7.1.09

EL FINAL DE UN GRANDE




Este 8 de enero se cumplen 14 años de la muerte del ex boxeador argentino, Carlos Monzón. Por aquellos días cumplía una condena por el crimen de su esposa Alicia Muñiz, y en una de sus salidas transitorias de prisión, pierde la vida en un accidente de tránsito.



Carlos Monzón no conocía la compasión. Y mataba con sus propias manos, y así, golpeando sin piedad, con esa determinación glacial, conquistó el alma de los argentinos que gozaron de su gloria con el corazón vibrante y la agresión en vilo. Al boxeo no se juega. Se juega al fútbol. Pero no al boxeo. Arriba del ring nadie retoza. Como escribió la novelista norteamericana Joyce Carol Oates: “Se percibe que algo profundo está sucediendo en un lugar que va más allá de las palabras. El combate verdadero no es nunca el de Dempsey contra Firpo o el de Allí versus Frazier. El boxeador encara de frente la corporización de sus temores más profundos, y de sus debilidades más ocultas que, de pronto, se materializan en la figura de su contrincante y así adquieren fuerza amenazante y destructiva . El adversario es su espejo. El boxeador lucha contra sí mismo, lucha contra su propia muerte” (…)
Fragmento extraido de la revista Noticias 942 publicada el 15 de enero de 1995

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