1.4.11

Dictadura 1976-1983

CUANDO GUGLIELMINETTI ERA TAPA DE GENTE
El 31 de marzo el ex agente de Inteligencia Raúl Guglielminetti fue condenado por crímenes cometidos en el centro clandestino de detención Automotores Orletti. Por allí pasaron las víctimas del Plan Cóndor, la coordinación de las dictaduras del Cono Sur. Acusado en otras causas de violaciones a los Derechos Humanos, el ex represor gozó de una rara notoriedad al regreso a la democracia. Recordamos ese época en tramos de Las polémicas revelaciones de Guglieminetti, nota de Gabriela Cociffi y Sandra Jacobson en la revista Gente, nº1068 del 9 de enero de 1986.




   “El primer día que Raúl Antonio Guglielminetti se enfrentó, cara a cara, con el juez Juan Carlos Cardinali, le dijo: 'Voy a mostrarle más como es Guastavino y no cómo es Guglielminetti'. Y en su extensa declaración de nueve horas habló con un lenguaje muy especial: 'hacer boleta', 'poner el tubo', 'pasar la factura', 'sacar del medio a un tipo', 'levantar a una persona'. Usó cada una de estas frases con naturalidad. Y no es de extrañar. Durante años -estuvo 18 en Inteligencia- formaron parte de su vocabulario diario. Y Raúl Antonio Guglielminetti -o Rogelio Angel Guastavino- lo hace notar casi con orgullo.
   Así lo hizo ante el juez. Así también lo hizo cuando hablamos con él en su quinta de Mercedes (que le costó 9 mil dólares) o en el living de su casa de Acassuso (que le costó 60 mil dólares y donde tiene una vitrina con calcomanías de cruces esvásticas 'porque dan un buen lejos, ¿no? Me gusta su diseño y su forma').
(…)
   -Guglielminetti, ¿usted está realmente orgulloso de ser un hombre de derecha?
   -¿Y por qué no habría de estarlo? Una persona de derecha significa ser respetuoso de la bandera, del himno, de nuestros próceres, de todas las cosas que hacen a la sociedad en la que me muevo y en la que crío a mis hijos. Y también podría decirle que soy nacionalista, si usted entendiera que ser nacionalista implica comportarse de una determinada forma en un determinado espacio físico o geográfico. Porque yo ejerzo ese sentido de la derecha dentro de las fronteras de mi país.
   -Pero usted sabe que al decir 'hombre de derecha' no hablo de una derecha 'leve', para llamarla de alguna manera...
   -Mire, le voy a decir que estoy orgulloso de que me hayan criado así, porque el marxismo es algo aberrante, vergonzoso y descalificante. Yo prefiero que digan cualquier cosa antes de que me señalen como zurdo.
(…)
   -¿Qué trabajo cumplió usted en Inteligencia, Guglielminetti?
   -Yo apoyaba al Ejército dentro de un plan de acción psicológica que intentaba buscar coincidencias entre el Ejército y la ciudadanía, era un plan de acción cívica. Yo cumplía y respondía a ese plan del Ejército.
   -Usted habla como si ser de los servicios de inteligencia fuera algo maravilloso, pero debe saber que no es la imagen que la mayoría de los argentinos tenemos. Los 'servicios' suenan a cosa turbulenta... (interrumpe con amabilidad)
   -Le agradezco que me permita hacer esta aclaración. Porque la gente siente una desconfianza natural por los servicios de inteligencia. Los servicios tienen en todo el mundo una trayectoria muy vasta en hechos que no son demasiado transparentes. Pero lo que pasa es que para cada cosa hay un ámbito. Para que un enfermo se cure se necesita un hospital, ¿verdad? Y cuando los gobiernos que en determinado momento tienen problemas graves -cuando se agota el camino de la diplomacia o hay que preparar el camino de la guerra- entonces es ahí donde actúan los servicios de inteligencia. Y exigirle después a los servicios transparencia en todo su accionar, me parece un poco ingenuo. Los servicios de inteligencia bucean siempre en las aguas más turbulentas. (Sonríe con ironía). No se hace inteligencia ni en la catedral, ni en un colegio de monjas. Se hace inteligencia entre los individuos que tienen algo que ocultar, o tienen intenciones aviesas o tienen planes que no son del todo claros. Y el Gobierno, al igual que las Fuerzas Armadas, tiene la obligación de llegar a eso antes de que el hecho se consume.
(…)
La indagatoria del juez
   Insistieron en Tribunales que el juez Cardinali tomó todas las respuestas que le dio Guglielminetti y las analizó exhaustivamente. Y que con dos o tres preguntas Guglielminetti se sintió realmente sobresaltado. Que se recompuso después de un segundo y le contestó mirándolo fijo a los ojos, quizás estudiándolo. Aseguran en los pasillos que parte del diálogo habría sido el siguiente: (…)
   -Guglielminetti, esto puede ser producto de presión -no lo discuto acá- pero también de antecedentes. ¿Acaso usted nunca secuestró?
   -Secuestros extorsivos ninguno (aseguran que ésa fue la respuesta de Guglielminetti y que se quedó mirandolo muy fijo al juez que no se inmutó)... la lucha contra la subversión fue otra cosa, si a eso usted hacía referencia. Otra cosa. Pero no secuestro gente para pedir rescate. Extorsivos ninguno... yo no hago esas porquerías.”

Imágenes del juicio por Automotores Orletti





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