A 60 AÑOS DE LA MUERTE DE HOMERO MANZI
El 3 de mayo de 1951 falleció Homero Manzi, destacado compositor, cineasta, periodista y militante gremial y político. Considerado uno de los mayores poetas del tango, sus principales obras las compuso junto a Sebastián Piana y el músico Aníbal Troilo. Además de su destacada obra musical, fue director de cine y guionista. Tramos de Por algo los quiso el pueblo, nota de la revista Contacto del año 1971.
“Homero Manzi fue muchas cosas. Fervoroso político, abrazó la causa popular hasta su muerte, en 1951. fue animados, a ratos, de FORJA, aquel grupo humano luchador en medio del silencio, que fustigó la entrega del país y la violación de los derechos del pueblo. Estuvo junto a Scalabrini Ortiz y Jauretche, dos grandes escritores políticos.
Fue un excelente poeta, original y trascendente. También fue un excelente conductor de familia. Y como todo lo que hacía lo hacía bien, también fue un auténtico jugador de carreras, un jugador hasta el apremio.
Pero sin embargo Manzi fue, por sobre todas las cosas, el padre del gran cine nacional. Un cine que después de su muerte comenzó a languidecer, interminablemente. Basta con repasar en el recuerdo los títulos de sus grandes obras. En ellas, es cierto, tuvo colaboración. Pero todos reconocen que fue él quien daba el impulso vital, la gran creación.
Desde 'Con el dedo en el gatillo' hasta 'Todo un hombre' y 'Pampa bárbara'. Desde 'Su mejor alumno' y 'Donde mueren las palabras' a 'El último payador', donde traza la vida de Betinoti y al mismo tiempo evoca las luchas sindicales de la década del 20.
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El hombre
Al morir, Homero Manzi tenía 44 años de edad. Una muerte extemadamente prematura que sucedió a tres años de crueles sufrimientos y operaciones. Había nacido el 1º de noviembre de 1907 en Añatuya, un pueblo de Santiago del Estero, donde su padre explotaba un pequeño campo. Estudió en Buenos Aires, internado en un colegio de Pompeya. Y fue, contra toda suposición, un buen alumno.
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La esposa de Manzi, la señora Casilda Vildosola, no idealiza el pasado. Y por eso convence su afirmación: Homero cuidó por sobre todo de su familia. Atendió a sus hijos en todos los detalles. Y convirtió a su casa en la casa de sus grandes amigos. Tenía algunos hábitos que suelen no comprenderse en quienes no son poetas. Despertaba a los que más quería para leerles sus poemas, entusiasmarlos con sus ideas, explicarles el argumento de sus películas. Naturalmente, vivía de noche y dormía hasta tarde. Y sin embargo no dejó de cumplir ninguna de sus obligaciones de padre. Fue creador, conversador, 'un poco haragán' (e hizo todo lo que hizo), algo distraído, muy sagaz y apasionado de las carreras. De lunes a miércoles comentaba lo que pasó. De miércoles a viernes lo que habría de ocurrir. Si alguna vez, mejor dicho, las veces que hubo penuria económica en la casa fue por esa pasión que Manzi, como otros hombres famosos del espectáculo, cultivaba con tanta dedicación. Los años de enfermedad fueron difíciles. Primero vivieron en Palermo, en la calle Oro, donde murió Manzi. Después se mudaron al centro. Allí es donde hay ahora un pequeño museo de Manzi. De entre tantos papeles surge uno significativo: su famosa declaración política del 47.
Con Perón
Homero Manzi, así como nació poeta nació político. Primero en Boedo, después en la Universidad (lo sancionaron en la Facultad de Derecho y fue preso en Villa Devoto), más tarde en el barrio de San Cristóbal, y en FORJA.
El 16 de diciembre de 1947, leyó por la cadena de radiodifusión, un documento que definía su posición.
Fustigaba el mundo anterior que le habían hecho vivir al pueblo argentino: '…Desde las trágicas frustraciones (políticas) la Argentina comenzó a vivir un tramo de su historia que habrá de reconocerse para siempre como la etapa de la decadencia moral dentro de la cual a la entrega del patrimonio nacional y al proceso de inferiorización del hombre, se sumó el afianzamiento de una casta insensible a los desesperados reclamos de los humildes, de los probos, de los patriotas.' Y resumía su adhesión al gobierno del pueblo: 'El pueblo argentino, en elecciones libres, ha dicho su alta palabra. Que la desoigan los espíritus insensibles para esa entonación, nos parece inevitable. Pero que permanezcan intencionadamente sordos los que han afinado el alma para su sintonía, se nos antoja incongruente y cruel'.
Perón, cuyo movimiento había provocado esa adhesión valerosa de Manzi, dijo hace poco en Madrid, produciendo la mejor definición del poeta que ahora honró Buenos Aires: 'No sólo fue un juglar. Manzi fue un gran tipo, un tipo nacional'.”
Sur, tango de Homero Manzi interpretado por Aníbal Troilo y Edmundo Rivero
Trailer de la película 'Homero Manzi. Un poeta en la tormenta'
Hugo del Carril canta en 'El último payador', película de Manzi
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