30.6.11

Cultura

A 20 AÑOS DE LA MUERTE DE JOSÉ MARÍA ROSA
El 2 de julio de 1991 falleció el historiador argentino José María Rosa. En su larga vida fue juez, periodista, diplomático y una de las figuras más importantes del revisionismo histórico. También militó en el peronismo, lo que le valió el exilio y la persecución tras el derrocamiento de Perón y la fallida revolución del general Juan José Valle en 1956. Lo recordamos con fragmentos de “Estamos en vísperas de otro gran movimiento histórico”, entrevista de Daniel Capalbo publicada en el diario La Razón el 16 de diciembre de 1985.






   “-¿Qué vigencia tiene hoy el revisionismo como escuela historiográfica? ¿Cree en las llamadas tendencias superadoras en la historia argentina?
   -Vea, ese argumento que pretende estar más allá de un presunto maniqueísmo histórico es bastante relativo. Félix Luna es uno de los que sostienen esa tesis: así, Sarmiento, Mitre o los caudillos, todos son argentinos con sus costados buenos y malos. Pero eso es un paralogismo. No se puede venerar a los que traicionan, a los que están en contra de la patria. La historia hecha por el mitrismo, por los vencedores de Caseros, no existe. La historia oficial no es historia. Para que exista hubo que forzar las cosas, entonces esa historia no existe.
   -Pero todos son agentes de la historia, los Mitre, los Urquiza y los Sarmiento...
   -Pero claro, lo que sucede es que el eje de la historia es su sentido social, lo principal es el sentido de patria que no todos lo tienen por igual. No se puede escribir historia sin sentido social. Pero fíjese: en Luna, el libro que escribió sobre Perón: El 45, tiene un profundo sentido argentino.
   -¿Existe sentido nacional hoy en la Argentina?
   -Desde luego, existe en todos, y creo que más que nunca. Lo que sucede es que hoy no se llaman 'nacionalistas', por que hay nacionalistas que son unos mamarrachos. Mire, hasta las izquierdas hoy son nacionalistas en el buen sentido. No hay comunista que no lo sea. Los mismos conservadores, si me apura un poco, son nacionalistas.
   -¿Cómo se explica esa novedad?
   -Tiene, le diría, una doble contestación: la opción nación o colonia. Si caemos en la trampa de la colonia, bueno, perdemos la historia. Pero creo que ahora estamos yendo hacia la constitución de la nación, tengo esperanzas...
   -Después de la guerra por las Malvinas, en la revista que por entonces usted dirigía, Línea, y cuando se vislumbraba ya la salida institucional, se afirmaba que la opción era democracia formal o dictadura nacional. ¿Sigue pensando hoy de la misma forma?
   -No es ése, necesariamente, mi pensamiento. Yo no creo haber escrito eso. La democracia formal no se puede utilizar necesariamente como sinónimo de democracia colonial. Las dictaduras, sí, siempre son coloniales. Se impuso entre nosotros después de Caseros. Sarmiento, deplorable como político pero un gran escritor, sin duda, impuso durante su gobierno una verdadera dictadura. Vino a destruir un gobierno popular, democrático y con sufragio universal como fue el de Rosas. Dictaduras coloniales fueron las que destituyeron a Yrigoyen y a Perón, y de la última, bueno, para qué vamos a hablar...
   -¿Puede explicarse el problema argentino utilizando como categorías de análisis las que se expresan por derecha e izquierda?
   -No me animo a hacer tal cosa. Yo mismo no sé si soy de izquierda o derecha... La historia presenta a veces un falso enfrentamiento de una mentalidad nacional con una de clase. Mentalidad de clase tienen la burguesía, los poderosos, lo que antes era la gente bien. En cambio, la llamada clase trabajadora tiene espíritu nacional. Conciencia nacional hubo con Rosas, la tuvo el peronismo hasta el '55.
   -¿Y después qué pasó? ¿Por qué perdió el peronismo en la última elección?
   -Porque no fue, y aún no es, el peronismo que fue.
   -Pero hoy usted adhiere al peronismo renovador...
   -Sí, porque creo que puede llegar a ser el peronismo que fue. Le aclaro que yo soy independiente, a pesar de esta simpatía. Me gusta Cafiero, sí, creo que es un buen muchacho. Espero que ellos recuperen el peronismo.
   -Pese a eso no explica mi pregunta...
   -Bueno, sí, lo que sucedió al peronismo fue que lo afectó una enfermedad tremenda: Herminio Iglesias, que cree que las cosas se resuelven por la violencia.
   -¿Usted cree que fue la única 'enfermedad' del peronismo?
   -No, el peronismo suele pescarse esas enfermedades, con López Rega pasó lo mismo.
   -¿Cómo ve el nuevo proceso histórico iniciado en 1983?
   -Me gustaría que esta democracia fuera más participativa, menos formal. Vamos a ver. Ahora tenemos a Alfonsín, me gustaría verlo terminar su mandato. El presidente ha tenido algunos aciertos. El proceso a los militares, independientemente de las condenas -a mí me hubiera gustado que sean más severas, pero me conformo- fue uno de ellos. Lo del Beagle fue también otro acierto.
   -Que entre otras cosas, le granjeó a usted la antipatía de muchos de sus compañeros...
   -Bueno, es que mis compañeros estaban completamente despistados. El nacionalismo no es el mapa, eso es típicamente militar. ¿Sabe usted que nuestros militares profesan el culto al mapa y no lo tienen por la historia? Perón, el algunas de sus cartas, dice que esas islas no importan para nada, que lo importante es la integración con Chile. Sin embargo, los peronistas estábamos haciendo una cuestión de soberanía sobre las islas.”

La voz de José María Rosa







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