19.10.12

Literatura

HACE 30 AÑOS GARCÍA MÁRQUEZ GANABA EL PREMIO NOBEL
El 21 de octubre de 1982 el periodista y escritor Gabriel García Márquez se convertía en el primer colombiano -y cuarto latinoamericano- en ganar el Premio Nobel de Literatura. Nacido el 6 de marzo de 1928 en el pueblo de Aracataca, la Academia Sueca de Letras explicó que le concedían el premio “por sus novelas y cuentos donde lo fantástico y lo real se funden en la compleja riqueza de un universo poético que refleja la vida y conflictos de un continente”. Recordamos ese momento con “No comprendo cómo no se lo dieron a Borges”, nota del diario Clarín del 22 de octubre de 1982.



“'El argentino Jorge Luis Borges era la persona que merecía el Premio Nobel de Literatura. Aún no comprendo cómo no se lo han dado'. Esa fue una de las primeras frases que atinó a decir ayer el colombiano Gabriel García Márquez a los periodistas en México.
La otra fue: 'Estoy contento de recibir el premio por razones sentimentales y por las posibilidades que me abre para participar en el desarrollo de los acontecimientos políticos'.
Entre esos dos extremos, la reacción del escritor colombiano identifica claramente dos de las pasiones que signaron su vida: la literatura y la política.
La primera, extendida a lo largo de más de 30 años, explica su asombro e insistencia: 'Borges y no yo era quien merecía el premio. Es imposible saber cuál es el criterio que siguen en la Academia. Siempre son una sorpresa', confesó en la víspera.
'Estoy incrédulo y asombrado', dijo García Márquez, y el sentimiento suena a auténtico. A pesar de las notorias diferencias políticas, humanas, de estilo o temáticas, el autor de Cien años de soledad no hizo más que confirmar la antigua devoción que le despiertan ciertos escritos de Borges.
Ese reconocimiento al 'maestro' no es nuevo y pone en el tapete otra cuestión: los 'criterios', como dice García Márquez que se manejan en la honorable Academia sueca para otorgar los premios.
En la misma dirección, el laureado se preocupó particularmente en destacar la significación que tiene el nombramiento para Latinoamérica, 'El premio es para todos los escritores latinoamericanos. La academia sueca ha tenido en cuenta el desarrollo y florecimiento de la literatura americana en general en los últimos años para darme este premio. Conmigo se está reconociendo a todos los autores del hemisferio sur'.

Política, ante todo

La segunda pasión, otra de las obsesiones de este escritor autoexiliado de Colombia en 1981 luego de haber denunciado que las autoridades querían arrestarlo, remite a la cuestión político-social en sus aspectos más diversos, siempre en el marco latinoamericano.
Ante una pregunta sobre si sus compromisos políticos con la izquierda podrían haber sido la causa de no haber recibido antes el Nobel, García Márques (sic) declaró ayer: 'Al contrario, yo creo que lo que se ha demostrado es que no debe alterarse Jamás el compromiso político que uno tiene por el interés del Premio Nobel. Porque, aunque uno no lo quiera, si lo merece le llega, cualquiera sea su posición política'.
En sus confesiones a los diferentes medios periodísticos, el creador colombiano se mostró especialmente preocupado por la situación en Centroamérica: 'Tengo información confiable de que EE.UU. con Honduras están armando a mercenarios y a un ejército muy fuerte para invadir Nicaragua. Si eso ocurre, sería una guerra de proporciones impredecibles'.
Amigo del líder cubano Fidel Castro, adherente -en su momento- a las actividades del principal grupo guerrillero colombiano (el M-19) y activo simpatizante del Movimiento al Socialismo (MAS), García Márquez trascendió el marco literario y usó la prestigiosa designación para enunciar sus ideales políticos.
En verdad, estos ideales registran una respetable coherencia que García Márquez no hizo más que certificar en la víspera: 'También este honor es importante en la medida en que aumente nuestra posibilidad de influir en los derechos humanos en América latina, principalmente en América Central, donde hay peligro de una guerra generalizada', dijo a una agencia francesa.
Respecto de este tema, deslizó una frase tan corta como significativa: el premio hará que 'podamos continuar con nuestro trabajo y aumentará nuestra audiencia'.
Con la designación de ayer, la cruzada democrática y progresista que García Márquez ha iniciado hace muchos años aumenta considerablemente en sus alcances: El 'Nobel' García Márquez sabe que esa audiencia destinataria de su mensaje crecerá enormemente para trabajar -como sostuvo en la víspera- 'en la búsqueda de una mayor apertura democrática en América latina... Hay que empujar en ese sentido'.

Imperialismo

El novelista colombiano, que en 1973 juró públicamente que no escribiría hasta que no cayera 'la dictadura de Augusto Pinochet en Chile' (rompió su promesa el año pasado con Crónica de una muerte anunciada), lanzó juicios lapidarios contra el 'imperialismo yanqui', un enemigo recurrente en su trayectoria política.
Además de la denuncia del plan estadounidense para Centroamérica, 'Gabo' -así lo llaman los amigos- no rehuyó el humor. Con tono irónico y sonriente, preguntó a los periodistas que llegaron a su casa del distrito mexicano de Pedregal si alguno de ellos era de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
'Me gustaría saber qué dice Ia CIA de mi Nobel', agregó.
La ironía mantiene coherencia con muchos gestos anteriores de García Márquez -hizo propaganda de los objetivos políticos del MAS y hasta llegó a donar dinero a ese movimiento-, pero también está íntimamente ligado a sus nuevos proyectos, entre ellos la creación de un diario pequeño e independiente y democrático en su país natal, al que volverá, según lo dijo ayer, en 1983 para poner fin a su exilio voluntario.
No en vano, el escritor premiado anunció en la víspera que invertirá los 157.000 dólares del premio en ese diario que dirigirá a partir del año entrante.

Entrevista a Gabriel García Márquez antes de recibir el Premio Nobel (TVE)

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