HACE 20 AÑOS MORÍA JUAN MANUEL BORDEU
El 24 de noviembre de 1990 falleció el piloto Juan Manuel Bordeu, una de las figuras del automovilismo argentino de la década del '60. Luego de varias carreras en Europa, un grave accidente con un Lotus Elite en Goodwood frustró su debut en la Fórmula Uno en 1961. Después de su experiencia europea corrió en Turismo Carretera, ganando el campeonato de 1966 con un Chevrolet. Se retiró de las competencias en 1972. Fragmentos de Un empresario a toda máquina, entrevista de Mariano Andrade en la revista First de mayo de 1989.
“-Teniendo en cuenta la tradición campestre de su familia, ¿no habrá usted salido un poco oveja negra'
-Un poco. Toda mi familia nació prácticamente a caballo. A mí también me encantan pero desde muy chico me gustaron los autos. Una vez, de muy pibe, vi pasar un auto de carrera por la ruta y me enloquecí. Y viví desde los seis años pensando en los autos de carrera.
-¿Pero cómo fue madurando esa pasión?
-Yo aprendí a manejar aquí, en la estancia, con un mayordomo, por caminos de barro, de tierra, y ahí le empecé a sentir el gusto a la velocidad. Tenía 13 o 14 años, íbamos con mis amigos, todos chicos, a correr juntos. Después empecé a estudiar el secundario en Buenos Aires, vivía ocho meses allá y cuatro en el campo, me compré una moto, lo conocí a Fangio...
-¿Cómo fue ese encuentro?
-Cuando corrí mi primer carrera, a los 23 años, con un Volkswagen, Fangio (esto me lo contó luego él mismo) estuvo presente. Después nunca más nos vimos hasta el año 1959, en el que lo conocí personalmente camino a Mar del Plata. Él iba a Chascomús y estaba rodeado de gente. Yo llegué solo pero había un amigo mío con él y me presentó; a mí se me cayeron las medias. Él tenía entonces 48 años, el doble de mi edad, y ya se había retirado; no sé cómo le mencioné que me gustaría ir a Europa a correr... y él me dijo: 'Bueno, yo salgo dentro de quince días'. Yo no entendía nada, era como ser un personaje de novela, pero por supuesto acepté.
-Un momento crucial en su vida...
-Por supuesto, más de lo que yo mismo imaginaba entonces. Cuando llegamos a Italia, había como quinientos periodistas esperándolo porque era la primera vez que regresaba después de su retiro... Y yo estaba allí casi de casualidad, pero las casualidades son incomprensibles para la gente que, sin quererlo, empieza a asociar... Y yo me llamo igual que él, Juan Manuel; era corredor de autos también y hasta decían que teníamos ojos parecidos... Nadie creía que nos habíamos conocido hacía quince días; para ellos yo era un fenómeno que Fangio, el campeón, había encontrado en su camino.
(…)
-¿Y en algún momento el automovilismo dejó de ser un hobby para usted?
-A mí me gustan varias cosas en la vida. Me gusta pro ejemplo más la velocidad que los automóviles en sí. Yo sabía que era un riesgo, yo siempre decía que por un deporte no iba a arriesgar la vida... pero por una pasión sí. El automovilismo es más que un deporte o un hobby, para mí fue cabalmente una pasión.
-Una pasión en la que se arriesga la vida...
-Es como con los toreros. Yo nunca pensé que me podía morir en un auto porque nunca me hubiera subido a uno. Uno siempre piensa que los accidentes les van a ocurrir a otros, pero indudablemente el correr tiene algo de aventura, en un mundo en el que no abundan las aventuras.
-¿Qué es un accidente? Recuerdo una frase de Oscar Gálvez que decía que, cuando uno volcaba, lo primero era esperar que pasara el ruido, después, si seguía entero...
-Yo tuve dos accidentes de los cuales salí vivo por milagro. Fueron los dos arriba de los 200 km/h. Uno en Inglaterra y otro aquí en la Argentina. De los dos, sólo recuerdo una gran explosión y volver a despertarme en un hospital. (…) Yo perdí con un accidente mi trayectoria en la Fórmula 1, pero los corredores somos medio fatalistas: creo que hay un destino en la vida. Quizás yo hubiera podido hacer una gran carrera en Fórmula 1 en Europa, pero en este caso tal vez hoy no estaríamos hablando acá. Muchos compañeros míos murieron. Fueron los peores años del automovilismo.”
Imágenes de la 13ª vuelta de Olavarría de TC de 1966
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