7.3.12

Educación

LAS HUELGAS DE MAESTROS, MEDIO SIGLO ATRÁS
Cuando acaba de finalizar una huelga nacional de docentes en reclamo de mejores salarios y condiciones de trabajo -la primera desde 2003-, compartimos cómo era la situación en la Argentina medio siglo atrás. El estado de la educación durante la presidencia de Arturo Frondizi, en tramos de Magisterio: una profesión para faquires, nota de la revista Usted, nº24 del 4 de abril de 1961.




   “AI iniciarse recientemente las clases en las escuelas de todo el país, padres, maestros y alumnos comprendieron que el problema de las condiciones como se desarrolla la docencia en la Argentina está lejos de tener solución.
   En la pasada semana, el gobierno seguía temiendo que los doscientos mil maestros dependientes del Consejo Nacional de Educación se vieran precisados a recurrir a la huelga -cosa que dejaría sin clases a más de un millón de niños-, al tiempo que los maestros no veían otro medio de obtener la total vigencia del estatuto del docente, especialmente en cuanto a la elevación de los índices de remuneraciones.
   Usted resolvió investigar el estado actual del problema de la docencia, y descubrió el siguiente panorama:
   Aparentemente, sólo la huelga podrá obligar al gobierno a elevar los magros niveles
actuales de sueldos en el magisterio.
(...)
   El problema, así, parece quedar planteado en torno a dos cuestiones:
   1) ¿Cómo conseguir una sustancial elevación en el nivel de vida de los maestros?
   2) ¿Cómo conseguir, al mismo tiempo, un riguroso perfeccionamiento técnico, para asegurar que los nuevos altos sueldos no sean derrochados en pagar maestros incompetentes, deshonestos o poco laboriosos?
   Ambas cuestiones sirvieron de guía para realizar la presente investigación. A continuación se consigna el resultado de las entrevistas efectuadas por los reporteros de Usted, pero, desde ya, se invita a los maestros de todo el país a intervenir con toda amplitud, mediante cualquier tipo de aporte, al total esclarecimiento de este tema vital.

Hablan los dirigentes gremiales
   El primer paso dado por Usted al iniciar la investigación del problema fue entrevistar a los dirigentes del gremio docente, en Baires.
   'El salario móvil estipulado por el estatuto -dijeron- parece aún algo inalcanzable. Dicho salario, que fue determinado con el índice 100 en 1958, debe elevarse ahora a 350, debido al alimento fabuloso del costo de la vida. Es decir, que el magisterio debió haber ya percibido un aumento del 250 por ciento, y sólo obtuvo el año pasado, luego de varias medidas de fuerza, un magro 25 por ciento. Todo hace suponer que para obtener nuestras aspiraciones será imprescindible enfrentar la agresiva indiferencia de las autoridades con un paro total.’
(...)
   Aunque todos los docentes coinciden en denunciar el incumplimiento del estatuto, Usted comprobó que existen, entre los núcleos actuantes en este campo gremial, serias divergencias, que podrían impedir una acción común durante las semanas venideras. En 1960 dichas discrepancias pudieron salvarse momentáneamente a través de la comisión denominada Junta Docente de Acción Gremial. Ese organismo estuvo integrado por representantes de todas las entidades del magisterio y del profesorado, aunque la única que cuenta con personería habilitante es el Sindicato Argentino de Docentes Particulares.
Actualmente, la Confederación Argentina de Maestros -CAM- está unida con la Federación Argentina de Profesores Diplomados -FAPD- en una entidad denominada CAMYD -Confederación Argentina de Maestros y Profesores Diplomados- cuyos dirigentes escorian, al parecer, divididos por partes iguales en dos sectores, uno liberal, y el otro izquierdista, pero ambos partidarios acérrimos de la enseñanza laica.
(...)

Estatales vs. particulares
   También existen antagonismos entre los dirigentes del sector de docentes estatales y el de los particulares:
   Emilio de Cecco, presidente de la Confederación de Maestros, dijo que el problema del salario móvil podría solucionarse pacíficamente si se pusiera en práctica un proyecto ya discutido con las autoridades nacionales: la formación de un ente autónomo integrado por docentes y representantes del estado, al que debería entregarse el 5 por ciento de todos los impuestos nacionales. Dicho ente invertiría las sumas así obtenidas en la creación de escuelas, reparación de los viejos edificios, renovación del material y pago de sueldos, además de otros rubros. 'Pero el estado -aseveró de Cecco- no tiene interés en edificar nuevos establecimientos educacionales, y deja que los ruinosos edificios escolares existentes sigan deteriorándose hasta hacer casi imposible su uso útil. Con ello el gobierno quiere obligar a los padres del alumnado a enviar a sus hijos a establecimientos particulares. En una palabra: las autoridades quieren entregar la enseñanza a los grupos sectarios. Hay dinero para todo, menos para los docentes y la educación común. El cumplimiento del inciso g del artículo 6º del estatuto ('«ejercicio de la actividad docente en las mejores condiciones, pedagógicas de local, higiene, etcétera...») es un mito.' También recalcó que si no fuera por las cooperadoras escolares, la mayoría de las escuelas estarían hoy en ruinas. 'Ni los artículos más elementales de limpieza -añadió- son suministrados por el Consejo Nacional de Educación. Tampoco se cumplen los incisos j, m y ñ. Los docentes carecen hasta el momento de representantes ante la Caja de Previsión Social, pese a que el número de maestros supera la cifra de doscientos mil.'”
   Bernardo Ribas -secretario del Centro de Profesores- afirmó que, para que el estado pudiera cumplir con el estatuto, debería dejar de otorgar subvenciones a los establecimientos privados. 'Esas subvenciones -dijo Ribas- alcanzan a tres mil millones de pesos anuales, mientras los maestros laicos están casi en la miseria.' Igual opinión transmitieron a Usted Margarita Galiano, tesorera de la FAPD, y Antonio Ruiz, dirigente de CAMYD.
(...)
'Me da vergüenza...'
   Mientras los partidarios de la educación estatal y los de la privada mantienen agrias rencillas, y ante la aparente indiferencia del estado, la situación de los maestros rasos empeora cada día.
   La maestra María Alori Altube, con 31 años de ejercicio del magisterio, dijo afligida a Usted que ahora obtiene mensualmente, pese a su gran antigüedad en la profesión, nada más que 5.200 pesos mensuales. 'Parte de ese magro sueldo -dijo- debo invertirla en la adquisición de tiza, borradores y mapas. Me da vergüenza exhibir las láminas educativas ante los alumnos porque, verdaderamente, son viejísimas. Las autoridades del Consejo no nos proporcionan nada: no se preocupan por renovar el material didáctico. Las láminas a que me refiero están descoloridas y deshinchadas, se ven en ellas a niños con vestidos de principios de siglo, y representación de vehículos y cosas cuyo uso ha desaparecido. Los chicos ven las láminas y se ríen. Así dejan de creer en cierta forma en la eficacia de su maestra.'”



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