El 28 de diciembre de 1989 falleció el humorista Roberto López, conocido profesionalmente como Viuti. Su labor más destacada fue en Clarín, donde publicó durante varios años la tira Teodoro & Cía. En ella, a través de Teodoro, un cadete de pelo largo, retrataba la vida cotidiana de las oficinas y las características de la clase media argentina. Arquitecto de profesión, trabajó en las revistas Humor® y Satiricón -entre otras- y en el diario La Nación.
La censura puede ser una aliada, entrevista a Viuti en el nº 1 de la revista Reportaje a la cultura, de diciembre de 1980.
"-¿Teodoro recibió algún tipo de instrucciones con respecto a determinados temas?
-En forma específica ninguna; por supuesto que un diario no es lo mismo que una revista de poca tirada o de cierta élite. Un diario es un elemento de difusión masiva y tiene cierto compromiso; entonces hay puntos en los cuales uno no debe pasar los límites. De modo que yo no podría alcanzar un tono como hacía en Satiricón por ejemplo, pero en verdad he tenido bastante libertad para desarrollar la tira.
-¿Cuál es el nivel del humor en nuestro país?
-En general es bastante bueno, pero no sólo hay que hablar de humor sino de humoristas. En nuestro país se dio una situación muy interesante para que el humor adquiriera ese nivel y fue a partir del año 72 y 73 con la aparición de publicaciones que dieron un carisma nuevo y abrieron otros horizontes dentro del humor, crearon un criterio distinto, como Satiricón y Hortensia, cada una en su plano por supuesto. Satiricón rompió con todos los cánones y creó una nueva concepción de humor. En cambio con Hortensia se dio un fenómeno de reversión porque una cosa se venía dando en el país en ese momento y era la proyección del humor de Buenos Aires hacia el interior. Entonces, revertió esta situación y lo hizo con mucha calidad. Estas revistas crearon el caldo de cultivo para que hoy se dieran muchas condiciones dentro del humor.
LA COMICIDAD ENTRE JEFES Y OFICINAS
-¿Cómo se gesta la idea de Teodoro?
-El tema cotidiano es uno de los temas más fuertes para hacer una historieta. Todo aquello que esté relacionado directamente con la realidad es algo que le interesa a la gente y que además le interesa desarrollar al humorista. En mi caso particular creo dominar el tema ya que he trabajado en la parte administrativa de las oficinas largos años, y en todo ese tiempo llegué a conocer a la gente que se mueve y trabaja allí, sus tics, su idiosincrasia.
-¿Cuál es el sentido de elegir al cadete como eje principal de la historieta?
-Pienso que es interesante que sea el cadete el personaje principal de la tira porque es el más marginado de la oficina, no porque lo echen de menos o lo aparten, sino porque su propia condición de cadete hace de él un tipo que se mueve más bien en la periferia de los problemas de trabajo.Además, por su edad no participa en forma directa de los problemas del resto del personal ; entonces, eso le permite ponerse en una posición de observador de las cosas. Es un personaje simpático y casi siempre aceptado, por todos los integrantes de la oficina. Debemos tener en cuenta que no está metido dentro del engranaje del esquema administrativo y con esto me refiero al empleado que ya tiene una posición tomada con respecto a su trabajo y a sí mismo, sus propios adversarios o simpatizantes, es decir que ya se ha definido y tiene un encasillamiento mucho más rígido que el de un cadete.
-¿Esos personajes, en el ámbito de la oficina, son universales?
-Sí. Esquemáticamente es la situación que se da en todas las oficinas. Con algún cambio de orden particular o matices distintos. Un jefe existe en todas las oficinas, en todas hay un obsecuente, empleados resentidos, otros que son estudiantes, el gerente, su secretaria, los mayordomos y por supuesto el cadete.
-¿La oficina no es un tema demasiado específico que puede agotarse en poco tiempo?
-Se me ocurre que no. Algo se termina en la misma medida que se terminan los recursos o empieza a gestarse una etapa de agotamiento, pero en uno mismo. Las posibilidades de enfoque dentro de una oficina son infinitas; además la realidad está siempre allí. Basta pensar que un hombre 'vive' ocho o diez horas por día en su lugar de trabajo para entender que es allí donde se le dan casi todas las situaciones cotidianas. En una empresa donde trabajan muchas personas, las distintas maneras de pensar crean un espectro de situaciones en el cual cada uno obra de distinta manera frente a la misma circunstancia. Y todo eso para mi no puede extinguirse nunca porque es el hombre mismo.
-¿Cuáles serían las características más importantes de una tira diaria?
-Creo que por sobre todo tiene que ser dinámica. Los personajes no deben anquilosarse. No digo que siempre tengan que ser los mismos; deben crecer. Pero tal vez, Teodoro nunca podrá dejar de ser cadete; sería como dejar de existir. Hay que estar de acuerdo con la realidad y con la actualidad, no quedarse en el tiempo porque si no se vive las vicisitudes del momento se pierde comicidad. En definitiva no hacemos más que reirnos de nosotros mismos en nuestro espacio y nuestro tiempo."
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