27.11.09

Política internacional

CUANDO ESTABA PROHIBIDO DECIR TUPAMAROS EN EL URUGUAY
Hace cuarenta años, durante la presidencia de Jorge Pacheco Areco, se prohibió a la prensa mencionar a la guerrilla del Movimiento del Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) liderada por Raúl Sendic. Meses más tarde, las autoridades policiales de Montevideo extendieron la censura a otras palabras que aludían a los tupamaros. En momentos en que José 'Pepe' Mujica -ex guerrillero de aquel movimiento- puede acceder a la presidencia uruguaya, recordamos esas restricciones.



Tupamaros y siete palabras prohibidas, revista Panorama nº 137 del 9 de diciembre de 1969.

"En el Uruguay hay palabras que todo el mundo dice pero que nadie osará publicar, a partir del 1º de diciembre. El subjefe de policía de Montevideo, Heleazar Agosto, comunicó que aquel día comenzaría la prohibición, para la prensa nacional, de mencionar los siguientes términos: comandos, extremistas, terroristas, subversivos, delicuentes políticos o delincuentes ideológicos. Tales exclusiones aluden a otra voz, que la prensa uruguaya no pudo nombrar: Tupamaros. Desde el 4 de julio pasado, el decreto 313, intimida con la incautación de ejemplares a la publicación que registre el título de los guerrilleros urbanos.
El gobierno propone alternativas penales a esas denominaciones. Se los podrá motejar como delicuentes, malhechores, maleantes, reos. Los mismos -que, en realidad, tienen un hombre preciso: guerrilleros- no serán procesados para las páginas policiales por los delitos políticos que hubieren perpetrado. Habrá que atenerse, solamente, a la letra del Código Penal, que reconoce las figuras del atentado a la constitución ('simple o en el grado de conspiración'), asociación para delinquir, uso de documentos falsos o tenencia de explosivos.
Así simplificado el vocabulario, el periodista no escribirá 'una cédula de extremistas hizo estallar una bomba', sino, 'un grupo de malhechores asociados para delinquir incurrieron -con éxito- en el delito de tenencia de explosivos'.
La innovación semántica recibió un fundamento político. El subjefe Agosto explicó (en diciembre) que el gobierno desea 'hacer desaparecer por completo cierta aureola de romanticismo que aún pudieran tener los extremistas, pese a sus últimos crímenes, eliminando toda diferenciación con los delincuentes comunes, porque han demostrado ser tanto o más peligrosos que los demás maleantes'.

Incendiario

Es probable que los Tupamaros (con perdón de la palabra) opinen que estas sanciones prolongan el efecto de sus explosivos afanes. Y que recuerden lo que sucedió con Eróstrato, viejo griego que quiso alcanzar fama eterna mediante el incendio del templo de Diana en Efeso, una de las siete maravillas. Indignados por la pirómana manera de procurarse relaciones públicas futuras, las autoridades quisieron impedirle su propósito prohibiendo toda referencia a Eróstrato. Quien, figura, y figurará, en cualquier enciclopedia de consulta."

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