11.10.11

Arte

A 30 AÑOS DE LA MUERTE DE ANTONIO BERNI
El 13 de octubre de 1981 murió en Buenos Aires el pintor argentino Antonio Berni. Reflejó en sus pinturas a una sociedad que tenía en sus entrañas a la pobreza, el trabajo y la inmigración. La serie que tiene como protagonista principal al personaje Juanito Laguna, en la que utiliza la técnica del collage, es una saga de crítica social y contra la explotación infantil. Fragmentos de Berni por Berni, nota de Noemí Casset publicada en la revista El Porteño, nº 1 de enero de 1982.






   “-¿Empezó de muy chico con la pintura?
   -A los seis, siete años, ya garabateaba. Dibujaba en las paredes y en el suelo con tiza, con carbón, con cualquier cosa. Demostré desde chico un don que descubrieron gente amiga y familiares, y decidieron mandarme a estudiar. Pero entonces no había Academia. Así que ingresé a un taller de vitrales como ayudante. Y aprendí los primeros pasos. Después había un profesor que era el que hacía los dibujos, las creaciones. En ese entonces se usaban mucho los vitrales. (…) Entonces ese profesor, que era un catalán, me enseñó particularmente la técnica, los primeros pasos. Y fue así que yo comencé a pintar. A los 19 años hice mi primera exposición que fue admirada por la Comisión Directiva del Jockey Club. Y decidieron darme una beca, fue una cosa excepcional. Era una institución poderosa, y es así que me consiguieron una suma de dinero para poder viajar. Tenía 20 años y me embarqué. Fui directamente a España. (…) En total fueron cinco años, desde 1925 al 1930. Estuve en distintos países, especialmente en París.
(…)
   -¿Y en París con quién estuvo?
   -Basaldúa y Butler ya estaban instalados, Gambia también. Y siempre fue el lugar de paso de muchos argentinos. En la época en la que yo estaba llegaron Marechal, Oliverio Girondo, Bernárdez, Jacobo Fijman, todos ellos estaban casi de tránsito y yo prácticamente establecido, casi cuatro años. Ese era mi cuartel general y de ahí me iba a Bélgica, Holanda, Italia. Hacía mis excursiones para conocer los museos. En el año ‘27 me identifiqué conceptualmente con los surrealistas. Mi primera serie surrealista es del año ‘29 al ‘32.
   En el año ‘31 regresaba a la Argentina. En el ‘32 hice una exposición en Amigos del Arte, que funcionaba en lo que después fue la Galería Van Riel, una institución cultural que fue muy importante. En ese plano fue una gestión muy decisiva en la Argentina. Y mi muestra de carácter surrealista en esa época fue algo insólito, fuera de la norma. Los que la aceptaban eran muy pocos y los que la entendían eran cuatro o cinco. Eso pasó como un gesto escandaloso de mi parte pero sin mayor consecuencia.

   -¿Cómo lo recibió la Argentina de ese momento?
   -Me encontré con una realidad muy distinta, era el tiempo de la gran crisis mundial. En Argentina había desocupación, se hacían las colas frente a la olla popular en el puerto y frente a Puente Alsina. Era la época de la mishiadura. Yo salía de un lugar donde había vivido en un ambiente casi exclusivamente intelectual, me encontré acá con una realidad. Y no tenía beca ni nada, tenía que ganarme la vida. (…) Tuve que trabajar como escribiente en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, me ganaba la vida con eso. Entonces ganaba 150 pesos por mes, era escribiente en la Dirección de Estadística y Archivo de la Municipalidad. Después trabajaba en el Hipódromo, a veces enseñando también. Los cuadros no se vendían sino de vez en cuando algún cuadrito. La venta en realidad empezó después de la última guerra. Acá se vendían a muy buenos precios cuadros de Quiroz, Quinquela, pero la gente joven no vendía nada.
(…)
   -¿Qué otras sorpresas le deparó el destino?
   -Las sorpresas de la vida también las reflejo en todo mi quehacer artístico. Mis exposiciones, la que hice con el tema de la difunta Correa, toda la serie de Juanito Laguna fue una sorpresa, y Ramona Montiel. Yo hice una exposición muy importante en la Galeria Witcomb, y la otra fue en el ‘65 en el Instituto Di Tella con unos monstruos.
(…)
   Y después de la guerra se empezaron a vender cuadros. Lo que pasó es que se desarrolló una sociedad industrial que compraba cuadros. Pero antes había una minoría que hasta tenía el prejuicio de tener artistas nacionales. Había coleccionistas que decían que no iban a manchar su colección con artistas argentinos. La nueva burguesía industrial tenía otro criterio, fue la que hizo una apertura en favor del arte argentino. Y también se desarrolló el campo de la cultura en general, se empezaron a vender libros. Aunque hay otro aspecto de la cultura en el que se ha desarrollado la frivolidad, el espectáculo, lo chabacano y se le da una exagerada importancia al deporte.”

Juanito Laguna remonta un barrilete, por Inti Illimani


Antonio Berni creando Juanito Laguna







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