2.11.10

Fútbol

A 25 AÑOS DEL ASCENSO DE ROSARIO CENTRAL
El 2 de noviembre de 1985, cinco fechas antes de finalizar el torneo, el equipo dirigido por Pedro Marchetta se consagró campeón de la Primera B Metropolitana y volvió a primera división. Al año siguiente, el Canalla hizo historia al ganar el título en la máxima categoría, marca que nunca fue igualada. Anécdotas de aquella temporada, narradas por el arquero Daniel Fosatti en fragmentos de Me gustaría jugar con Central en la A, nota de Manuel Tabares en la revista Sólo Fútbol, nº 17 del 5 de noviembre de 1985.



   “Cuando me propusieron jugar para Rosario Central yo estaba a punto de renovar contrato para el Green Cross. Dos amigos, ahora intermediarios -Milton Viera, ´el Tornillo´, y Luis Aguerre-, hicieron todo para que pasara al club rosarino. Enseguida acepté, porque significaba volver a jugar en la Argentina y en una ciudad muy parecida a Montevideo. Sabía cosas de Central por lo que había leído y escuchado, pero nunca había imaginado que sería tan grande; que su arraigo y popularidad llegara a planos insospechados. Hay que estar dentro o muy cerca de Central para saber lo que verdaderamente significa.
   La primera gran sorpresa fue la hinchada. Los primeros partidos del campeonato no fueron tan buenos para nosotros y ellos venían de soportar la desazón del descenso. Igualmente el aliento era increíble. Creo que la campaña exitosa los tiene a ellos como principales protagonistas.
   Encontré un grupo humano excelente. No hay que olvidarse de que el equipo era un rompecabezas; que se fue formando de a poco. El mérito grande corresponde a Pedro Marchetta, quien supo amalgamar las piezas. Nos infundió confianza. Habló claro desde el arranque. Los jugadores lo comprendimos, los dirigentes cumplieron su papel y aquí están los resultados.
(...)
   Cuando ingreso a la cancha persigo a mis compañeros y los toco. Todos piensan que es una cábala, pero no. Los mojo con agua bendita. Es un acto de Fe de un simpatizante que se prolonga a todo el plantel. Todo comenzó antes de un partido. Un hincha, ubicado detrás del arco me gritaba: ‘Flaco, ahí, ahí...’ Yo no veía nada. Hasta que descubrí una pequeña botella. Entonces me dijo: ‘es agua bendita, ponete vos y ponele al resto de los muchachos’. El ritual se fue prolongando a lo largo de todo el campeonato y no solamente en Rosario, sino también en Buenos Aires. Hace poco tiempo ese hincha se acercó al vestuario y nos explicó el motivo acerca de porqué hacía eso. Tuvo el padre muy enfermo y no podía seguir a Central, el equipo de su vida. Hizo eso por un acto de Fe. Es más, cuando no puede ir a Buenos Aires, le encarga un amigo que se preocupe por hacernos llegar el agua bendita”
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Imágenes del ascenso


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