1.2.12

Cultura

A 10 AÑOS DE LA MUERTE DE BERNARDO KORDON
El 2 de febrero de 2002 falleció en Santiago de Chile Bernardo Kordon, periodista y escritor. También escribió crónicas de sus viajes por América, Europa y Asia, donde fue uno de los pocos argentinos en entrevistar al líder chino Mao Zedong. Varios de sus cuentos fueron llevados al cine por Mario David y Sergio Renán. Su vida, en tramos de Bernardo Kordon, entrevista del diario La Opinión del 24 de junio de 1979.






   “Bernardo Kordon, porteño, nació en 1915, Comenzó a publicar en los años treinta (su libro inicial, La Vuelta de Rocha, data de 1936); aunque quizá sólo en 1940, con Un horizonte de cemento, el nombre de Kordon empieza a adquirir esa notoriedad en sordina, pero firme, entrañable y muy particular, que no ha cesado de crecer y afianzarse hasta el día de hoy. Su base es una serie de novelas, cuentos y relatos no tan fácilmente encasillables, entre cuyos principales títulos figuran Reina del Plata, De ahora en adelante, Vagabundo en Tombuctú, Domingo en el río, Vencedores y vencidos, Un día menos, Hacele bien a la gente, A punto de reventar, Los navegantes, Bairestop, Adiós pampa mía y Manía ambulatoria.
   Algunos de sus relatos, como 'Alias Gardelito', fueron llevados al cine. Kordon ha escrito también ensayos y crónicas de viaje.

   -¿Cuáles son las comidas que le agradan?
   -Aseguran (y lo comprobé) que en el mundo hay sólo dos cocinas complejas al infinito: la china y la francesa, frutos de dos pueblos parecidos en su refinamiento y tradicionalismo. Pero siempre se imponen los sabores de la infancia: en mi caso son los platos rusos judíos que nos preparaba mi madre. Sin contar aquellos que me recuerdan al Buenos Aires de mis primeras correrías: me siguen emocionando una buena pizza y las agrestes parrilladas que comí en los alrededores de Mataderos y San Fernando con acompañamiento de cantores criollos y tangos de flauta y guitarras.
   -¿Y las bebidas?
   -Divertidos cálculos renales, el hígado y otras calamidades redujeron mi variada disponibilidad: me gustaba la cachaça brasileña, el pisco chileno, el maotei chino: bebidas fuertes que me dejaban un relente evocativo. Al final se impuso la selección y el amor único: en este caso el vino, pero bueno. Como autor o lector puedo insistir en un mal libro; jamás algo parecido me ocurre con el vino: bueno o nada.
(...)
   -¿Qué frase o pensamiento notable le gusta recordar?
   -El dicho porteño ¡hacele bien a la gente! Le dediqué un cuento y un libro.
   -¿Qué defecto se encuentra como persona y como escritor?
   -Uno principal, que a su vez considero mi máxima virtud: la indolencia ¡Cuántos libros y otras malas acciones dejé de perpetrar por mi invencible indolencia!
   -¿Acerca de qué desearía soñar?
   -Ya he soñado todo y de todo, por la sencilla razón que no cuesta nada.
   -¿Cuáles son Ios cinco libros qué salvaría del desastre atómico?
   -Seguro que ningún libro. Si la pregunta supone que salvaría el pellejo, preferiría
agarrar en el raje cinco latas de conservas.
(...)
   -¿Cuáles son los personajes de ficción, novela, teatro, cine, a los que más ama?
   -El joven Roberto Arlt de El juguete rabioso (su mejor libro); el Sarmiento de Facundo; el Blaise Cendrars de El hombre fulminado y el de todos sus poemas; la prostituta Clara Beter de Versos de una... de César Tiempo: pues siempre el principal y verdadero personaje de toda creación literaria es el mismo autor.
   -¿Qué personaje o personajes de la historia le habría gustado ser?
   -Ninguno, porque ya estaría muerto.
   -¿A qué figuras del mundo contemporáneo admira?
   -Decididamente sólo me interesa el antihéroe, el hombre común. Admiro al
gran genio que nunca dejó de ser hombre común: Chaplín.
   -¿Cuáles son los argentinos que más han influido en usted?
   -Nacido en un super-puerto, criado en Babilonia, tuve tantas influencias argentinas cómo extranjeras. Mis padres no eran argentinos, ni tampoco los autores de los primeros libros que cayeron en mis manos. Cabe señalar la singularidad (no tanta) de mi caso y de la pregunta. ¿A alguien se le ocurrirá preguntar a un escritor francés qué franceses influyeron en él? Le costaría mucho hacer una lista de 'influyentes' que dejara afuera a Cervantes, Dostoievski y Poe. Seamos serios, S.V.P. (y, seriamente, dos grandes argentinos: Horacio Quiroga y Roberto Arlt).
   -¿Qué lugares, ciudades, países, le han impresionado más?
   -Primero fue Brasil (una naturaleza fascinante que conocí bien joven); Chile por su gran simpatía humana; París (por haberla soñado como todo argentino de mi época); China (la otra cara del planeta), y sobre todo me impresionó España, especialmente por su gente: el monumental pueblo español. Pero como curiosidad perpetua sigo escarbando en esta asombrosa ciudad de Buenos Aires, seguramente porque para mí, la vida y el mundo comenzaron aquí y en ninguna otra parte.
   -¿Cuáles son los escritores argentinos jóvenes que desearía mencionar?
   -Definir la juventud es algo elástico. Un sexagenario -es mi caso-, habla de un 'muchacho' de cincuenta y de un 'pibe' de treinta años. En el caso de la pregunta importa, no al joven en sí, sino al joven escritor. Juventud que generalmente lo disimulan bastante al escribir: les falta espontaneidad e inconformismo. El mal podría definirse como apiolamiento. Exitismo y frivolidad son las dos caras de una misma moneda: la moda literaria, que como toda moda sirve apenas para una breve temporada.
(...)
   -¿Qué le falta a la Argentina y a los argentinos?
   -Según unos a la Argentina le sobra todo; según otros nos falta todo. Por mi parte creo que sólo nos falta algo, pero imperativamente, una sola cosa: una escala de valores, como para que el tango 'Cambalache' deje de pintarnos cada día mejor.”






Leer más

0 comentarios: