria es ésta y estoy muy contento de que lo sea, aunque quisiera un país mejor, donde la gente pueda vivir mejor.”
(Si querés la nota completa escribinos a archivoteaydeportea@gmail.com y te enviamos el texto o la imagen en formato jpg)


La música del programa


Martín Karadagián vs. la Momia Blanca







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