Diálogo con un condenado a muerte
Al cumplirse 35 años del crimen, reproducimos fragmentos de una entrevista realizada al líder sindical en 1972. En aquel momento, era consciente que su muerte sería inminente... Finalmente fue asesinado un 25 de septiembre de 1973.
(…) A las 20.20 aparece una joven de figura atractiva. Ella nos pone delante de José Rucci. Apretón de manos fugaz. Me mira. Lo miro. Arruga la frente. No hay precalentamiento; amaga con una sonrisa que no llega a ser y pregunta él:
-Bueno, tengo poco tiempo, eh. A ver, ¿sobre qué vamos a hablar?
-Vamos a hablar sobre… su vida.
-¡Mi vida es un drama, viejo!
-¿Por qué dice eso?
-Porque mi vida, viejo, es una desgracia. (se rasca la cabeza con vehemencia) …las responsabilidades, la falta de solución a los problemas… ¿Le parece poco?
-No, poco no me parece. (Apuro el tema aun a riesgo de que el diálogo se manque de entrada). Usted, Rucci, dice que su vida es un drama, ¿Influye en eso su “condena a muerte”?
-En absoluto. Le voy a contar una anécdota. Atienda: marchaba la tropa rumbo al combate que se debía librar adelante. Por los costados las fuerzas enemigas empezaron a hacer escaramuzas. El comandante de la tropa cometió el error de dejarse distraer por las escaramuzas de los costados y, al final, pierde la guerra. Es mi caso: yo tengo una misión que cumplir y no voy a dejar que me distraigan. Voy a seguir adelante.
-Pero más allá de que la amenaza de muerte lo distraiga, ¿admite, al menos, que lo preocupa?
-Sería una tontería decir que no me preocupa. Pero de ahí no pasa. Yo tengo una obligación que me impide poder detenerme; tengo que seguir adelante. Ahora, lo importante es que nadie hace nada sin motivo. Algún motivo deben tener los que quieren matarme.
-¿Cuáles son esos motivos?
-Bueno… este… uno de ellos es que el secretario general de la C.G.T. es peronista y consecuente con Perón. El otro motivo es que se acerca la reelección de Rucci y, al no haber otro medio para que eso no pueda llevarse a cabo, les queda como única posibilidad eliminarme físicamente.
(…)
Para leer un fragmento original, click aquí
Extraído del libro CARAS, CARITAS Y CARETAS –Biblia, calefón y golosinas surtidas-. 50 personajes de la Argentina Modelo para armar, de Rodolfo Braceli. Editorial Sudamericana, abril de 1996.
0 comentarios:
Publicar un comentario