Política internacional

A 50 AÑOS DEL CRIMEN DE PATRICE LUMUMBA

En enero de 1961 fue asesinado Patrice Lumumba, primer ministro de la república del Congo, antigua colonia de Bélgica. Promotor de la independencia de su país, en su corto mandato debió luchar contra la antigua metrópoli y los intereses separatistas. Murió entre los días 17 y 18 de enero de 1961. Fragmentos de Doscientos días que conmovieron a África, nota de Ennio Polito en El Periodista, nº76 del 21 de febrero de 1986.

“Tal vez el rostro de África sería hoy diferente si hace un cuarto de siglo Patrice Lumumba hubiera ganado la batalla contra el antiguo y el nuevo colonialismo y contra sus cómplices congoleños. Extenso y rico (después del Sudán es el segundo país del continente en extensión; el primer productor mundial de uranio, cobalto y diamantes industriales) relativamente desarrollado, el Congo tenía elementos para un triunfo que hubiera contribuido de modo decisivo a los equilibrios futuros. Lumumba era consciente de ello. Pero aún más lo era la coalición internacional que jugó contra él una partida infernal. Es indudable que esa conciencia pesó en esa página de la historia.
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Nacido en 1925 en Katako Kombe, una aldea del Kasai nororiental, en una familia del pueblo batetele convertida al catolicismo, Lumumba recorrió con sus propias fuerzas el camino hacia la condición de congoleño evolucionado. Hizo sus estudios primarios en parte en una misión católica, y en parte solo, en la casa de un pastor protestante donde servía como boy. Siguió siendo un autodidacta al mismo tiempo que trabajaba como empleado de correo en Stanleyville, cabeza de distrito de la provincia Oriental, donde por primera vez entró en contacto con círculos nacionalistas. Se apasionó por la causa de la liberación del Congo y conoció al cárcel. En 1957 se trasladó a Leopolville, la capital (hoy Kinshasha), y adhirió al Movimiento Nacional Congoleño (MNC), del que se hizo activista.
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La independencia se proclamó el 30 de junio de 1960. La ceremonia fue tensa. Con dudoso sentido de la oportunidad, el rey belga Balduino calificó a su país de benefactor. Y a la transferencia de poderes como un magnánimo don. Lumumba le respondió duramente, recordando los sufrimientos de su pueblo y la sangre que había derramado. El incidente endureció los ánimos. Mientras el rey atravesaba la capital en un autómovil abierto, un joven le arrebató la espada.
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Antiguos y nuevos adversarios se mostraban ansiosos por eliminar el obstáculo fundamental a una solución neocolonialista. El 5 de septiembre de 1960, ignorando al Parlamento, el presidente Joseph Kasavubu destituía al incorruptible Lumumba, el 'Robespierre congoleño', como lo definió Jean Paul Sartre, y designaba en su puesto a Ileo, el presidente del Senado. Lumumba se negaba a ceder. El Senado lo apoyó, desautorizando a Kasavubu. La Cámara se hubiera pronunciado seguramente en el mismo sentido, pero el coronel Joseph Mobutu, el ex sargento que había llegado a ser jefe del estado mayor del Ejército, lo evitó poniendo en movimiento a sus tropas para neutralizar tanto al Parlamento como a los dos gobiernos en pugna y sustituirlos por un fantasmagórico 'colegio de comisarios', compuesto por estudiantes. Un auténtico golpe de Estado tras de una fachada de equidistancia.
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Lumumba, y sus ministros Maurice Mpolo y Joseph Okito fueron capturados el 1 de diciembre en Mueka, sometidos a palizas brutales y trasladados a la cárcel de Thysville, en el sudoeste de la capital. (…) Los sacaron de la cárcel el 17 de enero de 1961 y los embarcaron en un avión rumbo a Elisabethville. Durante el vuelo, la guardia los apaleó salvajemente. Otro tanto hicieron los gendarmes katangueses cuando llegaron a destino, antes de arrastrarlos con la soga al cuello hacia un paradero desconocido. Los soldados suecos de la ONU fueron los últimos en verlos vivos. El 13 de febrero, el ministro del Interior de Tshombe, Godefroid Munongo, anunció oficialmente que habían muerto en un 'intento de fuga'. Años después, el mismo Tshombe admitió la falsedad de esta versión y sostuvo, en cambio, que los prisioneros habían muerto debido a los malos tratos que sufrieron en el avión, durante la noche de la llegada.
Nunca se hizo la luz sobre las reales circunstancias del martirio. Una comisión investigadora de la ONU consideró muy probable que los prisioneros hubieren sido torturados hasta la muerte en una finca cerca de Elisabethville, ante la presencia de Tshombe y otros funcionarios de Katanga. Según algunos testimonios, el mismo Munongo habría asesinado a Lumumba a golpes de bayoneta. Según otros, un oficial belga. Los cadáveres, mantenidos durante unos días en un frigorífico habrían sido disueltos después con ácido.”

Patrice eterno, tango de Fulvio Salamanca


Documental sobre el asesinato de Lumumba


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