9.4.11

Astronautica

DESPEGA EL COLUMBIA, EL PRIMER TRANSBORDADOR ESPACIAL
El 12 de abril de 1981 despegó el Columbia, el primer transbordador espacial de los Estados Unidos. Construido para la NASA, estaba destinado a reemplazar a los cohetes por naves que podían realizar varios vuelos. La crónica de su viaje inaugural, en fragmentos de Una hazaña en mangas de camisa, nota de Florencia Braguinsky en la revista Somos, nº239 del 17 de abril de 1981.



   “Exactamente veinte años después de que el ruso Yuri Gagarin protagonizara el primer vuelo orbital tripulado alrededor de la tierra, Estados Unidos lanzó su transbordador espacial Columbia: terminó así la era de los satélites exploradores y empezó la era de la colonización espacial.
   Ese mismo domingo 12, a las tres de la tarde hora argentina, los astronautas John Young (50) y Robert Crippen (43) devoraron su primera comida en órbita; peras, carne, huevos revueltos, copos de maíz tostado, chocolate caliente y jugo de naranja.
Dos horas antes el Centro Espacial de Houston, a cargo de la misión, había autorizado a los dos tripulantes a sacarse sus buzos de astronauta y ponerse en mangas de camisa (sic). Algo que ocurrió un cuarto de hora antes de lo previsto.
   El adelanto fue interpretado como una confirmación de la confianza que tenían esa base y la de Cabo Kennedy en la misión que el día anterior fue postergada apenas nueve minutos antes de producirse el lanzamiento.
   Pero todavía no había completado la segunda de las 36 vueltas previstas en torno del planeta cuando comenzaron a insinuarse en Tierra las resonancias políticas del acontecimiento.
   A pesar del fervoroso mensaje que el presidente Ronald Reagan envió a los astronautas ('la misión que llevan a cabo nos llena a todos de orgullo y nos hace sentirnos de nuevo como gigantes'), se mantienen las expectativas denunciadas hace poco por The New York Times cuando se hizo eco de la sensación que da la Casa Blanca sobre su poco apego a la investigación especial y el propio programa ahora en marcha, especialmente definido por el hecho de que aún no ha sido elegido el asesor científico de la presidencia.
(…)
   El Columbia deberá hacer tres vuelos antes de (en el cuarto lanzamiento) llevar por primera vez un satélite: un artefacto secreto del Departamento de Defensa llamado Teal Ruby y preparado para detectar aviones y misiles en tránsito.
   Hasta 1982 se programaron cuatro lanzamientos de transbordadores que incluirá al primero de la segunda serie de este tipo de vehículos: el Challenger. Hasta el año siguiente los dos harán ocho vuelos, y para 1984 se han proyectado 17 misiones de la que participarán el Columbia, el Challenger y un tercer trasbordador llamado Discovery.
   En 1985 habrá 25 vuelos orbitales: uno cada quince días, y para entonces un cuarto modelo (el Atlantis) se unirá a sus colegas.
(…)
   Ningún obstáculo grave impidió, sin embargo, que a las 53 horas y media de vuelo, el Columbia fuera puesto en posición de regreso para iniciar el descenso (de una hora de duración) desde el océano Índico hasta el norte de Australia, y luego sobre el Pacífico, al norte de Hawai, y aterrizar en la Base Andrews de la Fuerza Aérea, en el lecho seco de un lago en el desierto de Mojave, California.
   Seguramente en ese momento se repitieron en los monitores de control los registros cardiográficos de los dos tripulantes: 130 latidos por minuto para el novato Crippen (una marcada taquicardia) y 90 para el veterano Young (estuvo dos veces en la Luna), ya detectados en el momento de la partida.
   Terminaba la era de los descubrimentos y comenzaba la colonización. El Columbia (que lleva su nombre en recuerdo de una pequeña y frágil chalupa con la que se exploró en el siglo XVIII el noroeste norteamericano), había cumplido su misión.”


Imágenes de vuelo inaugural



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