
Acaba de morir Ray Charles, uno de los mejores cantantes norteamericanos y un músico que acercó la esencia del soul al country, al jazz, al rock y a cualquier otro estilo musical que abordó a lo largo de su vida. El músico murió ayer en su casa de Bervery Hills, en California, como consecuencia de una complicación hepática.
Como cantante, pianista, compositor y productor, Charles reformuló la música norteamericana. Fue un pianista extraordinario, pero esta cualidad se vio inevitablemente opacada por su voz, fuerte, impura e impredecible. Aún en los primeros años, sonaba como una voz experimentada, de alguien que había visto todas las esperanzas y locuras de la humanidad. Charles podía sonar suave o crudo, feliz o desolado, despreocupado o lloroso, terrenal o devoto. Podía conjugar la exaltación, la pena y la determinación en una sola fase.
En los años 50, Charles se convirtió en un arquitecto de la música soul. Pero, enseguida, rompió con cualquier categoría. Hizo más de 60 álbumes y su influencia resuena a través de generaciones de cantantes de rock y de soul.
Ray Charles Robinson nació el 23 de septiembre de 1930. A los 5 años, empezó a perder la vista, tal vez debido a un glaucoma, y y a los 6 años ya estaba completamente ciego. E ese momento, empezó a tomar clases de piano e incursionó en el gospel en la Iglesia bautista Shiloh y en los blues rurales de la mano de músicos como Tampa Red.
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Con su profundo conocimiento de los estilos musicales y de las cuestiones del corazón, Charles compuso, arregló e improvisó su camino hacia una cultura norteamericana que abrazó el soul y no reconoció fronteras.
Texto redactado por el periodista Jon Pareles (The New Cork Times), publicado en el diario Clarín del 11/06/04
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