24.2.11

Política internacional

HACE 25 AÑOS CAÍA EL DICTADOR FERDINANDO MARCOS
El 25 de febrero de 1986 abandonaba el poder el dictador filipino Ferdinando Marcos. Elegido presidente en 1965 por el partido Liberal, fue tornándose cada vez más autoritario y anticomunista. Contemporáneo a la guerra de Vietnam, su gobierno recibió el apoyo de los Estados Unidos. Tramos de Festejos populares en Filipinas al concluir dos décadas de dictadura, nota del diario La Razón del 26 de febrero de 1986.




   “El régimen de dos décadas de Ferdinando Marcos concluyó ayer de modo poco glorioso, con la fuga del dictador en un helicóptero norteamericano mientras el pueblo festejaba en las calles en un estallido de euforia incontrolable y Corazón Aquino asumía plenos poderes como séptimo presidente de la Nación.
   Como preámbulo de su fuga, Marcos se hizo tomar juramento como presidente en una grotesca ceremonia palaciega, nerviosa y melancólica, a la que no asistieron algunos de sus viejos amigos. Ni siquiera estuvieron presentes el primer ministro, César Virata, y el vicepresidente, Arturo Tolentino, bloqueados en sus propias casas por una multitud que les impidió salir.
   Marcos prestó juramento ante el presidente de la Corte Suprema, Ramón Aquino, en momentos en que el Palacio estaba totalmente rodeado de tanques y soldados armados a guerra. No había allí ni un solo diplomático extranjero. Marcos y su esposa Imelda se hallaban al borde de las lágrimas. El dictador dirigió su postrer mensaje a 4 mil partidarios que lo vivaban y pedían a gritos que fuera implantada nuevamente la ley marcial. 'Queremos morir por usted, queremos matar por usted', exclamaban algunos fanáticos.
   Cuatro horas antes, en un exclusivo club de Ciudad Quezón -muy cerca del Campo Crame (jefatura de la policía)- Corazón Aquino había jurado como nueva presidenta del país y anunciado la formación de un gobierno provisional. Con la simple fórmula: 'Tomo el poder en nombre del pueblo', Aquino lanzó su último desafío al dictador. Vestida de blanco y amarillo, colores de la oposición en las últimas elecciones, Aquino subrayó que había llegado 'la hora de la paz, la concordia y el esfuerzo común para los 54 millones de filipinos'.
(…)
   La evidencia de que se asistía al principio del fin se tuvo cuando un millar de infantes de marina abandonó el Palacio de Malacañang. 'Todo ha terminado. El presidente se va y ha asumido la señora Aquino. Nosotros estamos a sus órdenes', dijo el coronel Salvador Fortunato, comandante de la unidad. Entonces, una multitud comenzó a arrojar flores a los marines y algunas personas cantaban el estribillo 'nuestros soldados son cristianos'. Con notable sentido de la oportunidad, el coronel se colocó una flor amarilla en el uniforme.
   Casi al mismo tiempo, doscientos soldados que defendían una calle de acceso al Palacio de Malacañang desertaron en masa y no vacilaron en confraternizar con el pueblo. La gente comenzó a abrazarlos, a colgarles rosarios y prenderles estampas de la Virgen, fotos del papa Juan Pablo II y de Corazón Aquino. Soldados y civiles sollozaban y reían, gritando: 'Ha terminado'.
   Cuando la radio y la televisión anunciaron oficialmente que Marcos había dimitido, centenares de miles de personas se lanzaron a las calles para saltar y danzar. En una explosión de júbilo inenarrable, la gente se abrazaba y besaba efusivamente y se deseaban 'un feliz año nuevo'. Mientras eran quemados grandes retratos de Marcos, todas las campañas de las iglesias de la capital fueron echadas a vuelo. En esos momentos, el general Ramos irradió un mensaje pidiendo que se respetaran los edificios públicos construidos por la dictadura.
   La exhortación de Ramos fue cumplida al pie de la letra, pero hubo una excepción y fue el Palacio presidencial, símbolo de la dictadura, de la opulencia de unos pocos y de la miseria de los más. El edificio de dos pisos, de estilo neocolonial español, fue asaltado por una multitud enardecida estimada en cinco mil personas. Un río de hombres, mujeres y niños avanzó sobre las rejas del Palacio, recién abandonado por Marcos, y se precipitaron por las escaleras sometiendo al edificio a un concienzudo saqueo. Maderas finas, porcelanas orientales, alfombras persas y mármoles italianos fueron destrozados o quemados por la multitud.”






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