22.10.10

Política internacional

HACE 40 AÑOS ALLENDE ERA DESIGNADO PRESIDENTE DE CHILE
El 24 de octubre de 1970 el socialista Salvador Allende fue proclamado presidente por el congreso de Chile. El candidato de la Unidad Popular había obtenido la primera minoría en las elecciones del 4 de septiembre, y debió aguardar a que los legisladores eligiesen el presidente entre los candidatos más votados. Tramos de ¿Comunismo 'democrático'?, nota de Benjamín Venegas (seudónimo de Rogelio García Lupo) en la revista Primera Plana, nº 404 del 27 de octubre de 1970.






   "Temprano, el último sábado, el sol elevó la temperatura. A las 10.35, el Secretario del Senado, Pelagio Figueroa, abrió la sesión del Congreso Pleno. Se iniciaba un requisito constitucional para consagrar al mandatario que desempeñará el Gobierno de Chile entre el 3 de noviembre de 1970 y el 3 de noviembre de 1976.
   No se esperaban sorpresas. Un rumor aciago, sin embargo, circulaba entre los periodistas, arracimados sin escrúpulos en los palcos bandeja del Salón de Honor del Congreso: el general René Schneider, 57, había muerto en la madrugada, rezaba la versión. La noticia se demoraría para evitar que un nuevo sacudón interrumpiera el procedimiento parlamentario.
   El dato era falso. Pero en sus sitiales, 195 Senadores y Diputados reflejaban en los rostros la gravedad del caso. No había tensión, más bien la serena arrogancia de quienes asumían, con plena conciencia, el papel de abrir las puertas del Gobierno a un presidente marxista. Las diatribas que recibió el Parlamento durante las últimas décadas se lavaban de un golpe, en 55 minutos de tediosa votación. Aunque los jóvenes izquierdistas detestan a los políticos tradicionales, éstos han sido quienes lograron constituir un régimen de frente popular con predominio comunista.
   La votación parecía semejante a las ordinarias; sólo los centenares de cámaras cinematográficas y de televisión recordaban el momento histórico. Pero algunos Diputados cabeceaban de modorra, mientras la Asamblea entera desfilaba alfabéticamente sobre la alfombra que, al terminar en la mesa de la presidencia, los enfrentaba con un sobre amarillo: allí introducían su voto -la papeleta se había repartido antes de comenzar la sesión- para luego depositarlo en una urna lustrosa.
(...)
   El recuento ocupó otros 14 minutos: la voz de Figueroa repetía, monótona, 'Señor Allende, señor Allende'. Así, ciento cincuenta y tres veces; sólo se quebró 35 veces para exclamar 'Señor Alessandri' y otras siete para mencionar 'en blanco'. Cuando dio lectura al acta final, y proclamó Presidente de Chile a Salvador Allende Gossens, una voz poderosa como un trueno lanzó un 'Viva Chile, m...'.
   El Diputado socialista Mario Palestro, sin saco, de espesos mostachos tártaros, condensaba el nacionalismo y populismo del nuevo régimen; también la revancha social que late entre los campesinos, los mineros y la muchedumbre que festonea las grandes ciudades con sus cobertizos de calamina.
   Los parlamentarios de la derecha juzgaron prudente abandonar la sala, cabizbajos; la bancada Demócrata Cristiana, los radicales y la izquierda se erguían para entonar el himno nacional. Al concluir, hubo vivas para Allende y todos partieron con prisa. La democracia ya había consagrado el rito: Allende aguardaba en su viejo departamento de la calle Guardia Vieja la decisión oficial."








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