Veinte años atrás, Eduardo Duhalde, entonces vicepresidente de la Nación, impulsó una ley para cerrar las discotecas a las tres de la madrugada. En estos días, la Legislatura bonaerense discute un proyecto similar propuesto por el gobernador Daniel Scioli. Y como veinte años atrás, la polémica se instaló en la sociedad, con opiniones a favor y en contra. En esa ocasión la iniciativa quedó en la nada. Acerca de este tema, esto contaba la revista Noticias, en su edición nº 676 del 10 de diciembre de 1989.
¿FASCISMO O SENTIDO COMÚN?
Las discotecas deberán cerrar sus puertas a las 3 de la madrugada
"Algo va a cambiar en la noche de Buenos Aires. Según lo anunció el vicepresidente de la Nación, Eduardo Duhalde (48 años), será enviado a las sesiones extraordinarias del Congreso Nacional un proyecto de ley de protección al menor que obligará al cierre de las confiterías bailables -y de todos los locales nocturnos de diversión o esparcimiento de cualquier especie- a las 3 de la madrugada.
Los jóvenes habían logrado cambiarle la fachada a los amaneceres. Fueron imponiendo la moda de recibirlos con las luces y la música de las discotecas a pleno.
Para el doctor Duhalde -abocado desde hace muchos años a la lucha contra la drogadependencia- esta ola renovadora también trajo consigo la resaca. Representada en la siempre advenediza droga que encontró su recodo y también hizo noche en esta moda.
'Los adolescentes tienen la costumbre de empezar la noche a la una o dos de la madrugada -explicó el vicepresidente-, en horario que no se conoce en ningún lugar del mundo. La responsabilidad es también de los boliches que abren sus puertas después de la medianoche. Los padres no tienen otra salida que dejarlos salir bien tarde, no ejerciendo un amor responsable, que ponga límites'.
El citado proyecto de ley aclara en sus fundamentos que sólo quedarán exentos de la obligatoriedad de cerrar sus puertas a las tres de la madrugada los bares que funcionan en las rutas del país o en terminales de transportes.
El diputado justicialista Eduardo Varela Cid (44), uno de los firmantes del proyecto -junto a los diputados Eduardo Horacio Budiño y Carlos Guido Freytes, también justicialistas- abunda en los alcances de la medida en caso de ser aprobada.
'La futura ley apunta a modificar tres aspectos fundamentales. Primero, poner fin a una costumbre estúpida. Ningún individuo puede rendir en su trabajo, en su estudio o en su vida social si vive de noche. Segundo, disminuir los porcentajes de tentación y probabilidad de caer en el delito. Tercero, revertir la desintegración familiar y la formación del ghetto adolescente, quien por sus horarios cambiados no comparte la vida familiar y se aisla.'
Actualmente funcionan en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires 450 confiterías bailables, a las que concurren entre viernes y domingos aproximadamente un millón de jóvenes. La mayoría de estos locales abre sus puertas a las 0.30 y permanecen abiertos hasta las 6.30 o 7 de la mañana. Muchos tienen el llamado turno matinée, los sábados y domingos, de 18 a 23, para que concurran los menores.
'No son las discotecas las que abren tarde -dicen Claudio (30) y Osvaldo Caride (31), propietarios del boliche Cinema-, es la gente la que llega a la 1 o 2, obligando a que el disc-jockey «abra» la pista a esa hora'.
'Es una medida arbitraria -suma su desacuerdo Daniel Carabajal (34), gerente de Paladium-. A la gente no se le puede imponer por decreto qué hacer con su tiempo libre'.
Katja Alemann (32), propietaria de Cemento, también desaprobó el proyecto. 'Es parte de una campaña absurda. La gente que se quiere drogar se droga a cualquier hora. Además, sería mucho más efectivo frenar a la droga en la frontera que cerrando las puertas de los boliches'.
Entre los jóvenes que todos los fines de semana acuden a los boliches tampoco fue muy bien recibida la noticia. Para Oscar Spurio (25), profesor de Educación Física, 'reducir el horario de los boliches no conduce a nada. El ingreso de droga a una discoteca pasa por la responsabilidad de los dueños o un correcto control policial'.
Por su parte Marcelo Rozenow (19), estudiante, opinó: 'es más peligroso volver a mi casa a las 3 que a las 8. No hay colectivos ni luz. Las calles son tierra de nadie'.
Es indudable que no se debería coartar ninguna libertad que no afecte a otras personas, como bailar a la hora que a cada quien le plazca, pero también es cierto que los horarios de las discotecas están muy desplazados. Por eso, este proyecto de ley tan criticado por los jóvenes está siendo aplaudido por los padres de adolescentes cansados de 'levantarse' a las 6 de la mañana de los domingos para irlos a buscar".
CANCIÓN CRÍTICA DE LA REGULACIÓN DE LA ACTIVIDAD NOCTURNA
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