23.10.09

Cultura

A 10 AÑOS DE LA MUERTE DE RAFAEL ALBERTI
El 27 de octubre de 1999 murió el poeta, pintor y dramaturgo Rafael Alberti en El Puerto de Santa María (Cádiz), donde había nacido el 16 de diciembre de 1902. Integrante de la Generación del 27, su vida estuvo ligada a los sucesos culturales, políticos y sociales más importantes del siglo XX en España. Militó en el Partido Comunista, y tras la derrota republicana junto a su esposa María Teresa León vivió exiliado 38 años -veinticuatro en Argentina y catorce en Italia-. El recuerdo de su paso por nuestro país, en una nota de La Opinión.


Fragmento de Años de guerra, años de paz, nota de Osvaldo Soriano a Rafael Alberti publicada en La Opinión del 2 de diciembre de 1973.

"Estuvimos empleados como locutores en la radio francesa para América latina en una audición que se llamaba 'París Mundial'. Estuvimos allí hasta que se desató la guerra. Afortunadamente no se disparaba ningún tiro y embarcamos para la Argentina en un buque francés con nombre argentino que se llamaba 'Mendoza'. Avanzamos a oscuras porque el mar estaba lleno de submarinos alemanes. Llegamos a la Argentina días después de la batalla del Graf Spee, el barco alemán que hundió la flota inglesa delante de Montevideo.
No pensaba quedarme en Buenos Aires, sino seguir a Chile para ir con Neruda. Habíamos estado juntos en París y él nos había proporcionado un pasaporte para ir a Chile. En la Argentina era difícil conseguir permiso de inmigración durante los gobiernos de Castillo y de Ortiz. Sólo admitieron a unos cuantos vascos que tenían primacía, como si hubieran hecho ellos solos la guerra. Cuando llegamos a la Argentina nos recibió nuestro editor que era Losada, y también Córdova Iturburu, Aráoz Alfaro , mucha gente. Nosotros no teníamos permiso para estar en Buenos Aires. Teníamos que ir al hotel de inmigración y esperar una noche para luego seguir con el tren para Mendoza, hacia la frontera con Chile. No teníamos permiso para estar en la Argentina, ni teníamos ningún papel que nos permitiera permanecer.
Entonces nuestro amigo Aráoz Alfaro, que tenía un campo en Córdoba, en el Totoral, nos dijo: 'Ustedes pueden pedir un permiso de cuatro días a Migraciones para ver la ciudad'. Me dieron esos cuatro días y me fui a meter en la finca aquella del Totoral a 700 kilómetros de Buenos Aires.
Aráoz Alfaro nos dijo: 'Nadie va a saber que están aquí y les vamos a gestionar una cédula o un permiso'. Desde febrero hasta octubre (de 1940) estuvimos en la Argentina sin permiso ninguno, hasta que un día nos trajeron la cédula personal que nos permitía salir de aquel campo donde había estado metido varios meses.
Losada nos decía: 'no os marchéis, no vayáis a Chile', porque yo pensaba ir a Chile por Neruda, pero lo nombraron cónsul en México, y ya había partido. Entonces pensé que no estando Neruda en Chile y con nuestro editor en Buenos Aires, decidimos quedarnos en la Argentina. Entonces Losada nos contrató los libros que teníamos inéditos a mí y a María Teresa. Nos pagaba mensualmente para que tuviéramos dinero. María Teresa entregó Contra viento y marea y yo tenía un libro que se llamaba Entre el clavel y la espada.
La visión que había en ese momento del peronismo era contradictoria. Mucha gente pensaba que era un fascismo, un nacionalismo, una afirmación nacional de la Argentina. Estaban equivocados pues Perón se afianzó en una Argentina muy dividida y muy contradictoria que le costó su caída más tarde. Nunca me he metido en la política argentina. nosotros éramos simplemente antifranquistas, muy tachados por la prensa de derecha, de 'rojos'. Siempre usaban la palabra 'rojo', simplemente para perjudicarme. Pero encontramos en el pueblo argentino una ayuda extraordinaria y gran simpatía para la causa española.
Vivimos en la calle Santa Fe, y luego en la calle Las Heras y más tarde en la avenida Pueyrredón. Hicimos guiones de películas y obras de teatro. Estuvimos muy vinculados. Tengo tan cerca de mí a la Argentina que conozco más de ella que de España. Mis hijos son españoles, pero el hijo de María Teresa, que es un gran médico, vive en la Argentina.
Nuestra situación en la Argentina luego de la caída de Perón no era cómoda. Durante el plan Conintes teníamos intervenido el teléfono, nos revisaban la correspondencia y estábamos en una lista negra. Todo se nos fue estrechando cada vez más, incluida nuestra situación económica.
Cuando llegó Frondizi la cosa se nos puso peor. Una noche tres tipos allanaron mi casa, estando mi señora sola. Venían a detenerme, pistolas en mano. Detuvieron a Miguel Ángel Asturias y a mi no me agarraron porque había salido. Tuve que esconderme en Castelar durante un mes.
Cuando pude salir, dije basta. El 28 de mayo de 1963 salimos de la Argentina con gran dolor. Hacía veinticuatro años que estábamos allí, pero llegó un momento que era imposible permanecer. En Italia estamos bien, trabajamos mucho, yo escribo mucho. Aquí tengo un poema sobre mi amigo Neruda que he terminado recién y le voy a dar a usted (A Pablo Neruda, con Chile en el corazón). Haga de él lo que quiera. Es inédito y me gustaría que se conociera en la Argentina. Allí los debe haber tocado de muy cerca la sangre de Neruda, la sangre de los patriotas chilenos".

RELATO DEL POEMA "A PABLO NERUDA, CON CHILE EN EL CORAZÓN", POR RAFAEL ALBERTI


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