17.11.09

Cultura

A 90 AÑOS DE LA APARICIÓN DE BILLIKEN
El lunes 17 de noviembre de 1919 salió a la venta la más antigua de las revistas infantiles del mundo que aún continúa publicándose. Creada por el periodista y escritor uruguayo Constancio Cecilio Vigil -que el año anterior había fundado Editorial Atlántida-, Billiken llegó a su aniversario con la edición número 4684 en la calle y también en el ciberespacio. Nacida como una revista culta dirigida a los niños, a partir de la década de 1920 comenzó a seguir los temas del programa escolar. El origen de la revista tomado de Paren las rotativas: Historia de los grandes diarios, revistas y periodistas argentinos, de Carlos Ulanovsky.



Billiken a la historia

"El 17 de noviembre de 1919, cuando apenas se conocía un modelo en el género -la publicación italiana el Corriere dei Piccoli, cuya salida se suspendió al iniciarse la Primera Guerra Mundial en 1914-, Constancio C. Vigil lanza la revista Billiken. A principios de siglo el inglés Billy Kent introdujo como amuleto en Occidente un muñeco inspirado en un pequeño dios de la India a quien se le reconocían posibilidades de transmitir bondad, salud y voluntad. En el primer número del semanario se consignaba, como si lo dijera Billiken: 'Aquí, en este bello país, he encontrado niños de todas las razas... este es el lugar en donde Billiken debe quedarse'.
Pero fue a partir de 1925, cuando el descendiente del fundador de editorial Atlántida, Carlos Vigil, perfeccionó la idea de seguir semana a semana desde una revista los programas educativos. En 1932 Carlos Vigil declaraba: 'No existía el material escolar, ni los libros de texto. Por 20 centavos ofrecíamos láminas de próceres (dibujadas por Manteola, otro prócer del plumín y la tinta china) que en las librerías costaban tres o cuatro pesos'. A partir de la fórmula de entretenimiento con instrucción sana y útil, Billiken se convirtió en un éxito notable en toda Hispanoamérica. A España llegaron a enviar 30.000 ejemplares semanales y el doble de esa cantidad a Perú, Colombia, Venezuela y México. Millones de chicos de la primera mitad del siglo, de la Argentina (en donde la revista llegó a vender 500.000 ejemplares cada siete días) y otros países, pueden acreditar que aprendieron a leer con Billiken. Los españoles que llegaron como inmigrantes en esos años conocían pocas cosas del país, pero una de ellas era la revista de Vigil.
Todavía resultan memorables los objetos para armar que traía. La Pirámide de Mayo, la Casa de Tucumán, el pesebre de Navidad o alguna batalla funcionaban en los hogares más humildes como los juguetes más sofisticados. Una vez al año los mejores trabajos que llegaban a la redacción se exponían en una galería de arte porteña.

Colaboradores de lujo
En treinta años de colaboraciones continuas Lino Palacio hizo más de mil tapas, cuyos originales fue regalando a escuelas del interior. Los cándidos motivos de las portadas se convertían en temas de composiciones escolares, en tanto que las maestras solicitaban a la publicación secretas ayudas para redactar sus discursos de las fiestas escolares. Escritores como Gabriela Mistral, Horacio Quiroga, Arturo Capdevila, Leopoldo Lugones, Enrique Banchs, Juana de Ibarbourou o Jacinto Benavente escribieron, los más de las veces sin firma, para Billiken. Además de Palacio, también dibujaban Dante Quinterno, Alberto Breccia y José Luis Salinas. Ellos difundían vidas ilustres como las de Luis Agote, Rosario Vera Peñaloza o Jesucristo, y síntesis de obras maestras como El Quijote o la Biblia. En la década del 20 fueron famosas historietas como 'El Pibe', el personaje que secundaba a Chaplin en sus filmes, y sagas como 'El hijo adoptivo' hicieron llorar a medio país. En los 30 alcanzaron repercusión 'La familia Conejín' y 'Comeuñas'; en la del 40, las aventuras de 'Ocalito y Tumbita' y 'Pelopincho y Cachirula', así como en los 50 nadie superó a 'El Mono Relojero', uno de los grandes personajes de Constancio Vigil".

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