Cultura

A 50 AÑOS DE LA MUERTE DE HUGO WAST

El 28 de marzo de 1962 falleció el escritor argentino Gustavo Martínez Zuviría, conocido por el seudónimo de Hugo Wast. Abogado, docente, periodista y político, fue uno de los fundadores de la Academia Argentina de Letras y dirigió la Biblioteca Nacional entre 1931 y 1955. De su prolífica obra se criticaron varias de sus novelas de neto corte antisemita. Fragmentos de Cuestionan la figura del escritor Hugo Wast, nota de Judith Gociol en la revista La Maga, nº 149 del 23 de noviembre de 1994.

“El autor escribió más de treinta novelas que fueron traducidas a idiomas como el alemán, el italiano y hasta el noruego y vendieron unos tres millones de ejemplares sólo en lengua castellana.
No menos difusión tuvieron las convicciones católicas y nacionalistas que Martínez Zuviría anteponía a todos sus actos. Por ejemplo, su relación con el Partido Demócrata Progresista (al que había representado como diputado por la provincia de Santa Fe) terminó cuando Wast consideró que ciertas expresiones de Lisandro de la Torre habían ofendido a la religión. Estas posturas ideológicas, llevadas al extremo, le hicieron sostener, en el prólogo de su libro El Kahal, que la expresión 'muera el judío' era sinónimo de 'viva la patria'.
Bajo el mandato del general Ramírez fue nombrado ministro de Justicia e Instrucción Pública, cargo que ocupó hasta que, avanzada la Segunda Guerra Mundial, el gobierno se vio obligado a romper relaciones con el eje. En la carta de renuncia, Martínez Zuviría arguyó que se negaba a que la Argentina 'se embandere y que nuestros soldados vayan a morir en tierras extrañas sin saber porqué, a las órdenes de jefes extranjeros que nos desprecian y a la sombra de banderas de todos los colores'.
De posturas favorables al eje, durante los meses que duró su gestión fueron perseguidas aquellas organizaciones estudiantiles que manifestaban su apoyo a los aliados. Bajo su administración se produjeron, también, las cesantías a profesores y maestros judíos, implementadas por el interventor en el Consejo Nacional de Educación, José Ignacio Olmedo. La enseñanza obligatoria de religión en las escuelas, es otra de las medidas tomadas por Wast. Fue por esa ley que los alumnos que no profesaban el culto católico debían concentrarse en otra aula a estudiar Moral.

Vocación
Según desarrolla Wast en su libro Vocación de escritor, 'una novela, por el solo hecho de representar la vida, enseña, bien o mal, aunque su autor no lo haya pretendido. No es un cuadro ni una estatua, es toda una cadena de principios y de consecuencias que se transmiten al lector como incitaciones al bien o al mal. Por consiguiente el novelista no tiene derecho de escribir cualquier cosa, so pretexto de arte'.
Martínez Zuviría creía que la literatura tenía una misión pedagógica y de formación espiritual. A su entender 'por arriba de la libertad del artista están los deberes del hombre para consigo mismo, para con la sociedad, para con Dios'. De ahí que sus obras estuvieran cargadas de mensajes moralizantes.
Alegre, Flor de durazno, La Casa de los cuervos, Valle Negro y Desierto de piedra son algunas de las muchas novelas del escritor. Muy populares, sus textos abarcaban el género de la aventura, el realismo y, en algunos casos, incluían un tinte lírico y hasta sentimental. Muchas de sus obras dirigidas a niños y adolescentes se convirtieron en textos de lectura obligatoria en las escuelas, especialmente promovidos por la Iglesia.
Aunque la ideología del autor era un elemento presente también en estas obras, sus posturas se hicieron totalmente explícitas en El Kahal, Oro, Juana Tabor y 666, las cuatro obras que constituyen la tetralogía antisemita. A la manera de una saga familiar, los primeros dos volúmenes son -según desarrolla la especialista Dora Orlansky en un artículo publicado en la revista Punto de Vista- una traslación, en forma novelada, de Los protocolos de los sabios de Sión, libro de cabecera del nazismo. Incluso en la en la introducción a la edición italiana de Los protocolos... (de 1937) el prologuista cita a Martínez Zuviría y a una frase, extraída de El Kahal, que irónicamente dice: 'Los protocolos... son falsos pero... se cumplen maravillosamente'.
Entre otras cosas Wast sostiene, en ese libro, que 'la crisis del 30 es una vasta maniobra judía, para ahogar la civilización cristiana', y que ' los escritores judíos han descompuesto la sangre del mundo cristiano inyectándole el veneno del liberalismo. El liberalismo en finanzas, el liberalismo en política, que es el sufragio universal; el liberalismo en religión, es decir, la enseñanza obligatoria y atea'.

Contra Moreno
El texto Año X es un folletín en el que Wast plantea su propia visión de la Revolución de Mayo, sobre todo respecto a la actuación de Mariano Moreno. El escritor tenía especial aversión por este personaje. Que un revolucionario de ideas liberales hubiera sido el fundador de la Biblioteca Nacional -la misma a la que él dedicó más de veinte años de su vida- era un hecho que le costaba aceptar.
(…)
Tal como ocurrió con el contenido de sus obras y con su paso por el Ministerio de Educación, también la gestión de Martínez Zuviría como director de la Biblioteca fue cuestionada por muchos. Un grupo de escritores exigió, en una nota publicada por esos años en la prensa, su renuncia al cargo.
'El señor Hugo Wast no sería peligroso -argumentaron- si se limitara a esa simple actividad del caramelo literario. Pero aparte de sus lacrimógenas virtudes de novelista exhibe la exasperación de su totalitarismo falangista y sus despropósitos contra Mariano Moreno, prócer liberal que tuvo la osadía de fundar la Biblioteca.' Entre otros autores, uno de los que más criticó a Martínez Zuviría fue César Tiempo. Dejó clara su postura en un trabajo elocuente desde el título: La campaña antisemita del director de la Biblioteca Nacional.
La figura de Hugo Wast tuvo y tiene tantos defensores como denostadores. Por eso también la denominación de Martínez Zuviría, que se le adjudicó de la hemeroteca, resulta tan polémica”.

La Biblioteca Nacional cambia el nombre de la hemeroteca:


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