A continuación, reproducimos el artículo Los Derechos Humanos, escrito por el ex presidente Raúl Alfonsín y publicado en la revista Inédito el 3 de abril de 1968. “Estamos padeciendo una dictadura de derecha que niega al pueblo, suprime sus libertades y desconoce fundamentales derechos sociales”, sostiene el líder radical. En estas líneas, Alfonsín, critica a la dictadura encabezada por el general Juan Carlos Ongania.
El 10 de diciembre de 1948, el presidente del Tercer Comité, doctor Carlos Malik, de El Líbano, informaba ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el documento preparado por la Comisión de Derechos Humanos, luego de casi tres años de trabajo.
Poco después, era aprobado por unanimidad. Desde entonces, quedaron explicitados los derechos del hombre: aquellos que la humanidad podía demandar, lo que no se le podía negar en ninguna circunstancia ni bajo ninguna condición.
Con el transcurso del tiempo, y a pesar de tantas frustraciones, bien pudo decir el Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant: "La designación de 1968 como Año Internacional de los Derechos Humanos se hace eco de la activa preocupación de las Naciones Unidas por la promoción de los Derechos Humanos y la protección de la dignidad humana para todos, y por la convicción de que el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales es uno de los principales cimientos de la libertad, la justicia y la paz en el mundo. La Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948 ha ejercido una influencia poderosísima y ha inspirado un importante movimiento progresista encaminado a hacer una realidad mundial de los principios en ella proclamados. La Asamblea General se vale de la oportunidad presentada por el vigésimo aniversario de la adopción de la Declaración para movilizar un esfuerzo global a fin de incrementar el ritmo de este movimiento progresista".
Recordemos algunos de los enunciados fundamentales:
"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
"Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas".
sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad".
No conocemos, aunque lo presumimos, cuáles son los países aludidos, que de tal forma violan los derechos y libertades enunciados. Lo cierto es que el gobierno argentino, con fecha 14 de noviembre de 1967, produce el decreto 8560, cuya parte dispositiva expresa: "Art. 1 °: Adhiérese a la celebración de 1968 como 'Año Internacional de los Derechos Humanos' dispuesta por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Art. 2°: El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto elaborará, como expresión de la voluntad que anima al Superior Gobierno de la Nación en esta materia, un programa de actos que destaquen el particular significado del Año Internacional de los Derechos Humanos".
Pero todos conocemos la realidad argentina. Por eso sabemos que la decisión del gobierno no constituye sino una burda humorada. Porque estamos padeciendo una dictadura de derecha que niega al pueblo, suprime sus libertades y desconoce fundamentales derechos sociales. Porque está claro que no existe la intención de producir un retorno a la democracia, sino la pretensión de instaurar un régimen totalitario permanente. Porque surgido de un golpe militar, el poder no emana de la voluntad popular, sino de las fuerzas armadas. Porque los partidos políticos se han disuelto y han sido confiscados sus bienes. Porque no se ha determinado plazo alguno para la renovación del gobierno. Porque se niegan los derechos de reunión y asociación. Porque se reducen los recursos de los sectores de bajos y medianos ingresos. Porque cunde la desocupación. Porque se insiste en abolir conquistas obreras y se maniobra para someter a la organización de los trabajadores. Esta es la realidad en el Año de los Derechos Humanos.
Mientras tanto, seguimos esperanzados en que la democracia y la lucha por la defensa de los derechos del hombre tenga algo que agradecer a la prensa argentina, porque no se podrá encontrar mejor garantía contra su violación que el apoyo firme de una opinión pública convincentemente informada. Desde aquí hacemos lo nuestro.
Raúl Alfonsín
Artículo firmado por el ex presidente
Alfonsin en la revista Inédito, 3 de abril de 1968
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