4.12.09

Periodismo

A 25 AÑOS DE LA REVISTA DE LAS MADRES
Se cumplen veinticinco años de la aparición del periódico de las Madres de Plaza de Mayo, dirigido por María del Rosario de Cerruti. Osvaldo Bayer, Eduardo Luis Duhalde y Eduardo Galeano furon sus primeros columnistas. En el primer número del mensuario se publicó una entrevista a Hebe de Bonafini, un informe sobre la Iglesia Católica y la dictadura, y un perfil del general Luciano Benjamín Menéndez. También un repaso de los atentados cometidos en el primer año del gobierno de Raúl Alfonsín, y el reclamo de las Madres para desarticular el aparato represivo heredado del régimen militar, la 'mano de obra desocupada'.



Editorial Salimos a la calle porque la verdad busca la luz, publicado en el número 1 de diciembre de 1984.

"Con la normalización constitucional se han dado cambios que, de alguna manera, sirven de estímulo a quienes durante los años de dictadura, prefirieron ignorar la realidad.
Sin embargo, nosotras, las Madres, que vivimos los momentos más dramáticos de la historia reciente, tenemos mucho que decir al respecto. es cierto que el pueblo eligió gobierno y representantes. También es cierto que se conformaron los tres poderes públicos. Pero, entre esta verdad y la realidad, existe una distancia que hoy queremos recorrer con nuestros lectores.
Dentro de esta aparente democracia, la voz de las Madres de Plaza de Mayo es cuidadosamente silenciada por los medios de comunicación que, salvo honrosas excepciones, prosiguen con la banalidad y la superficialidad en el manejo de la información, o apelan directamente al sensacionalismo.
La prensa diaria tiene, como es sabido, serios compromisos económicos-ideológicos con determinados sectores de opinión. Todo esto, matizado con las notas oficiales de rigor, hace que el pueblo no conozca la verdadera naturaleza de los problemas que aquejan a nuestro devastado país.
Un pueblo que, durante los últimos años, vivió obligado a consumir información viciada, seguramente tardará en reconocer que la verdadera democracia se nutre del disenso y la polémica hasta hallar soluciones que le permitan emerger del caos.
Durante los últimos años hemos tenido en la Argentina una 'uniformidad' de criterios impuestos por la fuerza, que no debemos olvidar si realmente queremos un país para vivir con dignidad. Razón por la cual, y como ejemplo de esa república que queremos, salimos a la calle con este periódico que aspira a mostrar la verdad del más grave de los problemas que padece nuestro pueblo.
El derecho a la vida, prioritario a todos los derechos del hombre, fue violado por una fuerza nefasta que mantiene aún su poder. ¿El gobierno Constitucional no puede o no quiere dominarla?
La subordinación de esa fuerza nefasta sólo será posible mediante la aplicación de la ley con la firmeza y decisión que el pueblo espera.
El estado de derecho al que debemos aspirar comprende, en primer término, el derecho igual para todos los habitantes; cuando se mantienen privilegios para otorgar ese derecho, el estado no cumple su función.
Las promesas democráticas formuladas desde el gobierno se contradicen con los proyectos que el Poder ejecutivo manda al Congreso Nacional, proyectos que el Poder Legislativo convierte en leyes, sin escuchar el reclamo popular y prácticamente sin debate, dejando a la vista acuerdos políticos que, desde siempre, obstaculizan y postergan el verdadero ejercicio democrático. Aquí debemos acotar que el Ejecutivo, cuando lo cree oportuno, veta la legislación aprobada por las Cámaras, de modo tal que el Congreso pareciera que no puede ir más allá de lo que está previsto por el Poder Ejecutivo o el partido mayoritario.
Desde el enfoque ético que sostenemos las Madres de Plaza es posible hacer también una apreciación política que se opone a la concepción aplicada por algunos dirigentes, que insisten en que 'la política es el arte de lo posible'. Para nosotras, en cambio, no existen 'posibles' si no hay ética en las decisiones políticas.
Es imprescindible que cada habitante tome conciencia de que, sin el juicio y el castigo a los culpables, su vida corre todos los riesgos, ya que la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional -sistema empleado por los bárbaros que asolaron el país- continúa en vigencia para sembrar el terror, reprimiendo a quienes se rebelan ante la injusticia, utilizando a los indiferentes, y apoyándose en los que callan porque temen perder privilegios.
La lucha por afianzar un Estado de derecho nos corresponde a todos por igual. Para ello, debemos sumar solidaridad, mantener la resistencia ante los embates y prepararnos conscientemente para defender la vida, la justicia y la libertad, denunciando los errores y tal vez la complacencia de algunos sectores que aspiran a estar cerca del poder para manejar sus propios intereses sin interferencias.
Las Madres no tenemos intereses de ningún orden. Pero tenemos hijos, e hijos de nuestros hijos. Ellos y nosotros formamos parte de un pueblo que exige dignidad y respeto a los seres humanos, y garantías en el cumplimento de la ley. Por eso creemos en la necesidad de este periódico, esta tribuna impostergable desde donde intentaremos que la verdad se abra paso y encuentre, finalmente, la luz".


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