12.4.11

Cultura

HACE 25 AÑOS FALLECÍA SIMONE DE BEAUVOIR
El 14 de abril de 1986 falleció en París, su ciudad natal, la escritora y feminista Simone de Beauvoir, una de las figuras intelectuales más importantes y comprometidas de Francia en el siglo XX. Semblanza de la autora, en fragmentos de La ceremonia del adiós, nota de Cristina Civale en El Periodista de Buenos Aires, nº 84 del 18 de abril de 1986.




'Desde que dejé de creer en Dios tuve un temor muy grande a la muerte, y el temor a la muerte crea el sentido precario de la vida, y entonces viene la angustia'.
“Pero más que ante la posibilidad de la propia muerte, Simone de Beauvoir se llenaba de horror y de rabia cuando imaginaba un mundo despoblado de sus seres queridos en el que, ante la ausencia inquietante, ya no valdría la pena permanecer. En su mundo afectivo se fueron tachando nombres, el de su madre, el de viejos amigos de su intensa juventud y, sobre todo, el de Jean Paul Sartre su compañero. Ante estas muertes tan próximas en los últimos tiempos ya no temió reflexionar sobre la suya: 'La muerte no es un interlocutor válido ni es un enemigo que se pueda combatir. Por eso no me da más miedo pensar que, a mí también, ella me dormirá'. Y el 14 de abril último ella la durmió.
A la obsesión juvenil y de la madurez por la muerte, a la angustia por la insobornable finitud, Simone de Beauvoir, el Castor, como la llamaban sus amigos, opone una vida de fuertes trazos, de impostergables pasiones.
Ella misma develó el secreto de que su vida estaba delineada por tres pulsaciones constantes: un lugar, Montparnasse; una práctica, la escritura; un hombre, Sartre. Efectivamente, cuando era una nena, así como se divertía jugando con muñecas, también jugaba a escribir.
(…)
Su pensamiento, desplegado en la escritura, tanto en ensayos como en ficciones, adhiere a la idea de André Gide, según la cual: 'siendo más individual es cómo se es más universal'. El Castor afirmó, sin dar lugar al titubeo: 'En la filosofía que se llamó existencialismo, y a la cual adhiero, el mundo es una totalidad destotalizada. Esto quiere decir que por una parte existe un mundo que es el mismo para todos; pero que por otra parte nos encontramos todos en situación con respecto a él, y que esta situación implica nuestro pasado, nuestra clase, nuestra condición, nuestros proyectos: en una palabra, todo el conjunto de lo que constituye nuestra individualidad. Y cada situación envuelve, de una u otra manera, al mundo entero'.
(…)
La estocada que da Simone de Beauvoir a la cultura burguesa y obscenamente machista -por lo tanto, obscenamente autoritaria- aparece en su constante solidaridad con los marginados, con los oprimidos. Cuando ve, por ejemplo, que los emigrados argelinos, en el momento de la guerra, son torturados se rebela y participa en manifestaciones callejeras. Cuando ve al pueblo vietnamita aplastado bajo las bombas norteamericanas de napalm participa en las actividades del Tribunal Russell. Cuando Francia sostuvo una guerra con Indochina, saludó a Dien Bien Phu como una victoria. Cuando la Unión Soviética estacionó sus tanques en Budapest y en Praga manifestó su pública indignación.
Y ella también supo -porque pertenecía a esa masa mayoritariamente oprimida- responder a las aspiraciones liberadoras de las mujeres de esta época. En El segundo sexo, un ensayo que apareció en 1949, desmenuza qué es ser una mujer a los ojos de los demás, profundiza la realidad femenina tanto en la fisiología como en la historia y estudia la evolución de la condición femenina. Rechaza subordinar los problemas femeninos a otros problemas tales como la lucha de clases. De este modo, borra las falsas barreras que separan lo privado de lo político e incluyo lo primero en lo segundo.

Sartre, el compañero
'El mayor logro de mi vida es Sartre', dijo una vez Simone de Beauvoir. Con él, al que conoció en la Sorbona, junto a Paul Nizan y Maheu, construyó una pareja original. Nunca vivieron juntos porque sabían que compartir el mundo no significaba vivir bajo el mismo techo y ellos compartían el mundo de un modo menos mezquino. (…) Injustamente, cuando se habla de Simone de Beauvoir se le adjunta indefectiblemente el mote de 'mujer o compañera de Sartre', como si su logro fundamental fuese haber vivido con él durante más de cincuenta años. Pero la realidad muestra que ambos tuvieron el exquisito privilegio de acompañarse mutuamente. Por lo demás, ella fue lo que ella hizo de sí misma.”


Primera parte del documental sobre Simone de Beauvoir realizado por Virginie Linhart







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