20.4.12

Política Internacional

A 15 AÑOS DEL RESCATE DE LOS REHENES EN EL PERÚ
El 22 de abril de 1997 fuerzas especiales liberaron a los funcionarios peruanos y diplomáticos extranjeros que estaban cautivos en la embajada japonesa en Lima desde diciembre del año anterior. En el enfrentamiento murieron todos los secuestradores, integrantes del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. El rescate, en tramos de La guerra del fuego, nota de Carla Castelo y Silvio Santamarina, en Noticias, nº 1061 del 26 de abril de 1997.


“Ya casi tenían una vida. Los chicos jugaban al fútbol y las chicas seguían las telenovelas con fervor. A la hora de la siesta, ellos apoyaban sus fusiles en un rincón del salón convertido en estadio cubierto, y ellas, con los fusiles entre las piernas, lagrimeaban frente a las desventuras de su heroína mediática. Los emerretistas parecían vecinos -algo excéntricos- del barrio San Isidro, una zona acomodada de Lima. Hasta se vio a un guerrillero sacar la basura a cara descubierta. Sólo dos datos empañaban esa rutina: había 72 rehenes que sufrían y se quejaban del encierro; y afuera, la trampa mortal contra el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) ya estaba lista.
'Procedan inmediatamente', entonó el presidente peruano en el momento de bajarle el pulgar a los del MRTA. Eran las 15.17, la hora tan esperada por Fujimori para probar el juguete letal con que había soñado desde la toma de la residencia diplomática, 126 días atrás. Según confió a NOTICIAS un experto en seguridad internacional, su comando militar de elite había sido entrenado y adoctrinado en el exterior. Los chalecos y cascos de los 140 efectivos de rescate eran israelíes. El apoyo logístico estuvo a cargo de la Fuerza Delta de los Estados Unidos, con aviones Awac que pueden captar información con sus satélites hasta 24 metros bajo tierra. La comunicación con algunos de los rehenes se realizó desde el exterior mediante un sofisticado sistema microscópico de fabricación sueca, que fue introducido por uno de los visitantes a la residencia. Según el experto, la forma de desplegarse, número de hombres empleado y la velocidad con que actuaron revelan el asesoramiento de un instructor israelí.
(...)
Operación Chavin de Huantar. Fue el 22 de abril. Por un túnel con tres ramificaciones ingresaron los comandos encargados de la primera bomba. A las tres y veinticinco, la sala principal estalló sobre los terroristas que jugaban al fútbol. Cinco emerretistas volaron por los aires. Otro grupo comando, con chalecos antibalas, mascarillas y escudos protectores ingresó a fuego abierto por la puerta principal. Los francotiradores cubrían el ingreso. Otro grupo asaltó por la puerta trasera.
Mientras los rehenes eran evacuados, un tiro alcanzó al magistrado Carlos Giusti. En el segundo piso, en uno de los cuartos, las fuerzas armadas encontraron al líder, Néstor Cerpa Cartolini. Lo mataron. Ya no quedaban guerrilleros vivos. En la embajada quedaron los cadáveres: 14 emerretistas, dos oficiales, un rehén. Cuando Fujimori entró a la residencia, la operación 'Chavín de Huántar' se había convertido en otro escandaloso triunfo personal.
(...)
Testigo en peligro. La noche del 17 de diciembre, el ministro de agricultura del Perú, Rodolfo Muñante, era uno de los invitados a la fiesta de la embajada japonesa. Cuando el comando del MRTA tomó por asalto la exclusiva residencia del barrio de San Isidro, Muñante sintió miedo. Con cada día que pasaba concebía una árida certeza: lo matarían. Muñante sabía que, junto al canciller Francisco Tudela y el embajador Morihisa Aoki, era una de las víctimas elegidas por el terrorista encargado de ultimar a los rehenes del cuarto 'C'. Pasaron los meses, lentos. Muñante sabía que pasadas las tres mil horas de la toma, algo tendría que pasar. No conocía el plan y no confiaba en que los terroristas lo dejaran vivo. Un día de abril Fujimori dio la orden. Ahora, en su despacho, el ministro no quiere recordar. 'Casi no he dormido, me acosté tarde y estuve pensando todo el tiempo, sentía que el ruido de las bombas continuaba'. La voz de Muñante se oscurece. Como si hubiese que pedirle permiso al presidente, los rehenes no quieren hablar de ciertas cosas. 'Anoche, he recordado y recordado la actitud de ese muchacho... - dice, en un susurro- ...a ese terrorista que había recibido la orden de matarnos. Cuando se iniciaron las explosiones todos sabíamos lo que se nos venía encima. Al poco rato, este muchacho abrió la puerta y rastrilló el arma. Me apuntó a mí primero; luego, a los demás. No sé qué pasó, no sé si dudó, pero vi tristeza en sus ojos, tal vez por que tenía que matarnos, o quizás porque vio su vida desperdiciada... Pasaron pocos segundos, él se dio media vuelta, cerró la puerta y se fue... Sólo sé que pudo habernos disparado, yo estaba ahí, al frente, mirándolo, esperando... pero salió. Abajo, la balacera, las bombas que nos hacían saltar, yo veía las luces... Fue terrible'.
(...)
La caída. Ni los más acérrimos opositores al presidente peruano dudan del éxito que significa este final violento para la fama de duro y pragmático cultivada por Fujimori. La propia historia del MRTA le da argumentos para proclamarse como el último de los represores latinoamericanos. Nacidos a principios de los '80, los emerretistas son uno de los pocos grupos que sostienen una estrategia de tradición guevarista, es decir de 'foquismo' armado revolucionario. En su intención doctrinaria de expandir la guerrilla por Latinoamérica, golpearon con suerte irregular en Uruguay y Bolivia, donde 'confiscaron' el dinero para su operación espectacular en la residencia diplomática.
Cometieron el error de no prever que se quedarían solos y encerrados. No hubo manifestaciones populares para apoyar los reclamos de libertad o mejores condiciones de vida para los miembros del MRTA encarcelados bajo las durísimas normas de la legislación antiterrorista peruana. Ni los partidos opositores ni los organismos mundiales de derechos humanos se animaron a superar sus internas y plantear dudas sobre la historia oficial que dice que la negociación con los guerrilleros estaba agotada y que la aniquilación era inevitable. Los rebeldes se equivocaron en esperar un diálogo que no estaba en los planes del poder. 'Nada triunfa más que el éxito', dice una frase americana. Fujimori sabe que es cierto.”

Informe de la televisión peruana


Notas vinculadas:
10/6/1990: Hace 20 años Fujimori era elegido presidente del Perú
5/4/1992: Autogolpe en el Perú
17/12/1996: El MRTA ataca la embajada del Japón

0 comentarios: