7.9.12

Arte

HACE 15 AÑOS MORÍA RICARDO CARPANI

El 9 de septiembre de 1997 falleció el artista plástico argentino Ricardo Carpani. Famoso muralista, fue el autor de una obra singular entre las distintas corrientes plásticas de nuestro país. En sus creaciones volcó además su militancia política y sindical. Su vida y su obra, en fragmentos de Toda imagen es política, nota de Rubén Álvarez publicada en la revista Acción, nº490 de la segunda quincena de enero de 1987.



   “'Yo había programado el viaje a Europa por cuatro meses. Iba a exponer mis cuadros en Estocolmo y en España. En aquel tiempo vivía de eso, de vender mis pinturas allá. Ya en el barco nos enteramos del asesinato de Ortega Peña por la Triple A. Corría el año '74 y las cosas se ponían pesadas para los militantes del campo popular. Estuvo también el asesinato del hijo de Raimundo Ongaro, el de Silvio Frondizi y el de tantos compañeros. Entonces, cuando estoy por regresar los amigos me dicen que espere, que se estaban viviendo tiempos sangrientos. Y esperé. Después vino el golpe del '76 y la dictadura y seguí esperando. Y regresé al país en abril del '84'.
(...)
   -Usted pertenece a lo que podríamos llamar la generación del '60 y a una época de grandes discusiones tanto en el campo político como en el artístico, ¿cuál fue su proceso durante ese tiempo?
   -Antes de dedicarme a la pintura, digamos siendo casi un pibe, tenía inclinación por los problemas políticos. Se puede decir que me enrolo dentro de una corriente de la izquierda nacional desde una vertiente trozkista. Para explicarlo mejor, me enrolo en la corriente de izquierda que hace una evaluación adecuada del 17 de octubre de 1945 y del fenómeno peronista. Allí convergemos Hernández Arregui, Rodolfo Ortega Peña, Bellone, Rodolfo Puiggrós y tantos compañeros. Y de toda esa época lo que rescato fundamentalmente, es aquello que se llamó 'la resistencia peronista'. Para ese entonces yo venía de integrar el grupo Espartaco, del que luego me voy e ingreso a trabajar dentro del movimiento obrero, haciendo afiches, tratando de encontrar la síntesis entre el arte y la militancia. Con el auge del Vandorismo y de las 62, me abro. Cuando se conforma la CGT de los Argentinos con Ongaro vuelvo a reintegrarme al trabajo sindical. Y sigo trabajando con los gráficos hasta mi viaje a Europa y el exilio.
   -Paralelamente a los acontecimientos políticos, hay por aquella época una división profunda dentro de las corrientes artísticas. ¿Cómo nace Carpani muralista?
   -Creo que, por un condicionamiento ideológico. Yo en ese tiempo no conocía la obra de los muralistas mexicanos, pero la coincidencia fue total. Por otra parte, no es una concepción del arte propia de los mexicanos, el muralismo ya estaba instalado en Brasil, Ecuador y aquí, en la Argentina lo llevaban adelante Spilimbergo y Berni. Y en ese muralismo latinoamericano, en su concepto de la forma y de la totalidad del individuo, se forja una de las corrientes plásticas más importantes de este siglo. Y si no es 'reconocida' en su dimensión, es porque no interesa a los grandes centros colonizadores.
   -Usted habla de la colonización del hecho artístico. ¿Cuáles eran las corrientes de aquella época?
   -En aquella época -como actualmente- existían las corrientes colonizadoras inherentes a la moda europea. Se copiaba a los formalistas, el arte abstracto, el cubismo, etcétera. Y con esto no estoy diciendo que hay que negar la plástica internacional. No: el problema consiste en incorporarla de una manera creativa y no mimética. Yo pienso que durante el último siglo, el arte europeo hace hincapié en aspectos parciales de la realidad, no tiene una visión totalizadora. En cuanto al colonialismo cultural, fíjese que aquí 'la vanguardia' pretendía estar representada por el Instituto Di Tella que era subvencionado por la fundación Ford y Rockefeller. Y donde se llegó a tratar de imponer el arte por el arte, exento de ideología. Bueno. No podíamos estar de acuerdo y trabajamos en las bases, dentro del movimiento obrero, haciendo murales, haciendo afiches, representando a un pueblo que estaba en lucha contra la dictadura de turno. Al menos, eso intentábamos. Eran otros tiempos, pero creo que debemos recuperar la memoria ideológica que diez años de dictadura clausuraron.
   -¿Cómo ve Carpani el momento actual que vive la plástica argentina?
   -Por ahí resulta aburridor repetir tantas veces la palabra colonizado. Pero es inevitable o no le encuentro reemplazo. Está mucho más colonizada. Ahora los jóvenes están en el 'trasvanguardismo', una corriente europea y no de las mejores. El CAYC reemplaza al Di Tella de mi época y los concursos (tanto en la plástica como en otras artes) son financiados por empresas multinacionales. Muchos pintores son becarios de las multinacionales y además, la crítica también está colonizada...
   -Usted ha sido un pintor masivo, sus afiches empapelaban el país, pero pienso que la nueva generación no sabe bien quién es Carpani y cuál es su obra.
   -Me han silenciado. Al menos eso es lo que intentaron siempre. Pero acabo de realizar una exposición en una galería con una temática insospechada, que apareció en la nostalgia del exilio, la mitología de mi adolescencia y el tango. No veo ninguna contradicción en vender mis obras. En todo caso la contradicción estaría en pintar para vender, que es otra cosa. También tengo alumnos y algunos jóvenes me vienen a visitar. No muchos. Pero vienen...
   -No se lo ve resentido...
   -Para nada. Hay una realidad y es la realidad de una obra realizada. Cuando uno termina un cuadro, un dibujo, ya deja de pertenecerle. Camina solo. Hace tiempo un amigo que andaba por el país vasco, me contó haber visto un tremendo mural sobre un puente. Era la copia de un trabajo mío. Por supuesto, no tenía firma, lo firmaba la ETA. Y no es que yo políticamente esté de acuerdo con la ETA. Lo que quiero expresar, es que una obra camina sola. Uno por ahí abre una revista, de esas medio marginales y se encuentra con un trabajo propio. Caminan, andan por ahí.
(...)
   -Una última pregunta, ¿cuál es el rol del artista en nuestra sociedad?
   -Pienso que buscar un arte nacional, latinoamericano y revolucionario. Esa es la lucha del artista y es donde el arte puede aportar cosas interesantes. No porque el arte pueda resolver los problemas de fondo. Con un cuadro, un mural o una novela no se resuelve el tema de la dependencia. Eso se resuelve en el terreno político. A lo que sí puede contribuir un artista, es a sintetizar, a dar cobertura a esa identidad. Lo que a mi entender no es menospreciar la potencialidad del arte, sino darle su real dimensión. Por eso hay que descolonizar el arte de la misma manera que hay que descolonizar el pensamiento político. Son dos puntas de un mismo problema y por ello son inseparables. Al menos, en eso creo, por eso trabajé y seguiré trabajando.”

Persistencia de la utopía, documental sobre Carpani



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