25.6.10

Espectáculos

A DOS DÉCADAS DE LA MUERTE DE JOSÉ MARRONE
El 27 de junio de 1990 fallecíó en Vicente López, provincia de Buenos Aires, José Marrone. Conocido popularmente como Pepe o Pepitito, tuvo una larga trayectoria en el humor argentino, especialmente en el teatro de revistas. También actuó en televisión y en casi una veintena de películas, como Cristóbal Colón en la Facultad de Medicina (1962), Alias Flequillo (1963) y Una viuda descocada junto a Isabel Sarli (1980). Yo soy el inventor de la verdolaga, entrevista de Gerardo Yomal publicada en la edición nº 40 de la revista El Porteño de abril de 1985.




-Mirando unas cuantas décadas para atrás, me gustaría, Marrone, que nos cuente en qué posición económica se encontraba su familia.
-Éramos una familia que trabajaba mucho; imagínese que yo ni fui casi al colegio; sólo hice primer grado inferior y superior.
-¿Eran muy pobres?
-Bastante humildes y,como en aquella época mi papá no encontraba trabajo, por momentos hizo de albañil y en otros hasta de vigilante. Mi mamá era pantalonera fina de Harrods y Gath & Chaves; se da cuenta entonces que toda la familia se la trataba de rebuscar de alguna manera. Pero con respecto al colegio la cosa no sólo pasaba por la guita, porque a mí mucho no me gustaba.Tuve también la mala suerte de que la primera vez que tuve que ir al colegio cuando tenía seis años me corté un dedo del pie y casi me agarra el tétanos. Recuerdo que en mi debut escolar con el guardapolvo blanco estaba mi vieja poniéndome en el dedo azufre con carnaza que era para parar el pasmo. Antes se veía el pasmo de la herida, una raya colorada y se decía que cuando llegaba al corazón uno se moría. Entonces con todo eso le tomé idea al colegio y nunca quise ir más.
-¿A nivel familiar hubo alguien que haya estado en el ambiente del espectáculo?
-Yo le pregunté cien veces a mis viejos y siempre me contestaron que no. Sé, sin embargo, que una tía mía cantaba en el Colón pero nadie en mi familia, aparte de ese caso, se metió en el mundo de las candilejas.
-¿Cómo era su mundo infantil? ¿Chato, sin sal?
-La infancia mía fue como la de muchos pibes, una niñez muy sacrificada. Éramos muy pobres, Buenos Aires estaba creciendo, yo alcancé a conocer los tranvías a caballo e hice muchos trabajos: lustre botines, vendí diarios, hice de changador en la feria, vendía flores en la Chacarita el Día de los Muertos y de los Santos. Con el tranvía colita, abierto atrás, íbamos a la Chacarita a juntar agua.
-¿Cómo es eso?
-Antes había tumbas de tierra, ponían los floreros y hacían cola en las canillas para cargarlos. Entonces íbamos nosotros con latas de alcohol de quemar vacías, las llenábamos temprano y poníamos el agua en los floreros. La gente nos tiraba dos o tres centavos y así nosotros nos ganábamos la vida.
-¿Cómo lo picó lo del espectáculo? ¿Por dónde viene la mano?
-Yo tenía ángel para hacer reír y a donde iba enseguida decían 'ahí viene el loquito'. Antes a los que hacíamos reír en el barrio o en el club nos llamaban 'los locos'. Yo también boxeé, fui un amateur muy bueno...
-...¿con esto me quiere decir que no le puedo hacer preguntas agresivas porque es capaz de darme un golpe?
-No tiene nada que ver... Soy un hombre de setenta años.
-Sigamos con el tema...
-Aunque fui poco al colegio, recuerdo que, cuando pasaba al frente para hacer lectura, provocaba instantáneamente risa en mis compañeros. En la colimba hasta el teniente me llamaba 'el loco' aunque para esa época ya había trabajado en la radio, en los cabarets, en los cafetines de Leandro Alem, allá por el año '35.
-¿Cómo eran aquellos cafetines?
-Esos cafetines de Leandro Alem tenían escenario, trabajaban mujeres un poco libertinas aunque no mostraban los pechos ni el traste ni usaban el triángulo. Antes usaban las trusas y una mujer vestida así, Dios me libre, volvía loco a más de uno... Cuando yo empecé en la revista en el año '50 no se podía mostrar el ombligo y la única mujer que tuvo una virtud grande fue Juanita Martínez que se pegó una piedra de strass en el ombligo. Se usaba una tira que iba desde el corpiño hasta la trusa que tapaba todo pero Juanita no... Una vez vino un inspector para hacerle lío porque tenía el ombligo descubierto pero no pasó nada porque después el tipo vio la piedra de strass..
-¿Qué derecho de piso le hicieron pagar a usted para ir entrando en el mundo del espectáculo?
-Yo no pagué derecho de piso sino más bien me dediqué a rascar mucho. Rascar es salir afuera, las empresas nos mandaban de un lado a otro y nosotros enviábamos una carta telegrama que costaba un peso que era una especia de contrato. La compañía constaba de un partenaire, un cómico, una pareja española, un cantor y el pianista. Ellos nos mandaban los pasajes, y el suelo no había; pasábamos el plato, hacíamos rifas, los comerciantes nos daban corbatas, máquinas de afeitar, 'gilletes', pañuelos, etc. El dueño siembre regalaba la botella de sidra.
-¿Y su incursión en el circo cómo fue?
-Julio Sandor venía de Inglaterra y allí pensó en un cómico de mi género. Lo que hago yo en la revista es lo que antes se llamaba 'género alegre'. Así que ese señor pensó sacarme del cabaret y mandarme al circo, incluso para hacerlo pro televisión. Enseguida le hablaron al directivo de la televisión diciéndole que le iban a clausurar el canal porque yo era verdolaga.
-¿Verdolaga?
-Verde, trabajar verde, pornografía.
(...)
-¿Hiciste chistes sobre Pocho, Eva o Isabel?
-No, jamás en mi vida toqué ese tema. Lo he respetado mucho a Perón. Cuando cayó Perón muchos de los artistas que habían recibido de él autos y regalos fueron los primeros que se dedicaron a cargarlo. No se pude jugar con esos sentimientos. Perón murió y lo sigo respetando.
-¿Tu aparente apoliticismo no estaría encubriendo la posibilidad de continuar en el mundo del espectáculo con todos los gobiernos, sean dictatoriales o democráticos?
-No es que yo me tenga que mantener con todos los gobiernos. Nosotros trabajamos y el gobierno tiene las autoridades que nos controlan.
-¿Nunca se te ocurrió usar el arma del humor para pinchar a algún gobierno?
Yo no tengo que pinchar a nadie. El pueblo se tiene que defender por sus propios medios. Yo soy pueblo y cuando no soy artista sé cómo me tengo que defender.
-¿Cómo compatibiliza el Marrone de las puteadas y de los chistes verdes con el Marrone que trabaja para los chicos?
-Son maneras de ubicación. Hay que saberse ubicar, pibe. Si voy a trabajar a un lugar y veo muchas familias y chicos me ubico, no me zafo. El otro día me pidieron un cuento de curas pero está prohibido en el escenario, entonces lo conté en la tevé.
(...)
-Un sector de gente piensa que tu humor es burdo y que recurrís a las puteadas buscando la risa fácil...
-Yo no recurro a las puteadas, ¡atenti!... Yo he sido verdolaga. Yo puteé pero cuando dejé el teatro yo no sabía que empezaban a putear todos. Cuando volví después de años a la revista para ver como trabajaban los cómicos me quise morir... ¿Y a mí que soy el inventor de la verdolaga me van a querer pasar? No."

Audio de José Marrone


Imágenes de Marrone



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